El Gobierno explica que los deslizamientos en la zona de Rules estaban "inactivos" cuando se elaboró el proyecto de la autovía Granada-Motril

Las variaciones del nivel de agua embalsados en la presa son el origen de los movimientos de ladera que han derivado en las obras del viaducto

Se colocará una nueva instrumentación para monitorizar nuevas "deformaciones" en puente y ladera para "futuras actuaciones"

El triángulo de Rules: los deslizamientos de ladera que amenazan el viaducto, la carretera, el embalse, las canalizaciones y hasta el tren Granada-Costa

Ladera del Viaducto de Rules que tiene un deslizamiento medio de 1,5 centímetros anuales, y que ha sido objeto de obras en el estribo derecho de la imagen
Ladera del Viaducto de Rules que tiene un deslizamiento medio de 1,5 centímetros anuales, y que ha sido objeto de obras en el estribo derecho de la imagen / Francisco Neyra / PicWild

El Gobierno de España ha explicado a este diario que los deslizamientos de laderas que afectan al viaducto de Rules de la autovía A-44 no existían cuando se elaboró el proyecto de la carretera, hace ya cerca de tres décadas. Asimismo, ha admitido que las actuales obras que afectan al pilar 4 y al estribo sur del viaducto tienen su origen, como indican estudios independientes y las mediciones, tanto satelitales como las de terreno, por las variaciones del nivel de agua embalsada en el pantano de Rules. Los trabajos de arreglo, que empezaron en septiembre y obligaron a cortar la autovía para desviar el tráfico por la N-343, se han detenido temporalmente para reabrir la A-44 en las semanas venideras hasta después de Navidad, donde continuarán las obras hasta el 27 de febrero.

A petición de Granada Hoy, el Gobierno, a través del Ministerio de Transportes, explica que en la A-44 se han dado dos incidencias desde su apertura en el año 2009, en el tramo Ízbor-Vélez de Benaudalla, que han obligado a actuar por "vía de emergencia". Ambas están relacionadas con "fenómenos de inestabilidad", el primero en la ladera norte entre el año 2013 y 2014, y el segundo, que está en marcha, en el escarpe sur y que se iniciaron en 2023 con cortes que, en aquel caso, fueron parciales. "Se deben a antiguos deslizamientos que en la fase de proyecto se encontraban inactivos", especifican los técnicos de Transportes.

Su reactivación está relacionada con dos factores, continúan desde el Gobierno. De un lado, las obras que motivaron los cortes hace doce años, "fuera del ámbito del viaducto", cuando "las excavaciones realizadas en fase de obra propiciaron la reactivación de movimientos en algunos taludes. Sobre estas zonas problemáticas se actuó en la emergencia de 2013-2014". Por el otro, "la reactivación de los movimientos se ha debido fundamentalmente a los ciclos de ascenso y descenso de agua del embalse de Rules", los cuales "han propiciado unas condiciones variables de saturación en las laderas que han desencadenado nuevos movimientos".

El Gobierno mantiene monitorizadas y vigiladas todas las estructuras que forman parte de la Red de Carreteras del Estado. Están sometidas a inspección de forma regulada y pautada desde el año 2002. "Además, en los trabajos de conservación rutinaria de las carreteras de la RCE se realizan inspecciones con periodicidad semestral para comprobar la progresión de daños previamente detectados en las inspecciones principales", incide Transportes. Una vez se deciden estos arreglos, es la Dirección General de Carreteras quien planifica la realización de trabajos "más especializados en puentes especialmente importantes por su tipología o dimensiones".

En el caso del viaducto de Rules, los técnicos del Ministerio de Transportes realizaron en el año 2021 una de estas inspecciones especiales en la que se observaron daños en los apoyos del tablero sobre la pila P4. Por consiguiente, se realizó una campaña de auscultación de movimientos en la ladera y el viaducto y se concluyó que "resultaba imprescindible proteger la cimentación de la pila P4 y sustituir sus apoyos".

Dos años después la obra se declaró como emergencia, con trabajos que consistían en la construcción de una protección de la cimentación de la pila P4 "frente a los empujes generados por la masa inestable de la ladera". Asimismo se puso en marcha una campaña de investigación para determinar el estado estructural y la integridad de los pilotes de la cimentación de la pila, y para instalar nuevos elementos de auscultación que permitieran medir posibles nuevos movimientos. También se sustituyeron los aparatos de apoyo de la pila 4 "para restituir su configuración original".

Pero no bastó. Los trabajos de investigación geofísica realizados pusieron de manifiesto la necesidad de restituir las condiciones de apoyo del viaducto en esa zona. Para ello se decidió construir una nueva pila ubicada 10 metros hacia el sur con respecto a la ya existente, modificando así la ubicación de uno de los apoyos del tablero, explican desde el Gobierno. "Esta variación de los puntos de apoyo implica la ejecución de refuerzos en el tablero en la zona próxima al nuevo punto de apoyo", añaden. La pila ya está prácticamente alzada al completo, a punto de tocar la estructura del puente.

Los trabajos de investigación topográfica de la zona llevaron además a plantear la construcción de unas pantallas de pilotes en ambos laterales del estribo 2, el del lado sur, "que ha sufrido movimientos importantes al estar también afectado por el movimiento de una masa inestable". Con lo cual, hubo que ampliar el alcance de los trabajos: demoliciones puntuales en estribos para permitir la libre dilatación del tablero, "coaccionada por los desplazamientos sufridos por los estribos"; o el desmontaje y reglaje de los amortiguadores sísmicos entre tablero y estribos, "para permitir su deformación, consumida por los desplazamientos que se han dado en los estribos". También se ha tenido que ampliar la auscultación de la ladera sur, así como la instrumentación del viaducto, y los conocidos desvíos de tráfico y refuerzos asociados en la N-323.

Estos trabajos se vienen realizando desde agosto de 2024, periodo en el que se ha tenido que recrecer la plataforma de trabajos de nuevo para dar continuidad a las obras. "La Dirección General de Carreteras ha trabajado en comunicación con organismos implicados en las actuaciones (Puerto de Motril, transporte de autobuses, Alsa, DGT y empresas de transporte habitual de palas de aerogeneradores) para minimizar las afecciones", indican desde el Gobierno.

Asimismo la monitorización del entorno se ha convertido en algo un factor clave. Así, dentro de los trabajos en marcha se va a instalar una instrumentación en el viaducto y en la ladera que permitirá disponer de información en tiempo real sobre las deformaciones tanto del puente como de la falda de la montaña. "Estos datos permitirán controlar el resultado de las operaciones y eventualmente programar actuaciones futuras". Es decir: se seguirá moviendo.

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