Granada se suma a la moda de los controvertidos edificios cebra: Albayda y Chana acaparan la oferta

Este tipo de construcciones son rechazadas por arquitectos, que denuncian que bajo su apariencia de modernidad se esconden las deficiencias de un modelo 'low cost'.

Pese a las críticas, la imagen funciona, revitaliza barrios y convence a los compradores, que llegan a pagar precios muy elevados en los barrios de moda

Vivir en el cielo de Granada: los rascacielos que son y los que no llegaron

Vista panorámica de los edificios cebra situados en Albayda
Vista panorámica de los edificios cebra situados en Albayda / JORGE GUERRERO / PICWILD

Se ven fácilmente desde la Circunvalación de Granada, y destacan entre el skyline de la ciudad: altos edificios de viviendas de color blanco inmaculado con franjas negras que delimitan cada piso. Cada vez se construyen más de este tipo, bajo la premisa de una modernidad que es rechazada por los arquitectos más renombrados. Unos edificios que ya son conocidos como estilo cebra, que generan polémica en el sector de la construcción y que cada vez más se extienden por la capital granadina y están más de moda.

Los nuevos desarrollos urbanos en las periferias de las grandes ciudades españolas comparten este mismo patrón: grandes bloques de viviendas revestidos de franjas blancas y negras. Se encuentran en prácticamente todas las capitales y en algunas grandes localidades, en zonas como Garellano en Bilbao, el barrio de Valdebebas en Madrid o Turianova y la zona del nuevo Roig Arena en Valencia. Granada no ha sido menos y se ha sumado a esta moda contemporánea, dentro de su término municipal y en los barrios de La Chana y Albayda, las principales nuevas zonas de expansión de la ciudad.

Este estilo, bautizado popularmente como “bloques cebra”, se ha convertido en un fenómeno urbanístico que transforma el paisaje de numerosas ciudades de la península. En Granada se localizan hasta siete de este estilo, seis al final de la Avenida Federico García Lorca; y uno más en la calle Pintor Fernando Belda, frente al Parque de las Alquerías.

Este término de "edificios cebra" debe su popularidad a la cuenta de Instagram @bloque_cebra, que ha conseguido bautizar a este tipo de edificación que hasta ahora se percibía de forma difusa. Coordinada por jóvenes arquitectos, han documentado y cartografiado más de un millar de ejemplos en lo que ellos llaman un “safari” colaborativo, un inventario digital que retrata la expansión de este modelo estandarizado por toda la geografía nacional. En Granada por el momento sólo se encuentran estos siete, aunque no descartan que próximas promociones inmobiliarias imiten este diseño.

Edificios estilo 'copia y pega'

El esquema de los edificios es simple: franjas oscuras que concentran ventanas y franjas blancas que completan la fachada. El resultado: una estética monocromática que imita el patrón del animal que le da nombre y que se repite sin importar la ciudad ni el clima, en una especie de 'copia y pega' que se generaliza en las zonas periurbanas. “La cebra no se diseña, se tramita”, llegan a explicar los arquitectos impulsores de la iniciativa. Según denuncian, los "autores" de estas viviendas no son los arquitectos, sino el promotor inmobiliario, que prioriza el rendimiento económico sobre la calidad arquitectónica.

Destacan por sus franjas blancas y negras
Destacan por sus franjas blancas y negras / JORGE GUERRERO / PICWILD

Según denuncian desde la plataforma, el éxito que han tenido estos "edificios cebra" también tiene que ver con la regulación del urbanismo en España. La normativa fija alturas, alineaciones y edificabilidad, pero raramente atiende a la integración con el entorno, lo que está dando como resultado parque residencial homogéneo y con escasa interacción con el espacio público. Además, el hecho de que estas promociones incluyan piscinas, pistas de pádel o tenis, garajes privados o incluso gimnasios dentro del recinto hace que la calle sea "un espacio vacío", trasladando la vida al interior de las urbanizaciones.

Granada se va sumando cada vez más a este movimiento, aunque a un ritmo inferior respecto al resto de ciudades debido a los problemas de falta de suelo que los promotores inmobiliarios se encuentran en la ciudad. Algo que se está tratando de solucionar para facilitar el acceso a la vivienda, con medidas como las bolsas de suelo que la Junta ha publicado, con un total de 88 parcelas para construir vivienda protegida, en concreto, 6.314 casas.

Además, este tipo de edificios todavía no se ha extendido a zonas del Área Metropolitana granadina -como si ha ocurrido en zonas de Málaga o Sevilla- por la idiosincrasia de esta, en la que predominan las viviendas unifamiliares adosadas o pequeños bloques de pisos con poca altura. También juega un papel diferencial la Base Aérea de Armilla, ya que impone una restricción de altura por la seguridad de esta zona militar y de sus operaciones aeronáuticas que impide edificios tan grandes como los que si se ven en la capital.

Bloques de moda en el barrio de moda

Pese a las críticas de los arquitectos, es evidente que este tipo de construcciones funcionan y convencen a los compradores, ya que se venden muy bien y a precios elevados en ciertos casos. En algunas partes de España, de forma minoritaria, este tipo de edificios han sido pensados como solución a la necesidad habitacional en tiempo récord y a precios asequibles para población migrante, local o vulnerable. Pero la gran mayoría de ellos son todo lo contrario: promociones que se venden a precios elevados bajo la premisa de combinación de modernidad e intimidad lo suficientemente alejado de la masificación pero aun dentro de la ciudad.

Se han reproducido en las periferias urbanas en los últimos años
Se han reproducido en las periferias urbanas en los últimos años / JORGE GUERRERO / PICWILD

En el caso de los "edificios cebra" de Granada, además se ubican en las zonas más de moda de la ciudad, lo que les sube el precio. El barrio de Albayda ha vivido su esplendor en los últimos 5-10 años, convirtiéndose en la principal zona de expansión para los granadinos y llenándose rápidamente de bares y restaurantes, gimnasios, zonas deportivas y algún que otro comercio pequeño gracias a sus zonas amplias, parques y conexiones fáciles y rápidas con el resto de la ciudad. La expansión urbanística que se ha producido en los últimos años y que tiene todavía en desarrollo nuevas promociones ha causado el efecto llamada propio para su consideración como el barrio de la generación millennial de la ciudad.

Un modelo que se intenta replicar en la zona del Parque de las Alquerías, en La Rosaleda e incluso en el barrio de La Chana. Aquí el crecimiento es más lento, pero el resurgir del Ágora We Granada así como la construcción del futuro Parque de las Familias y la edificación de las nuevas promociones de viviendas (de las cuales algunas no siguen el modelo cebra) se plantean como un efecto llamada para que los granadinos dejen el centro y se muevan a la periferia. Aun así, destaca que en estas zonas el despliegue urbanístico está siendo más rápido que la implantación de servicios en ellas.

La gran pregunta que se plantean quienes se oponen a la construcción de los "edificios cebra" es si estas construcciones serán recordadas en el futuro como el sello arquitectónico de la época contemporánea, o como un síntoma de mediocridad urbana. Para eso habrá que dejar pasar el tiempo y comprobar si el modelo triunfa o si muere del éxito que, por el momento, cosechan.

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