Granada

Un granado común con siete siglos de historia

  • Plantan un árbol en la huerta del Generalife para conmemorar el séptimo centenario del nacimiento del poeta y político andalusí Ibn al-Jatib

El huerto de la Alhambra cuenta desde ayer con un nuevo y distinguido árbol, un granado que recuerda la figura del poeta, científico y diplomático granadino Ibn al-Jatib (Loja, 1313 - Fez, 1374). El granado tiene un gemelo plantado en el Centro Cívico de Loja para conmemorar el séptimo centenario del nacimiento del intelectual granadino, que tuvo una gran influencia en la época de esplendor del Reino de Granada.

"Es un recuerdo sencillo pero solemne", explicó durante el acto el alcalde de Loja, Francisco Joaquín Camacho, en una actividad promovida por el club de senderismo A medio camino. Por su parte, la directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca, insistió en que plantar un granado en recuerdo de Ibn al-Jatib es un "acto de justicia" porque fue una persona "muy importante en la historia de la Alhambra y en el Reino de Granada".

Según Rafael de la Cruz, jefe de Servicios de Jardinería y Huertas de la Alhambra y el Generalife, este árbol es un símbolo de la cultura islámica. "El granado es una especie muy rústica, apropiada para el ámbito mediterráneo, pero que crece sin problemas en la Alhambra y esperemos disfrutar de sus frutos muchos años", explicó De la Cruz, que en los últimos años ha logrado recuperar las cuatro huertas (Fuente Peña, Grande, Colorá y Mercería) que abastecían de frutas y hortalizas a los palacios desde el siglo XIII.

En la actualidad, con las 200 vides que se plantaron en 2005 en la Huerta Colorá a pleno rendimiento, una de sus principales líneas de trabajo se centra en la recuperación del arrayán morisco, una variedad muy antigua utilizada en los jardines hispano-islámicos de la que la Alhambra conserva todavía algunos pies. "En época medieval era muy utilizada, nos han llegado muchas descripciones de los jardines de la Alhambra sobre esta variedad que tiene las hojas más grandes y es más olorosa", destaca De la Torre. Estas plantas que 'resisten' en la Alhambra se están analizando genéticamente para ver si es una especie diferente del arrayán común, una variedad o una subespecie. "El objetivo es profundizar en su conocimiento y asegurar su supervivencia y una mayor presencia tanto en los jardines de la Alhambra como en otros espacios", explica el jefe de Jardinería, que adelanta que ya existen contactos para facilitar ejemplares de arrayán morisco a otros jardines botánicos de España.

Este trabajo responde a un convenio con la UGR para profundizar en el conocimiento de esta variedad, pero no es una actuación excepcional la colaboración de la Alhambra con otros organismos científicos. De hecho, acaba de concluir el estudio documental del programa de conservación de las huertas del Generalife en colaboración con la Universidad de Córdoba. Se trata de un trabajo dirigido a definir cuáles son las líneas futuras de actuación.

"Las huertas, que son espacios vivos cultivados desde época medieval, como mínimo, son un ejemplo de evolución a lo largo de los siglos", sostiene De la Torre sobre un espacio en el que todavía se pueden encontrar cultivos propios de época medieval, pero también otros que se han ido incorporando con el paso de los siglos con la misma evolución del hombre.

En cuanto a las especies invasoras, el jefe de Jardinería afirma que no hay nada preocupante, sólo unos pies de chambera que se han eliminado en los últimos años o algunos ejemplares de pita.

En la actualidad, el huerto de la Alhambra cultiva el ajo o la cebolla, que ya se producían en época romana, junto a especies propias del cultivo hispano-islámico como una variedad de calabaza, el haba o la berenjena. Pero también plantas posteriores como el maíz, el tomate o el pimiento. "Esto no quiere decir que tengan que eliminarse, hay que mostrar a la sociedad cómo la Alhambra es un ejemplo de la evolución de las huertas en Granada", sostiene De la Torre sobre un vergel que también cuenta con ciruelos, cerezos, sandías melones, avellanos o nogales.

"Nuestros padres venían a la Alhambra los domingos por la cuesta de los Chinos para comprar habas y otros productos que se producían en la Alhambra, algo habitual hasta los sesenta", recuerda sobre un espacio que ha estado en cultivo durante siglos, dentro de un ambiente palaciego e histórico.

Pero el siglo XX supuso el abandono de esta práctica tradicional al pasar la titularidad de la huerta de los marqueses de Campotéjar a la administración pública, "con lo que hubo unos decenios de abandono y el estado de la huerta a finales del siglo XX no era el ideal", concluye Rafael de la Cruz. Y a este complejo ecosistema llega ahora un árbol común pero con linaje de siglos... Así, igual que un limonero recuerda a Francisco Ayala en la sede de su Fundación en el Alcázar del Genil, Ibn al-Jatib se encarna en un granada en la Alhambra.

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