La ciudad y los días
Carlos Colón
Por el bendito nombre que nos reúne
LO componían Ángel Barrios, Ricardo Davolque y J. F. Bezunartea. Era aquel Trío Iberia que fundase don Ángel en la taberna del Polinario de la Alhambra y desde entonces hasta hoy la música de pulso y púa en Granada goza de buena salud.
Yo no me sé la cantidad de orquestas y agrupaciones de guitarras, laúdes y bandurrias que circulan por aquí, pero las que vengo oyendo me merecen bastante admiración y debieran gozar de mayor apoyo como algo muy nuestro que son.
A principios del siglo XX Antonio Barrios, el padre del músico, daba vida a la tertulia de la taberna del Polinario. Cuenta Orozco que Rusiñol, refiriéndose al tabernero, dijo aquello de que "poseía tres virtudes raras en un tabernero: gran cantaor, entendía de pintura y no solía echar agua al vino". Allí se gestó el trío. Era la Granada de Lorca, Falla y la tertulia del Rinconcillo en la Plaza del Campillo.
Desaparecido el grupo y poco después de la muerte de Isaac Albéniz en 1909, surge en Granada otro trío. Una carta de la viuda del compositor catalán autoriza al conjunto granadino a que lleve su glorioso nombre. El Trío Albéniz lo componían 'el ruiseñor de la bandurria', José Recuerda, ciego a causa de una enfermedad, Eduardo Mañas, con su laúd, y Luis Sánchez Granada, a la guitarra.
Según González Martínez, en su Café, copa y música (2008), el trío debutó en el mes de agosto de 1909 en el teatro Isabel la Católica cuando todavía eran unos niños, conocidos como Trío Infantil Albéniz. Era difícil saber quién era más grande, la guitarra o el músico. Luego se incorporaría como laúd el maestro José Molina y se inicia la fama de estos granadinos que encandilaron tanto al propio Ángel Barrios como a Falla y al maestro Fernández Arbós, director de la Orquesta Sinfónica de Madrid.
Conseguía Granada tener peso específico en esto de la música de plectro. Se sacaba a las guitarras y bandurrias de las tabernas para elevarlas a la categoría de instrumentos de concierto; y a partir del 1952 el trío formado por José Recuerda, padre e hijo, y José Molina pasea el nombre de Granada por media Europa. Algunos críticos llegaron a calificar a José Recuerda como el mejor bandurrista del mundo.
Tuve la suerte de nacer oyendo las bandurrias que tocaban los Peña debajo de mi casa, o las que tocaban aquellos músicos ambulantes de los bares Sevilla y Alcaicería, pero hubiera dado media vida por oír al famoso Sexteto Albéniz, heredero del trío y formado en los años 30 por Luis Megías, Gabriel y José Ruiz Zúñiga, José Molina, Enrique Bendón y Ángel Rivas. Nací mucho después y me tuve que conformar con tocar en la entonces prestigiada Tuna Universitaria de Granada que dirigía el hoy notario Alfonso Orantes.
EL TRÍO ALBÉNIZ
A partir de 1978 en el Trío Albéniz toma el testigo de la bandurria José Luis Recuerda, nieto del mítico 'ruiseñor', y junto a Alejo Muñoz y José Armillas resucita el grupo dando conciertos por toda España y desde Francia hasta Israel. La incorporación en el 2003 del virtuoso laúd Ismael Ramos promete larga vida al excepcional trío, tan nuestro y tal vez tan poco conocido por muchos granadinos. Tres solistas bien dotados, capaces de interpretar a Narváez o a Grieg, a Falla o a Albéniz. Sus cinco discos grabados así lo testifican.
Si a los niños se les afinara el oído para calibrar la categoría de estos preciosos instrumentos, a lo mejor disminuía el fracaso escolar. Afortunadamente son muchas las agrupaciones escolares, municipales, particulares, tunas, rondallas, etcétera entusiasmadas con el tema: ahí está nuestra gran Orquesta de Pulso y Púa Ciudad de Granada, la extraordinaria de laúdes Velasco Villegas, de Baza, con su admirable directora, Pilar Alonso; la de Cájar, la San Roque de Huétor Vega, el Trío Albaicín, el grupo Melaza de Motril, tunas como la magnífica de la Facultad de Ciencias, entrañables como la Antigua Tuna de la Universidad, dirigida por el doctor Joaquín Arboleda, rondallas como la del Barrio Fígares y seguro que muchas más, a lo que hay que unir el impulso que le dan los festivales y encuentros que se organizan desde las Alpujarras hasta los del Manuel de Falla y que aseguran un porvenir inmortal a esta bonita especialidad instrumental.
Cuando pases por las calles Isaac Albéniz, Ángel Barrios o José Recuerda acuérdate de nuestras tradicionales guitarras y bandurrias.
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