Escolares, asociaciones y visitas individuales componen la tipología principal de los cerca de 2.500 visitantes que a lo largo de este año 2015 se han acercado al Jardín Botánico de Hoya de Pedraza, en el término municipal de Monachil para abrir una ventana a la naturaleza más selecta de nuestra provincia. Éste ha sido uno de los datos ofrecidos por la delegada de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Inmaculada Oria, en su visita a uno de los dos espacios granadinos, incluido en Red de Jardines Botánicos en Espacios Naturales de Andalucía.

En el majestuoso jardín, de 16 hectáreas de extensión, se concentran alrededor de 1.000 especies diferentes, procedentes de las cumbres de Sierra Nevada y la Sierra de Filabres de Almería, el sector de la Alpujarra, la Sierra de Lújar, la Contraviesa y Gádor. Para la delegada de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio se trata de "un recurso de primer nivel para el fomento de la educación ambiental, pero también muy importante en cuanto a la labor de investigación que desarrollan en ella un equipo de profesionales orientada a la preservación de especies, muchas de ellas incluidas en listas de especies protegidas", argumenta Oria.

Y es que este espacio, que ha cumplido ya su quinto aniversario, contiene la representación más importante de Europa de vegetación de Alta Montaña Mediterránea, las especies endémicas y exclusivas más importantes del continente y además tiene un gran valor para los programas de Educación Ambiental que lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente. Tampoco hay que olvidar la importancia que estas instalaciones tienen para la investigación tanto de la Consejería de Medio Ambiente como de diferentes universidades andaluzas y nacionales, el CSIC y otras instituciones que colaboran con la Junta de Andalucía en las labores propias de la conservación de la flora amenazada.

El jardín botánico de la Hoya de Pedraza se encuentra organizado en diversas áreas, correspondientes al encinar silicícola, al Melojar, al Enebral-piornal; Pastizal de alta montaña, la Pradera, un Pinar-sabinar calcícola, un Jardín de especies amenazadas, un laberinto, entre otras. A ello se suman una serie de instalaciones como la tienda- herbolario, un aula taller ambiental, un laboratorio, etcétera. Sin duda, un enclave único en la provincia que alberga en su interior un tesoro verde de incalculable valor para su disfrute.