Los másteres se convierten en refugio para más de 3.000 estudiantes en paro

El Vicerrectorado de Posgrado afronta con una enorme presión la cobertura de los 861 demandantes del curso de Secundaria · Profesorado y aulas son sus mayores carencias

Los másteres oficiales son los más demandados en Granada.
Los másteres oficiales son los más demandados en Granada.
A. Beauchy / Granada

28 de noviembre 2009 - 01:00

La sociedad ha asumido la única vía de escape proclamada para salir de la crisis económica: la formación. Más de 3.000 personas se han matriculado este año para cursar alguno de los 97 másteres oficiales que oferta la Universidad de Granada (UGR). Todo un récord de participación que se debe, en gran medida, a la imparable ascensión de los índices de desempleo en el país provocados por la recesión y a la calidad del programa de posgrado que ha diseñado esta institución.

Los temores a que la falta de recursos entre la población dejara desiertos los cursos de posgrado, cuyo coste ronda una media de 1.500 euros por persona, han quedado atrás pues se ha cubierto el 70% de la oferta. Además, la mayoría de los másteres oficiales de la UGR ha conseguido sobrepasar el mínimo de 10 alumnos que exige la Junta de Andalucía para financiarlos, un logro crucial teniendo en cuenta la falta de financiación de la que adolecen los centros superiores.

Entre todos los másteres, el de Secundaria, de nueva creación tras la desaparición del Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), se alza con creces sobre los demás. "Hasta ahora, hay 861 estudiantes inscritos en el Máster de Secundaria y 2.085 en el resto", informa la vicerrectora de Grado y Posgrado de la Universidad de Granada, Lola Ferre, que tenía cierto temor a que esta propuesta (impuesta por el Gobierno) dejara desierto el resto de estudios.

Sólo dos de los 97 másteres que tiene la UGR en cartel corren peligro de desaparecer porque aún no han registrado el mínimo de cinco alumnos que exige la UGR para poder impartirlos con recursos propios. "El 90% de los másteres oficiales que oferta Granada tienen la mención de calidad -dice Ferre- lo que convierte a esta Universidad en líder no sólo por la variedad de títulos que imparte, sino también por su calidad".

El de Secundaria no es el único máster que ha superado las expectativas. Aunque la oferta media por cada curso especializado es de 50 plazas, hay seis que coronan la lista de demanda.

El máster en Seguridad Integral en Edificación ha registrado 134 demandantes. "Con la crisis en la construcción, llevamos dos años contabilizando muchas solicitudes en este curso", explica la vicerrectora. "Ésta es la mejor evidencia de que la gente está optando por la formación en situación de crisis", dice Ferre.

Le siguen el Máster en Atención Farmacéutica Europharmnes, con 83; Máster Erasmus Mundus en Estudio de las Mujeres y de Género, con 77; Máster en Estudios Migratorios, Desarrollo e Intervención Social, con 75; y Máster en Criminalidad e intervención social en menores, con 74.

El surgimiento de los máster fue un proceso de conversión de los grados, vinculados exclusivamente a la investigación, pero ahora ha surgido el máster profesional, en el que se enmarca el máster de Edificación, que amplía esta especialización a los que no son egresados. Son cada vez más los másteres propios profesionales que, debido a su alta demanda, se transforman en universitarios. "Es el caso del Máster en Prevención de Riesgos Laborales, el de Museología, el de Cooperación", detalla Ferre. El criterio para realizar esta conversión es "la calidad y la oportunidad de la oferta".

Un ejemplo es el Máster de Secundaria, toda un negocio para la universidad que lo oferta. Aunque la vicerrectora no cree que ésta es la vía más idónea para formar a futuros profesores. "Yo creo que el Gobierno debería haber ideado una especialización para los enseñantes vinculados a la Formación Profesional, como ocurre con los médicos, que deben hacer los cursos MIR", continúa la vicerrectora. O al menos que, tal y como hacen en Francia, se examinaran primero de las oposiciones a docentes y, solo para los que las superen, formarles para ser profesor. "No es justo que haya más de ochocientas personas matriculadas en un máster, sabiendo que sólo un porcentaje pequeño las va a sacar", añade Lola Ferre.

A largo plazo, la Universidad es la primera interesada por esta vía, pues se hace con unos buenos ingresos si continúa registrando la enorme demanda de los másteres de enseñanza, pero la vicerrectora de Grado asegura que en la actualidad es un reto tremendo y están sometidos a una enorme presión. Para dar una respuesta de calidad, la UGR ha creado una comisión con los decanos de las facultades de Educación, Ciencias, Letras, Informática y Educación Física, entre otros. "Pero son muchos estudiantes y no tenemos un exceso de profesorado como para abordar de un día para otro la enseñanza de 60 créditos a casi 900 alumnos, ni de coordinadores o de aulas", explica.

La Universidad está en conversaciones con todos los centros implicados para que cedan aulas y espera que tanto la Consejería de Educación como la de Innovación firmen un convenio de colaboración para responder con las prácticas.

En cualquier caso, el balance para los cursos de especialización en la UGR es muy bueno. Lola Ferre cree que es indicativo además de que los estudiantes están muy concienciados de lo que promueve el Plan Bolonia, que es la adquisición de una mayor especialización, a pesar de que su entrada en vigor se hará efectiva en 2010/2011. "Un título ya no es suficiente, el mercado es muy competitivo y se debe conseguir uno o más másteres para igualar la formación a Europa.

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