Seis meses de campaña de acoso y derribo contra la Alhambra

Sin buscarlo, la directora de la Alhambra se ha convertido en los últimos meses en protagonista invitada de algunos de los episodios más polémicos y agrios de la actualidad local. Al margen del procedimiento abierto por la Fiscalía por el supuesto fraude de las audioguías, la gestión de la máxima responsable del monumento nazarí ha estado permanentemente en la diana del Partido Popular. Desde que salió a la luz el posible caso de falsificación de entradas al recinto, las críticas no han cesado. Una postura que se ha intensificado desde primeros de año coincidiendo con el intenso ciclo electoral del año con las autonómicas de marzo, las municipales de mayo y las generales previstas para finales del próximo mes de noviembre.

El PP ha puesto en duda de manera constante la labor de Mar Villafranca. En los últimos seis meses, el primer hito fue en diciembre de 2014 cuando los 'populares' se preguntaron por la idoneidad de que la Alhambra invirtiera 250.000 euros en nuevas adquisiciones patrimoniales, un día después de que el por entonces consejero de Cultura, Luciano Alonso, presentara junto a la directora las piezas en cuestión.

A partir de ahí, el pistoletazo hacia las dos convocatorias electorales ha centrado el discurso de los representantes de la formación contraria a la que pertenece Villafranca (PSOE). La insistencia en destinar dos euros de las entradas para la conservación del Albaicín y la mejora de la comunicación entre la colina roja y la ciudad, fueron dos de las demandas que reivindicó José Torres Hurtado en un mitin junto al candidato del PP a la presidencia de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de Congresos.

No obstante, el argumentario político se acentuó en la campaña de los comicios locales. Desde que comenzó oficialmente la cuenta atrás el 8 de mayo, las alusiones a la labor desarrollada por el Ejecutivo andaluz, y especialmente por la directora del Patronato, en el monumento fueron casi diarias.

A partir de ese momento, el proyecto Atrio de los arquitectos Álvaro Siza y Juan Domingo Santos entraba de lleno en la confrontación. De hecho, en el acto de presentación de la candidatura liderada por Torres Hurtado, el ya investido alcalde de Granada anunció que en caso de revalidar el mandato estaba dispuesto a convocar un referéndum para octubre en el que los granadinos se manifestaran a favor o en contra del nuevo pabellón de acceso a la Alhambra. Eso sumado a los argumentos expuestos en la propaganda electoral del PP, colmó los nervios de Villafranca quien se excedió con un desafortunado comentario en su cuenta de Facebook -llamaba a los votantes de la formación azul "tontos del culo"-.

La mecha se encendió y esta acción fue utilizada por los 'populares' para acentuar aún más sus ataques hacia la gestora de la Alhambra. Tanto que un grupo de Nuevas Generaciones, acompañados por el portavoz de campaña, Juan García Montero y el coordinador de la misma, Juan Antonio Fuentes, lucieron una camiseta azul con un claro lema: "La Alhambra es Granada". El sábado, 16 de mayo, Torres Hurtado reclamaba un perfil más comercial y turístico para el responsable de la Alhambra. Un día después, desde el Cerro de San Miguel él mismo recordaba que el conservador Torres Balbás, con "dinero de la Alhambra", adquirió en su día el Palacio de Dar Al-horra que luego rehabilitó. Así, volvía a justificar su petición de los dos euros.

En mitad de esta 'batalla' mediática y a tres días de las elecciones, el diario El Mundo desvelaba un presunto caso de malversación de caudales públicos por irregularidades en la concesión del servicio de audioguía. La recta final de la campaña se recrudeció por este asunto. Tal es así, que el mismo día 21 de mayo, García Montero junto a Fuentes convocaban de urgencia a los medios para valorar este episodio. Visto lo visto, todo apunta a que habrá que sumar más episodios a esta larga historia.