Cuatro unidades móviles de televisión, dos furgonetas para el arco de meta y podio, y una treintena de vehículos a motor incluidas motos y coches. Esta fue la logística utilizada por Unipublic para organizar el final de etapa con menor despliegue técnico de su historia. Solo pudo hacerlo en dos ocasiones para llegar a la cima de la Bola del Mundo, en la Sierra de Guadarrama, en Madrid, en los años 2010 y 2012, que además cuenta con la máxima protección ambiental de este país: ser Parque Nacional.

Y este sería el modelo base que llevaría a cabo la Vuelta a España si finalmente contase con la autorización del Parque Nacional de Sierra Nevada para hacer el final de etapa en el Observatorio del IRAM. Sería incluso más restrictivo, según comentan fuentes próximas a la organización, que además son claras: "Haremos todo lo que nos diga el Parque. Si no nos dieran autorización, agradecemos que al menos hayan contemplado el debate para hacerlo". Además, desmienten que se vayan a utilizar grandes tráilers y camiones para organizar una llegada en alto a este lugar, aparte de por las prohibiciones que podría imponer el propio Parque, porque además "no cabrían" por falta de espacio.

Es decir, en la zona de meta se implantaría la infraestructura mínima para que sea posible la emisión de la prueba por televisión y para el trabajo de la propia organización de la Vuelta, reduciendo "a la mínima expresión" la presencia de los equipos y los vehículos de seguridad mínimos (motos de la Guardia Civil) y, por supuesto, sin permitir la subida hasta el Observatorio de la caravana publicitaria, que se quedaría en el parking de la Hoya de la Mora. Ya incluso cuando las etapas de la Vuelta a España acaban en este punto no llegan los autobuses ni todos los coches de los equipos, que se quedan en los alrededores de la urbanización de Pradollano.

La discordia se encuentra concretamente en un tramo de 900 metros de la carretera que invade suelo del Parque Nacional. Ni siquiera son los 1,9 kilómetros que van desde la barrera situada frente al puesto del Mando de Operaciones Especiales de la Guardia Civil hasta el cruce donde se abandona la carretera de subida al Veleta y se penetra en los dominios de la estación de esquí, que están fuera de la protección del Parque Nacional, aunque dentro del Natural. Es decir, la Vuelta llegaría al Observatorio, que no es terreno de la mayor protección. Por ese tramo de menos de mil metros y que sería sólo de paso tendrían que circular esos, en principio, cerca de cuarenta vehículos de motor, que accederían "de forma escalonada" hacia la zona de meta, y en el que están incluidas las motos tanto de Guardia Civil como de la organización, que son buena parte del parque móvil que mueve la organización de una carrera ciclista.

Además, la Vuelta cuenta con una flota de 59 vehículos de la marca Skoda híbridos y tres eléctricos. Además, hay que contar con las posteriores labores de limpieza de toda la zona, coordinada con las instituciones de la zona, y además sumar lo que la organización llama el pelotón verde de Ecovidrio, uno de los patrocinadores: "un batallón de limpieza que se encarga de recoger los residuos generados por el público en los puertos de montaña y localidades atravesadas por la Vuelta". En la última edición participaron más de 200 voluntarios asociados que recogieron más de 300 kilos de basura por día en 36 batidas de limpieza.

La organización de la Vuelta asiste estos días con "ilusión pero no obsesión" al debate que se produce en el Parque Nacional y se desmarca de su participación en el mismo ya que en todo momento se plegarán a la "legalidad" y al veredicto final del Parque Nacional de Sierra Nevada. Aun así, fuentes cercanas a Unipublic creen que llegar al Observatorio "engrandecería la carrera" y "traería riqueza desde un prisma sostenible" como es un deporte como el ciclismo. El cartel de 'final de etapa de mayor altitud de la historia' suma ya de por sí más atractivo a la montaña granadina. Por eso los gestores de la carrera acatarán la decisión del consejo y se adaptarán a las necesidades que emanen de la decisión del Parque: "No se ha forzado a nadie, solo ha presentado una solicitud y estamos muy agradecidos de que el Parque Nacional la estudie". 

Las mismas fuentes cercanas a la organización recuerdan que el paso de la Vuelta Ciclista a España está incluida dentro del Plan Director del Parque Nacional de los Picos de Europa, entre Asturias y Cantabria, y que es lo que permite que se celebren etapas con final en los Lagos de Covadonga, quizás la cima más mítica de la ronda ciclista española, a donde se ha llegado en 22 ocasiones desde que subió por primera vez en el año 1983 con victoria de Marino Lejarreta, y ocho de ellas en los últimos doce años. Es decir, cada dos o tres años se llega a los lagos de Enol y la Ercina. La llegada al Observatorio de Sierra Nevada se haría incluso con menor periodicidad por sus características tan restrictivas, según estas mismas fuentes. Además, el tramo de Parque Nacional que atraviesa la Vuelta cuando llega a los Lagos de Covadonga es mucho más extenso que por el que se circularía en Sierra Nevada.

Fuentes de Sierra Nevada entienden que incluso las condiciones que se les pondrían encima de la mesa a los organizadores de la Vuelta serían "mucho más restrictivas" que en los Lagos o la Bola del Mundo. "No se va a parecer en nada a ninguna otra que hayan organizado", cuentan desde la gestión del espacio natural. "No solo se trata del tramo de 900 metros, sino también de cumplir la normativa del Parque Natural", donde sí está incluido el Observatorio.

Por la carretera de subida al Pico Veleta circulan, durante los cerca de seis meses que está abierta, cerca de 20.000 bicicletas al año, con picos de cerca de 300 al día, muchas menos que las que pasarían por el tramo de 900 metros del Parque Nacional el día de la carrera. El Parque Nacional, además, tiene previsto instalar en el futuro aforadores para contabilizar el tráfico de vehículos por los espacios restringidos, y que ahora sólo se controla mediante las autorizaciones expresas, sobre todo para vehículos científicos o de Cetursa, la gestora de la estación de Sierra Nevada. En el último año se han expedido 500 permisos que suelen tener una duración determinada de tiempo, por lo que implican diferentes pasadas por esa misma carretera.