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El papel de la mujer en el ámbito jurídico de Granada: la soledad femenina en la Abogacía Penal

  • Se cumple un siglo de la primera licenciada en Derecho en España, un hito que logró la valenciana Ascensión Chirivella

  • La abogada Maite Pozo, una de las pocas letradas penalistas que ejercen en Granada, habla sobre la aún falta de paridad dentro del Derecho Penal

Maite Pozo, abogada penalista en Granada.

Maite Pozo, abogada penalista en Granada. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

La lucha de la mujer por abrirse hueco en el mundo laboral no es algo nuevo. Tal es así que son muchas las pioneras que incluso llegaron a disfrazarse para hacerse pasar por hombres y así poder asistir, simplemente como oyente, a la universidad. Este fue el caso de Concepción Arenal la primera mujer en asistir a una facultad de Derecho, entre los años 1841 y 1846. Sin embargo, no fue hasta 1922 cuando, por primera vez en la historia de España, una mujer se licenciaba en Derecho (lo hizo en diciembre de 1921) y entraba a formar parte de un Colegio de Abogados -el de Valencia- para así ejercer la abogacía. Y no, no fue Victoria Kent -quien lo haría tres años después, en el Colegio de Abogados de Madrid- sino que se trató de Ascensión Chirivella.

Un sigo después de que Chirivella hiciese historia, el papel de la mujer dentro del mundo de la Abogacía aún sigue estando por detrás del masculino, sobre todo en algunas de sus áreas, como lo es la del Derecho Penal en la que, en Granada, la presencia femenina es casi nula. Así lo comprueba día a día la letrada Maite Pozo, especialista en Derecho Procesal Penal y una de las 66.000 mujeres -65.792 a 1 de marzo de 2020, según el informe elaborado por el Sistema Estadístico de la Abogacía a través de las cifras del Consejo General de la Abogacía Española- ejercientes en España, cifra que supone un 44% del total de abogados del país y que evidencia cómo aún sigue sin haber equidad en la profesión.

"Sobre todo por la especialización del Derecho Penal somos muy pocas las mujeres que nos dedicamos a esta rama. Cuando vamos a tratar con Guardia Civil o Policía, también son muy pocas las mujeres funcionarias en ese sector", explica Pozo, que a ello también añade que precisamente en este área de la Abogacía -la cual alberga los homicidios, tráfico de drogas, acoso, ciberacoso, violencia de género, robos, etc.- la mayoría de clientes también son hombres que, en alguna ocasión, han cuestionado su trabajo por el hecho de ser mujer.

"Ha habido veces que me he encontrado por parte de algunos clientes que por el hecho de ser mujer te dicen que por qué no buscamos a un compañero que pueda ayudar o hacer peso, porque te ven más débil. Aunque también es relativo y te encuentras la otra visión de que prefieren a una mujer porque nos ven más constantes o trabajadoras", relata esta letrada granadina, que insiste en que "al final tenemos que luchar por lo que nos gusta y hacer nuestro trabajo como sabemos, independientemente de los comentarios que se puedan recibir".

En este sentido, como a muchas mujeres a la hora de desempeñar su trabajo, Pozo también se ha encontrado con alguna situación discriminatoria por el hecho de ser mujer: "En una ocasión me lo dijeron, cuando trabajaba para otro despacho, y contesté como creo que debía contestar y finalmente seguí con la representación. Esa personan había contratado a ese despacho de abogados y por organización del trabajo fui yo a asistirlo. Me hizo ese comentario y le dije que estaba perfectamente capacitada para defenderlo. También creo que muchas veces lo hacen a propósito para vez cómo eres capaz de defenderte a ti misma. Si ven que te achantas o que no le echas a gallas creen que no lo vas a poder defender. En siete años esa ha sido la única vez", explica la abogada, un ejemplo de cómo el machismo sigue sobrevolando esta profesión, ya centenaria para la mujer, pero en la que aún queda mucho por recorrer en aras de la igualdad. 

Así lo comprueba cuando acude a la mayoría de juicios, donde "la mayoría son hombres. Por ejemplo, muchas veces lo pienso cuando vamos a una causa en la que hay varios detenidos y miro a mi alrededor y hay cuatro compañeros abogados y yo solamente de mujeres. Suele ser lo habitual", como también lo es tener que lidiar con comentarios y situaciones que muestran aún dicha desigualdad. "Es cierto que por parte de compañeros llegan a tus oídos comentarios que han dicho sobre ti. Hay de todo. También compañeros que te tratan estupendamente y de igual porque al final somos personas. Nos encontramos con todo y de todo tipo. La presencia de la mujer es menor y uno se encuentra con compañeros, jueces y fiscales que te tratan como se debe tratar a una persona y otros que sí que piensas que no tendrías por qué estás viviendo esa situación".

Sin embargo, Pozo, al igual que sus compañeras de profesión, más concretamente en el ámbito Penal, anima "a todas las mujeres a que se envalentonen y la ejerzan. Es difícil, porque las personas con las que tratamos, los clientes no son fáciles de lidiar porque tratamos con narcotraficantes, asesinos, etc., pero si les gusta la profesión que lo hagan, porque da igual que ahora mismo haya menos mujeres que hombres. No me siento diferente. Voy a hacer mi trabajo, el cual se hacer perfectamente bien. No digo ni mejor ni peor que un hombre, sino que mi actuación es la misma y no me siento ni inferior ni en otra posición. Sé cómo actuar, cómo se tienen que hacer las cosas".

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