Estudiar en Granada

Demasiado buenos para ser sólo 20: Sale a la calle la primera promoción de Matemáticas y Física de la Universidad de Granada

  • El pasado mes de septiembre se graduaron los universitarios que estrenaron en la UGR este doble grado, los estudios que pulverizaron las notas de acceso desde su creación

Los graduados, en el acto celebrado en septiembre en la Facultad de Ciencias.

Los graduados, en el acto celebrado en septiembre en la Facultad de Ciencias. / Antonio L. Juárez / PS

Cuenta la decana de la Facultad de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, María del Carmen Carrión, que “me motivó muchísimo” dar los últimos pasos para que la UGR contara con el doble grado de Matemáticas y Física una conversación con el entonces estudiante del IES Generalife Víctor Zamora. En 2015, Zamora obtuvo un 14, en máximo, en Selectividad. El chaval, que también participó en la Olimpiada Española de Física, comentó a Carrión que su intención era estudiar el doble grado de Matemáticas y Física. “Me dijo que se iba a la Complutense y pensé, ‘aquí lo tenemos que hacer’. Estábamos perdiendo estudiantes muy buenos”.

Un año después de aquello, la UGR puso en marcha estos estudios. Fue llegar y arrasar. Desde entonces, curso tras curso, el doble título tiene la nota de corte más alta de Andalucía, casi siempre por encima del 13. Los que entran destacan por su “calidad y fortaleza”. “Granada podía tener estos estudios. En Física había potencial de sobra y en Matemáticas también”. Ahora, cinco años después de su estreno, la primera promoción ha salido a la calle.

Isabel Pascual, malagueña de Alfarnate (1999), es una de las primeras graduadas. “La experiencia ha sido positiva, muy positiva, y muy dura”, resume. “Ha habido momentos en los que pensaba ¿merece la pena? Han sido muchas horas”, muchas renuncias. Asegura que era la primera en llegar a la biblioteca y la última en irse. Desde San Sebastián, donde cursa un posgrado en Nanotecnología en la Universidad del País Vasco, Isabel destaca sin embargo que “he tenido compañeros maravillosos, y profesores muy buenos”. Sobre el hecho de ser parte de la primera promoción reflexiona que “es comprensible” que “no todo estuviera pulido”.

Sobre cómo llegó a estos novedosos estudios, Isabel, que estudió en el colegio público de su pueblo –el Nuestra Señora de Monsalud– y el IES Alta Axarquía, recuerda que “en Bachillerato no sabía si me gustaba más Física o Matemáticas. Y cuando salió el doble grado me dije qué puede salir mal, y me metí”. De su familia destaca el apoyo que siempre ha recibido y de lo aprendido en las aulas de Ciencias el hecho de que cuenta no sólo con conocimientos, también “herramientas” para hacer frente al reto que supone estudiar. Isabel reconoce que le gustaría dedicarse a la investigación, “un sueño”, que choca con la “precariedad” que sufre la ciencia en España, indica.

Eva Jiménez, de Dílar (1998) dijo “palante” cuando le tocó realizar la preinscripción. Siempre le habían gustado las Matemáticas, y su primera opción fue Matemáticas e Informática. Hasta que salió el doble grado. “Estoy muy contenta, lo haría otra vez”. “Le he tenido que dedicar muchísimo tiempo, y lo agradezco”, resume sobre los cinco años de estudios que ha superado para hacerse con el doble grado. Fue terminar y fichar por una empresa.Desde agosto trabaja en una consultora informática, internacional, que tiene sede en Almería. “Atraemos porque tenemos mucha capacidad para enfrentarnos a cualquier problema”, destaca sobre su perfil profesional. “No sales como un ingeniero informático, pero vas a poder estar al mismo nivel”, destaca la joven, que cursó Primaria en el CEIP Federico García Lorca de Dílar. Después pasó al IES Escultor Sánchez-Mesa de Otura y de ahí al Alba Longa de Armilla, donde hizo Bachillerato y preparó la Selectividad.

Empezaron 20, de los que cuatro son mujeres. Ahora, en cada curso, hay matriculados 21. Es una cuestión que parece poco relevante, pero que, explicada, revela de qué pasta están hechos estos jóvenes. La norma establece que únicamente se puede otorgar una matrícula de honor por cada 20 estudiantes. A partir del 21, se pueden dar dos matrículas de honor. El hecho de contar con 20 alumnos creó una situación excepcional. Estudiantes de Física –con los que los del doble grado comparte aula en parte de las asignaturas– con menor nota podían tener matrícula de honor, mientras que en el grupo de 20 matriculados en Física y Química, sólo se podía otorgar uno de estos reconocimientos al rendimiento académico, ya que sus calificaciones van en otra acta, con un código de acceso diferente. La solución más rápida que se encontró fue añadir una plaza más. De 20 se pasó a 21 y se pudo dar una segunda matrícula de honor en el grupo.

A todos los niveles, la decana segura que se ha “hecho todo lo posible” por ayudar a estos estudiantes. En el primer año se vio la necesidad de cambiar las aulas en las que impartían clase, ya que no les daba tiempo. Se les imparten las optativas de Física en inglés “también para prepararles para sus estancias en el extranjero”.Antes de la primera hornada hubo años de trabajo junto a las coordinadora de Matemáticas Margarita Arias y de Física,Estrella Florido. Se analizó cómo se habían compatibilizado los estudios en otros centros universitarios, la aceptación que tendría entre el profesorado que debería acompañar a estos estudiantes. “Por ambos lados se vio que podía ser muy interesante” esta formación, a pesar de que se era consciente del enorme esfuerzo. Tienen una asignatura más por cuatrimestre que los estudiantes de grado, el trabajo de fin de grado es de 12 créditos, el doble que para el resto... “En la graduación les dije que me daba una alegría tremenda, porque hubo gente que quería abandonar” y finalmente han conseguido llegar hasta el último año. “No lo dejaron, no lo dejó ninguno”, subraya la decana, que reconoce que entre el profesorado también tuvieron que “actuar como psicólogos” para atender a estos jóvenes. “Siempre hemos estado muy encima, y creo que lo han agradecido”.

Según explica la coordinadora del doble grado, Estrella Florido, se han graduado 18 de los 20 matriculados. “Diez de ellos terminaron completamente y presentaron el Trabajo Fin de Grado. El resto terminará este curso y, si no lo han hecho ya, está relacionado básicamente con que han participado en programas de movilidad, principalmente Erasmus, y no es fácil encontrar otra universidad donde compatibilizar un curso completo de estos estudios”.

Sobre los inicios de estos estudios, Florido detalla que “la dificultad principal para ponerlo en marcha es encontrar el esquema que permita avanzar en ambos grados consiguiendo que el estudiante tenga los conocimientos suficientes para abordar las nuevas asignaturas de cada curso”. Para conseguirlo “se hizo un trabajo inicial muy importante, y el seguimiento y continua comunicación con los estudiantes de esta primera promoción ha sido fundamental”.

También hubo que tener en cuenta “la logística, ya que tener en cuenta la compatibilización de ambos grados condiciones horarios y calendario de exámenes tanto del grado en Matemáticas como del de Física. Pero el resultado merece la pena. Los profesores están encantados por el alto nivel que aporta este grupo, aunque tanto Matemáticas como Física tienen también una alta nota de corte y estudiantes realmente muy buenos y trabajadores. Recordemos que los estudiantes del doble grado no están solos en una clase, sino que comparten asignaturas con un grupo del grado en Física y con otro del Grado en Matemáticas”, apunta Florido.

En cuanto a las expectativas de los egresados, “hay de todo un poco: algunos ya tienen contrato para trabajar en empresas tecnológicas, pero la mayoría va a realizar un máster de especialización para dedicarse a la investigación, bien en la UGR o en otros lugares donde ya han realizado contactos e incluso prácticas externas”.

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