Las esperanzas de los cofrades de Granada de ver una procesión por las calles de la ciudad después de un año y medio de pandemia se desvaneció ayer después de que el arzobispo de Granada, Javier Martínez, descartara la salida de la Virgen de las Angustias “por prudencia”. El martes la Junta de Andalucía autorizó la celebración de desfiles procesionales en la comunidad bajo determinadas condiciones de seguridad y protocolos de prevención, aunque la decisión final de permitir este tipo de cultos dependía del Arzobispado, que como primera reacción descartó la celebración, aunque en otras provincias ya se trabaja para poder realizarlas.

“La calle no es controlable” y la procesión puede a reunir a 150.000 o 200.000 personas, fueron los argumentos expresados por el arzobispo de Granada tras ser preguntado por periodistas, y añadió que “exigir a las autoridades civiles que controlen ese número tan grande de personas es pedirles un trabajo imposible”.

En cualquier caso, Martínez apostilló que la apertura de los aforos hace que en las iglesias sí se puedan celebrar “con plenitud” las fiestas de las imágenes titulares. “Pero con las grandes procesiones, que no podríamos a estas fechas controlar nadie, tenemos que ser prudentes porque la salud de la gente es el valor prioritario en este momento”, aseguró. La procesión tendría que celebrarse el domingo 26 de septiembre, para lo que todavía falta semana y media.

El Ayuntamiento de Granada puso en marcha un dispositivo especial de Policía Local y Protección Civil para la celebración ayer mismo de la ofrenda floral a la Virgen de las Angustias, que este año se ha adaptado debido a las circunstancias de la pandemia. Además, según informó la concejal de Seguridad Ciudadana, Raquel Ruz, “la ciudad está preparada en caso de que se decida que la Virgen de las Angustias salga a la calle”.

En cuanto a la decisión del arzobispo de no permitir la procesión, el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca, comentó que “nosotros somos partidarios de que las hermandades estén en la calle, de que luzcan y, evidentemente, podamos disfrutar, especialmente en un momento muy especial en que la gente tiene ganas y además estamos en un momento de reactivación”.

Sin embargo, Cuenca no dudó en señalar que “al mismo tiempo, también soy muy respetuoso y esto es competencia y decisión es de las autoridades eclesiásticas, que si entienden, junto con la hermandad, que por cuestiones de seguridad hay que ser todavía cautos, lo tenemos que respetar”.

El regidor de la capital, reincidió en sus manifestaciones y recalcó que “mi perecer es que me gustaría que las hermandades pudieran estar en la calle, empezando por la Virgen de las Angustias, lo digo de forma clara”, a lo que subrayó que “soy muy respetuoso con la decisión de las autoridades eclesiásticas y de la Hermandad”. Al hilo se mostró comprensivo con la decisión religiosa: “Estamos en un momento de cautela y me parece muy sensata también la decisión de la Hermandad, por eso soy muy respetuoso”.

La opinión de la ciudadanía, sin embargo, dista bastante de lo que dicen los representantes institucionales, especialmente si se tiene en cuenta que Granada será la única capital de provincia que no se acoja al permiso de la Junta de Andalucía para sacar los pasos a la calle. Es más, ayer en la ofrenda floral a la Patrona muchos asistentes se manifestaron contrariados con la decisión adoptada desde el Arzobispado.Un grupo de señoras fieles que acudieron a la ofrenda florar comentó a este medio que “el arzobispo es testarudo”, a lo que añadieron: “Si en Sevilla y en Málaga van a sacarlas y en todos lo sitios, ¿por qué aquí no?”, y con fina ironía apuntaron: “Es que somos muy precavidos y lo que pasa aquí es que hay mucha gente que no es de Granada”.