Granada

El programa de identificación de la UGR evita 255 adopciones ilegales

  • El DNA Prokids, creado en 2004, crece a nivel internacional con la adhesión de Malasia

José Antonio Lorente, responsable del DNA Prokids.

José Antonio Lorente, responsable del DNA Prokids. / granada hoy

El programa DNA Prokids desarrollado por el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada (UGR) ha comenzado su desarrollo en Malasia. El país asiático ha dado los primeros pasos para participar en esta iniciativa, impulsada por José Antonio Lorente, director del programa, que estos días se encuentra precisamente en el país asiática.

El DNA Prokids suma desde su creación en 2004 como experiencia piloto un total de 10.300 muestras genéticas, según la información del propio programa. De éstas, en 828 casos se han dado identificaciones positivas, es decir, se ha conseguido reunir al menor con sus padres gracias al cotejo de muestras de ADN de las dos partes. La tecnología se ha convertido de este modo en un arma efectiva para la lucha contra las adopciones ilegales. En el caso del programa de la Universidad de Granada, se han evitado 255 adopciones ilegales de menores.

Lorente, a través de las redes sociales, calificó de "gran éxito" la reunión mantenida con la agencia gubernamental Kimia Malasia para presentar los detalles del proyecto que permite la identificación genética de menores con el fin de evitar el tráfico de seres humanos, un drama de dimensión internacional en el que los países ricos son los lugares de destino de los niños adoptados ilegalmente en países pobres o en situaciones de crisis humanitaria. El DNA Prokids ya se emplea en casos como grandes migraciones forzadas o en Melilla, donde en 2014 se comprobó que el 30% de los menores que pasaban la frontera no eran hijos de los adultos que les acompañaban y afirmaban ser sus padres biológicos.

El programa Prokids es además germen de un nuevo proyecto que aún está por desarrollar y que se ha bautizado como DNA ProOrgan, en el que se utilizará la información genética para evitar otra lacra, el tráfico de órganos. Cada año se producen unos 10.000 trasplantes ilegales. El nuevo proyecto permitirá conocer el origen del órgano y evitar de este modo la comercialización de partes del cuerpo, un problema sobre el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta desde 1987, cuando puso por primera vez el problema encima de la mesa. Este comercio, como ocurre en el caso de las adopciones ilegales, es transnacional, ya que es en los países ricos donde se genera la demanda y son los pobres los que facilitan conseguir un órgano fuera de los canales establecidos. La iniciativa es una propuesta de la Universidad de Granada "a desarrollar en colaboración con la Organización Médica Colegial de España", según indicó recientemente su responsable. El grupo de trabajo que ya ha comenzado a diseñar esta herramienta está coordinado con las organizaciones médicas de otros países interesados en el proyecto.

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