"Ninguna queja caerá en saco roto, lo más importante es escuchar a la ciudadanía"

Ser cocinero antes que fraile le ha servido a Manuel Martín, Defensor del Ciudadano del Ayuntamiento de Granada, a manejarse en la 'cocina' municipal con total soltura. Llegó a la Oficina del Defensor después de 25 años como técnico dentro del área de Asuntos Sociales, media vida profesional que le han dado la sapiencia suficiente para tomar el timón de su nuevo barco. Durante estos dos meses ya han pasado por sus manos más de 100 expedientes. Expedientes que analiza con lupa y a los que hace un seguimiento personal. Como trabajador social y antropólogo que es asegura que el papel de Defensor del Ciudadano es un regalo "ya que no hay nada más grato que defender los derechos de los ciudadanos".

Desde que empezó a trabajar como Defensor dice que vive dentro de un pequeño observatorio de la sociedad granadina. A sus manos llegan asuntos de todos los palos desde temas sociales a vecinales pasando por problemas urbanísticos y, últimamente, muchos casos ligados a la crisis. Para cada uno de ellos tiene un rato. Subraya que una de sus máximas es tratar cada historia de manera individualizada e intentar dar solución a cada uno de los problemas, algo nada fácil y que en ocasiones no depende de él puesto que su papel de mediador entre el ciudadano y la Administración también tiene ciertos límites. Aún así, asegura que unos 90 de los 100 casos tratados ya han sido resueltos, algo que le resulta más que gratificante.

Durante la tramitación de cada uno de estos asuntos, Manuel Martín se ha dado cuenta de la necesidad que tiene la gente de que le escuche. "No quiero ser un Defensor de despacho", apunta, para resolver cada una de los problemas planteadas "me entrevisto con los ciudadanos y me acerco al problema, porque no es lo mismo contarlo que vivirlo", matiza. Y añade que "sólo así puedes implicarte y solidarizarte con las historias".

Sin desdeñar la labor realizada por su antecesor, el periodista Melchor Sáiz-Pardo, el nuevo Defensor subraya que su perfil profesional serán su seña de identidad a la hora de resolver los conflictos. Para organizarse ha dividido la amalgama de temas que le llegan a sus manos en tres grandes bloques: Convivencia, conciliación y mediación; Garantía de derechos; y por último, buscar la mejora de la calidad del Ayuntamiento. Considera que cualquier problema se podría englobar en uno de estos apartados y establece estrategias para solventarla.

Precisamente, los problemas no sólo le llegan de los ciudadanos de manera individual sino que también los colectivos están entre su cartera de 'clientes'. Actualmente, temas como los de la peatonalización del Darro o la Biblioteca de las Palomas están a la orden del día y aunque aún no ha tenido ningún encuentro con ellos cree que lograr el punto medio en ambos temas sería lo más oportuno. "No es fácil pero hay que encontrarlo porque existe".

Con sus miras puestas en un horizonte a medio plazo, Martín sólo espera que su labor sea útil y que la ciudadanía sepa que sus puertas están abiertas para lo que necesiten. "Que nadie piense que sus quejas o sugerencias van a caer en saco roto. Escucharlos es lo más importante".