La familia del trabajador de Ron Montero fallecido ayer es muy conocida y querida en Motril, pues el padre de los hermanos García Rodríguez, también de nombre Miguel, trabajaba en la bodega Moreno Guerrero de la calle Cruz de Conchas en el centro de la ciudad. "Toda una institución en la comercialización de bebidas, ya que hace 40 años solo había en la localidad dos bodegas, ésta y otra", recuerda Fernando, el propietario de un estanco situado enfrente de aquella antigua tienda de bebidas, muy afectado tras conocer la noticia.

Por su empleo, Miguel (padre) mantuvo una profunda amistad con Paco Montero, el fundador de la bodega de la Carretera de la Celulosa, ya que en aquella céntrica tienda se vendían los licores que Montero elaboraba en la fábrica. Por ello, no fue de extrañar que con 18 años el primogénito de Miguel, que ayudada entonces a su padre en las labores del campo, que entrara a trabajar con Montero en la fábrica de alcoholes, como posteriormente haría su hermano Manuel.

Fernando recuerda a Miguel (hijo) como un hombre "muy reservado, de pocas palabras, pero muy buena gente", que a diario acudía a su establecimiento a comprar el Marca.

Uno de los amigos de la infancia, Juan, que aún no se explicaba lo sucedido, guarda la imagen de los hermanos García Rodríguez como de "unos chiquillos que tendrían poco más de 10 años cuando vinieron a vivir al centro, con su hermana y sus padres, compraron una vivienda a vivir a escasos metros de donde trabajaba su padre, pues antes vivían por la Fábrica del Pilar, y jugábamos en el callejón del estanco del Pozuelo o en la calle".