Ayer y hoy

La rendición de Granada costó 50.000 pesetas

  • Se cumple el centenario de la muerte de Francisco Pradilla, el pintor de 'El suspiro del Moro' y 'La rendición de Granada'

  • Murió en la miseria, quebró su banco y perdió 236.000 pesetas

Pradilla. La rendición de Granada

Pradilla. La rendición de Granada / J. L. D.

Apenas se sabe en Granada quién era el pintor aragonés Francisco Pradilla (1848-1921) cuando se cumple pronto el centenario de su silenciosa muerte ocurrida el 1 de noviembre de 1921 en el Paseo de Rosales de Madrid. En Granada no se enteraron porque la prensa local apenas sacó la noticia, a pesar de ser el pintor de obras tan emblemáticas y tan granadinas como las de Juana la loca, El suspiro del Moro y La rendición de Granada, por ejemplo. Una breve avenida, prolongación de la Cruz del Sur, recuerda su nombre en el callejero granadino. Supongo que a raíz de esta modesta nota algunos "académicos historiadores del Arte" espabilarán, prestos a rendirle homenaje, ahora que me acuerdo.

Aunque también fue paisajista y retratista, Pradilla es más conocido como pintor de temas históricos; estuvo pensionado en Roma (1874) y pronto alcanzó fama con su obra Doña Juana la loca que narra el episodio del dramático traslado de los restos de Felipe el Hermoso desde la Cartuja de Miraflores a Granada, inspirado en las cartas de Pedro Mártir de Anglería (ver mi artículo El rey Felipe I está en Granada, Granada Hoy, 2014). El cuadro obtuvo la Medalla de Honor en la Exposición de Bellas Artes de 1878 y en la Exposición Universal de París. A partir de ahí Pradilla se hace tan famoso que el propio Senado le encarga una de sus más principales obras: La rendición de Granada (1882), también conocido como La entrega de las llaves de Boabdil al rey Fernando, (lienzo de 3,50 x 5,42 cm.) por la que se pagaron 50.000 pesetas depositadas en la Casa de Cambio Villodas.

Pradilla. El suspiro del moro Pradilla. El suspiro del moro

Pradilla. El suspiro del moro / J. L. D.

El pintor visitó la ciudad en julio de 1881, tomó innumerables notas de la Alhambra y sus alrededores; visitó la Capilla Real para documentar la indumentaria, el cetro y la corona del rey Fernando e incluso propuso a su amigo el doctor Benito Hernando, catedrático de la Facultad de Medicina, como modelo para su Boabdil (ver mi artículo Boabdil, catedrático de MedicinaGranada hoy, 2010), aunque el cuadro fue pintado casi totalmente en Roma. Presentada la obra en el Salón de Conferencias del Senado, fue recibida de forma tan calurosa que el propio Alfonso XII le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica. En una carta enviada al Senado él mismo describe la obra pormenorizando la composición y la disposición de los personajes.

A pesar de que le llueven los encargos y acumula una sustanciosa fortuna, en 1886 quiebra la Casa Villodas en la que tenía fijados sus ahorros y pierde 236.000 pesetas (pasados los años solo recuperó 18.000). Indignado ante esta ruinosa situación y como protesta, presentó en una exposición a beneficio de la Asociación de la Prensa de Madrid una obra titulada Estudio en la que figuraba la cabeza de un burro y la leyenda Autorretrato, ironizando contra el robo del que había sido víctima. Curiosamente el burro era el boceto para el que montaba Aixa, la madre de Boabdil, en su obra El suspiro del moro (1887).

Estudio. Autorretrato irónico de Pradilla Estudio. Autorretrato irónico de Pradilla

Estudio. Autorretrato irónico de Pradilla / J. L. D.

Su injusto descalabro económico lo sumió en una tremenda desilusión a pesar de ser reconocido como pintor y ser nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes y director del Museo del Prado, aunque su temperamento no era el más adecuado para dirigir tan importante institución, por lo que dimitió al año siguiente. En un artículo en El Liberal se decía: "Pradilla ha sido engañado. Las economías de toda su vida le han sido arrebatadas….Ha visto la fortuna de sus hijos perdida…y no tiene tiempo sino de llorar". Para colmo, la casa que dejó a sus herederos en Madrid fue saqueada durante la Guerra (in)civil.

Deberíamos recordar al pintor en el primer centenario de su muerte. Ahí dejo la semilla para que los que dicen saber de Pradilla no lo sean sólo de boquilla. Porque igual Granada no se entera y le hacen el homenaje en Sevilla.

Retrato de Pradilla con el rótulo de su calle en Granada Retrato de Pradilla con el rótulo de su calle en Granada

Retrato de Pradilla con el rótulo de su calle en Granada / J. L. D.

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