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Granada capital ya tiene su primera Estrella Michelin. El Restaurante Faralá, en plena Cuesta de Gomérez, se hacía este martes con el prestigioso galardón culinario, convirtiéndose así también en el único establecimiento de la provincia en tener este reconocimiento. Un premio conseguido gracias a ofrecer un "viaje gastronómico por los sabores de la provincia de Granada" a través de sus tres menús degustación: Susurros del Sacromonte, La Magia del Albayzin y Alborán.
Faralá es, tal y como se autodefine, "un variado catálogo artístico de sabores y texturas que ofrecen un viaje sin igual por la provincia con una explosión de sensaciones". El propio restaurante se presenta como "una experiencia única", y trabajan con esa filosofía. "Al cruzar la puerta, los sentidos se estimulan. Ponemos toda nuestra creatividad al servicio de nuestros productos, que son más que platos", destaca el establecimiento.
El restaurante, situado en la entrada a los jardines de la Alhambra, en el corazón de Granada, conjuga arte y luz a la perfección, en un ambiente selecto y acogedor, perfecto para vivir una experiencia gastronómica inolvidable. A través de sus platos, se disfruta de la provincia en cada bocado: su historia, su pasado y su patrimonio inmaterial, así como de todos esos pueblos de la provincia que forjaron nuestra tierra. Salaíllas, guisantes de Huétor, cordero segureño y caviar ecológico de Riofrío son sólo algunos de los ejemplos de los productos que se pueden degustar.
Para quienes quieran llevar la experiencia a otro nivel, se puede vivir la gastronomía de Faralá a través de La Casa del Arte Flamenco, donde se puede sentir esta maravillosa danza a través de los artistas más representativos del género, no solo a nivel local sino internacional.
La experiencia que oferta Faralá es de tres menús degustación, siempre primando los productos típicos de la cocina granadina, con opciones de maridaje de vinos para confluir en una oferta culinaria al nivel que exige la Guía Michelín.
El menú Susurros del Sacromonte está compuesto por tres entrantes: tomate aliñado, pastela moruna y falafel; tres primeros platos: puerro y beurre blanc, raya y coco y guisantes e hinojos; dos segundos platos: rodaballo y espinacas, y cordero y cereza; y dos postres: caramelo, vainilla y palo cortado, y petit fours.
Por su parte, el menú La Magia del Albayzin está compuesto por cuatro entrantes: tomate aliñado, tartaleta de trucha de Riofrio, pastela moruna y falafel; cuatro primeros platos: esturión y caviar, quisquillas de Motril, raya y coco, y guisantes e hinojos; dos segundos platos: rodaballo y cereza, y cordero y patata suflé; y tres postres: hidromiel y tagetes, caramelo, vainilla y palo cortado, y petit fours
El tercero de los menús, el más amplio del que disponen en la carta y el que da una imagen global y completa de la provincia, es Alborán. Está compuesto por dos entrantes: boquerón en vinagre y patata suflé, y gazpacho; cuatro primeros platos: tomate aliñado, sándwich de ventresca, quisquilla y tapioca, y tartaleta de trucha de Riofrio; seis segundos platos: esturión y caviar, caballa y ajoblanco, gamba roja, raya y coco, rodaballo y espinacas, y salmonete, zanahoria y galanga; y cuatro postres: hidromiel y tagete, cabra y mango, caramelo, vainilla y palo cortado y petit fours.
La jefa de cocina es la chef Cristina Jiménez, nacida y criada en Granada. Formada en la escuela de hostelería Hurtado de Mendoza, pasó a estar a las órdenes del chef Juan Morilla para más tarde trasladarse a Girona, al restaurante Els Branscs (1 estrella Michelin). Su inquietud por la pastelería la hace saltar a Barcelona para trabajar junto a Oriol Balaguer, considerado como el guardián de las pastelerías históricas. Antes de volver a Granada pasa por Mallorca para trabajar con Simon Petutsching, y actualmente presenta su proyecto culinario desde los fogones de Faralá.
La sala la gestiona día a día la jefa Lidia Outeda, con su simpatía y buen hacer, elevando la experiencia de nuestros comensales. Sevillana e hija de hosteleros, ha tenido la suerte de apreciar desde bien pequeña la gastronomía como pocos saben hacerlo. En constante formación, y habiendo trabajado en algunos de los mejores restaurantes de Sevilla y Mallorca, decide venirse a Granada a formar parte del ilusionarte proyecto que es Faralá.
Faralá es uno de los nombres que han sonado con mayor fuerza en los últimos años como merecedor de este reconocimiento gastronómico. Hasta este momento, la Guía Michelin mantenía al restaurante granadino como uno de sus recomendados, reseñando que este singular local del casco antiguo, que con su nombre rinde tributo a los vistosos volantes que adornan los típicos vestidos flamencos, se encuentra en un primer piso, pues a pie de calle está El Quejío Wine-Bar, un espacio más informal donde también organizan exhibiciones de cante y baile en directo.
"El restaurante, como tal, centra su propuesta en la actualización del recetario tradicional granadino a través de tres interesantísimos menús degustación nos propone un viaje gastronómico por los sabores de la provincia para que descubramos la salaílla, los guisantes de Huétor, la carne del cordero segureño, el caviar ecológico de Riofrío, la curiosa combinación de Hidromiel y Tagates... ¡Se puede reservar un paquete que combina la cena con el espectáculo!", asegura Michelin.
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