IFMIF Dones

¿Para qué sirve un acelerador de partículas?

  • Carlos Alejaldre ofrece una charla didáctica y clara sobre el papel de la fusión en el mapa energético

“Granada tiene una extraordinaria oportunidad”. Así de rotundo se mostró el director general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Carlos Alejaldre, en la conferencia que impartió en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Alejaldre manejó magnitudes estratosféricas para reseñar la importancia del proyecto IFMIF Dones y, sobre todo, el problema energético y mundial al que se enfrenta la ciencia. ¿Cómo paliar la demanda de energía de un planeta en el que la población crece y también lo hace la necesidad de energía? ¿Cómo dar solución a la dependencia de los combustibles fósiles? En los 90 el 85% de la energía tenía ese origen. En 2017 el porcentaje fue del 86%.

Un repaso a la historia –ofrecido por el propio Alejaldre– permite conocer de cerca el proyecto. El 21 de noviembre de 1985 los medios se volcaron en la cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorvachov. Uno de los acuerdos a los que sí llegaron fue el relacionado con el impulso de la fusión nuclear, ante el escaso recorrido que, en lo bélico, podría tener esa fuente de energía. El 21 de noviembre de 2006 –21 años después, lo que da una idea de la dificultad de sacar adelante determinados proyectos– Rusia, Estados Unidos, Japón, la Unión Europea, China, Corea del Sur, India se aliaron para construir el ITER, que actualmente se levanta en el sur de Francia y que tiene un valor de 7.700 millones de euros. Existe la teoría sobre cómo crear energía a través de la fusión nuclear. Pero esa teoría necesita ser validada, comprobar que es así. Para ello hace falta una infraestructura descomunal.

Hasta ahora se han conseguido los requerimientos que exige la fusión. Temperatura, densidad y tiempo. Pero con un inconveniente. Cada elemento se ha validado en una infraestructura distinta. El ITER francés tiene como misión aunar lo logrado en dispositivos anteriores para evidencia que es posible la fusión y, además, se puede lograr de una manera limpia. Pero ITER no es más que un experimento. El auténtico reactor –lo que servirá para producir energía y, si todo va bien, variar el cóctel de fuentes energéticas– se denomina DEMO y, para su construcción, aunque es necesario que ITER tenga éxito, es preciso desarrollar materiales específicos. Ahí entra en juego el IFMIF Dones. En la infraestructura a la que opta Granada se desarrollará parte del reactor final. “Sin Dones la fusión no puede desarrollarse”, indicó Alejaldre. “ITER y Dones es lo que nos llevará a demostrar que la fusión nos puede dar energía”.Ahí entra Granada, que opta a alojar el IFMIF Dones. “Tiene un potencial tremendo”, indicó el responsable de la candidatura. Además de la Universidad, cuenta con un entorno que puede resultar atractivo para los investigadores que, en el futuro, deberán trabajar en la infraestructura.

Todas estas reflexiones se enmarcaron en la charla posterior a la firma del convenio entre la Universidad de Granada y el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnologías (Ciemat), dentro de la iniciativa Diálogos con la Sociedad, propuesta del Consejo Social de la UGR y que en esta segunda edición corrió a cargo de Carlos Alejaldre.

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