Granada

A la sombra del cemento

  • Los vecinos de San Ildefonso se han levantado contra la ejecución de una obra en el corazón del barrio que, según ellos, no respeta la norma municipal

Los vecinos de la calle Alpargateros Baja no son técnicos en Urbanismo pero saben a 'ciencia cierta' que la obra que se está ejecutando frente a sus casas no se ajusta a los planos oficiales que tienen en su haber proporcionados por la propia Gerencia. Lo saben porque la "mole de hormigón" que se levanta en la manzana que rodea a las calles Baja de San Ildefonso, Alpargateros Baja, Callejón de las Tinajas y Placeta Rosales, les ha tapado de un plumazo las vistas que tienen desde sus casas cuando, según los planos y según el propio Plan Albaicín, las construcciones en ladera dentro del barrio histórico "sólo pueden ser de una planta bajo rasante o en cualquier caso, alzadas de tal manera que al levantarse no dejen encajonados el resto de los vecinos".

La obra en cuestión lleva gestándose en el barrio desde el 2002, fecha desde la que los residentes tienen abierta una cruzada contra el proyecto. Antonio Guardia es uno de los más afectados. Vecino de toda la vida, se conoce la historia de la edificación desde que se movió la primera piedra. Es constructor de profesión y sabe los errores que se están cometiendo en la obra, por eso su indignación es mayor. "Lo clamoroso es que desde la Gerencia nos digan que la construcción tiene todos los permisos en regla cuando estamos viendo con nuestros propios ojos que se están levantando alturas que no son propias de la zona y que están moviéndose por la calle camiones de obra con un tonelaje tres veces superior al permitido", lamenta.

Concretamente, Antonio ha enviado numerosos escritos a la Gerencia explicando toda la historia del proyecto, ha pedido entrevistarse con la concejal del ramo e incluso está a la espera -lleva 5 meses- de que el alcalde le atienda para denunciar el derroche urbanístico que presencia a diario. Pero no está solo, junto a él está Francisco Carvajal, Francisca Pertíñez y los más de 20 residentes afectados por la construcción que ha paralizado el corazón del barrio. Andrés Rodríguez, presidente de la asociación, también apoya la causa y reclama a los técnicos municipales que revisen la ejecución de los apartamentos. "Ya en una ocasión se tiró una torreta que estaba más alta. Pedimos que vengan y expliquen por qué se ha pasado de construir casitas adosadas a una mole de cemento". Una mole que, como dicen, ha logrado sepultar no sólo sus casas, sino también sus vidas.

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