sanidad Avances terapéuticos

Los trasplantes de médula ósea se han duplicado en solo una década

  • El Hospital Virgen de las Nieves ha realizado desde 1992 unos 600 procedimientos para infundir médula a pacientes con patologías de la sangre · Suponen un tercio de todos los trasplantes que se realizan en Granada

Quizás porque son más difíciles de comprender o porque resulta casi mágico que con una especie de transfusión se pueda salvar una vida, los trasplantes de médula ósea no se llevan grandes titulares en los periódicos. Sin embargo, suponen ya en Granada un tercio de esta actividad y el Hospital Virgen de las Nieves realizó 42 procedimientos el pasado año.

Los trasplantes de médula van en aumento desde que comenzaron a realizarse en el servicio de Hematología de este hospital en junio de 1992. Ya han hecho 600 procedimientos y la actividad se ha triplicado. Si al principio se hacían unos 15 al año ahora la media es de 30 o 35 procedimientos anuales.

Las razones de este incremento son varias, como que haya un mejor manejo de pacientes con protocolos más perfeccionados, que hayan mejorado las terapias de soporte y antiinfecciosas y que se haya ampliado el tipo de fuente de progenitores hematopoyéticos. Si antes las células de cordón umbilical se utilizaban sólo en pacientes pediátricos ahora también se utilizan con adultos.

Aunque genéricamente se llaman trasplantes de médula ósea, en realidad lo que se infunde al enfermo como si fuera una simple transfusión son células madre obtenidas de tres fuentes: la propia médula ósea (de ahí su nombre), la sangre periférica o la de cordón umbilical. "El trasplante de médula es un procedimiento mediante el cual se extraen progenitores hematopoyéticos, células madre, de la médula ósea del donante y se infunden al paciente previa preparación del mismo", explica el jefe de servicio de Hematología del Virgen de las Nieves, Manuel Jurado.

Estas células madre del donante se encargan de crear una médula ósea sana para el paciente aquejado de leucemia aguda, linfoma, mieloma, aplasia medular u otras hemopatías constitucionales, patologías que afectan a la médula ósea, "la fábrica de la sangre". Porque, por ejemplo, un paciente con leucemia no tiene una producción normal de células sanguíneas, por lo que con un trasplante lo que se busca es infundir células sanas para repoblar su médula.

Las patologías afectan tanto a niños como a adultos. Los trasplantes infantiles se realizan en el Hospital Carlos Haya de Málaga. En los niños se da la leucemia aguda linfoblástica, de la que el 80% de los pacientes se cura con quimioterapia y muy pocos necesitan trasplante. En adultos son más frecuentes las leucemias mieloblásticas.

A diferencia de un trasplante de órganos que requiere una operación, meter las células madre al torrente sanguíneo mediante una especie de transfusión resulta comparativamente fácil. Lo duro de estos trasplantes es la preparación previa y el cuidado posterior que requieren. Antes de transfundir las células madre del donante, al paciente hay que destruirle su médula ósea porque está enferma, lo que se hace con quimio-radioterapia a altas dosis. Una vez que se queda sin su médula y se le infunden las células madre, hay que esperar a que éstas "aniden en la médula del paciente produciendo células sanas, una fase que dura unas dos o cuatro semanas". Ese periodo, denominado de aplasia, es delicado porque el enfermo, al no tener todavía una médula nueva, carece de defensas. En esta fase es necesario que permanezca en una habitación aislada para evitar las complicaciones más habituales como mucositis o infecciones, por lo que la vigilancia y el control médico es máximo. Para esto, el Virgen de las Nieves cuenta con cuatro habitaciones de aislados.

Las células sanas del donante se pueden extraer consiguiendo médula de la pelvis, que es la zona que más acumula, por multiaspiración -una técnica que se realiza en quirófano y con la que se consigue aproximadamente un litro de médula ósea-; con la estimulación de la salida de células madre de la médula al torrente circulatorio -una técnica que se realiza con catéter como una extracción de sangre normal como cuando se dona plasma en la que se consiguen hasta 200 centímetros cúbicos de células- y a través de la sangre de cordón umbilical, "que es muy rica en células madre y que tienen la peculiaridad respecto a las de adulto que son unas células más inmaduras, por lo que permiten trasplantes sin necesidad de una identidad absoluta".

Porque para que un trasplante tenga éxito, se necesitan células madre y un sistema inmune compatible.

A la hora de buscar al donante primero se busca entre hermanos HLA compatibles. Si no se encuentran (los padres dan información sobre el HLA aunque sólo son donantes en casos excepcionales) se pasa a la búsqueda internacional de donantes no emparentados. El donante "ideal" es el que tenga el mismo sexo, el mismo grupo ABO, que sea joven y serológicamente CMV negativo.

Con los donantes adultos y la sangre de cordón se cubre el 90% de las necesidades de médula para un trasplante. Pero hay un pequeño porcentaje de pacientes para los que no se encuentra donante, por lo que se recurre al tasplante haploidentico. "Por las leyes de Mendel se puede encontrar a un padre, madre o hermano que comparta la mitad de nuestra dotación cromosómica. En estos casos la donación tiene que ser obligatoriamente de médula ósea, no sangre periférica", explica Jurado.

Esta opción se realiza en España desde hace un año y en Granada ya se ha hecho un trasplante de este tipo con médula de un padre y ha ido bien, "aunque son casos excepcionales". En estos pacientes hay que acondicionarlos de forma especial con ciclofosfamida a altas dosis tras la infusión para evitar que su sistema inmunológico genere un rechazo agudo y lleve a la muerte del paciente.

Y es que los trasplantes de médula son un procedimiento muy agresivo y con una mortalidad que ronda entre el 10 y el 30% en el primer año.

También se utilizan los trasplantes autólogos para pacientes con linfomas o leucemia aguda sin donante compatible. En estos casos la donación es de células del propio paciente y si recaen se les ofrece ya un donante familiar o no emparentado. También se puede hacer un doble trasplante, llamado también en tandem, en el que se hace un autotrasplante seguido de un microalotrasplante.

Esta unidad del Virgen de las Nieves de Granada, a la que se dedican específicamente seis facultativos hematólogos más el equipo de enfermería y un psicólogo, es la primera de Andalucía y la octava de España en recibir la acreditación Jacie que asegura el buen funcionamiento en todo el procedimiento del trasplante.

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