Infraestructuras

¿Y si volviera el tren al Norte de Granada? Así sería el ferrocarril Guadix-Baza-Lorca si se reabriera

Un tren MD con destino Almería abandona la Estación de Guadix

Un tren MD con destino Almería abandona la Estación de Guadix / J. J. Medina

Tal día como hoy pero hace 38 años circularon los últimos trenes por la línea ferroviaria Guadix-Baza-Lorca. La celebración del centenario de la inauguración completa de esta obra no pudo ser peor. Se iba la única conexión por tren no sólo del Norte de Granada, sino entre la capital y el Levante, dejando atrás ya casi cuatro décadas de despoblación y sueños truncados. Hoy será el día en el que las plataformas ferroviarias recuerden la efeméride y reivindiquen la vuelta del tren en el tradicional acto de cada 31 de diciembre. Pero hace hace unos meses se produjo la oportunidad de reivindicarlo al más alto nivel y no pasó nada. Fue en el acto de puesta en servicio del eje de alta tensión Caparacena-Baza. Por mucho que se hablara del Corredor Mediterráneo, nadie, absolutamente nadie, reivindicó la vuelta del tren. Justo el día perfecto para hacerlo.

Así, mientras el estudio informativo para la recuperación de esta línea encargado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, puesto en marcha a bombo y platillo por el Gobierno, empieza a acumular retrasos, que en los discursos tanto de Pedro Sánchez como de Juanma Moreno se ignorase la reivindicada infraestructura ferroviaria no es más que otro jarro de agua fría y otra oportunidad desaprovechada, tanto por los dirigentes nacionales, pero sobre todo también los locales, para poner en el foco en una vía que podría convertirse en la línea más recta entre Granada y el Levante, sobre todo para el transporte de mercancías, evitar el obligatorio paso por Almería, y hacer más competitivo el tiempo de viaje de los trenes industriales por el Corredor Mediterráneo.

Los retrasos en el estudio informativo (el de viabilidad lleva redactado desde febrero de 2017 por el Ineco y ofrece alternativas económicamente factibles) no hacen más que languidecer día a día la recuperación del antiguo ferrocarril. Un paseo desde Guadix hasta Baza siguiendo la traza de la vieja línea ferroviaria es un viaje en el tiempo y un panegírico sobre la decadencia.

Vista de la Estación de Guadix Vista de la Estación de Guadix

Vista de la Estación de Guadix / J. J. Medina

Guadix

Poco antes de las cinco de la tarde, el ruido del motor diésel de un tren 598 de Renfe irrumpe en la Estación de Guadix. Llueve de forma copiosa y no hay nadie en la calle, por lo que el estruendo es mayor. El gabinete de circulación sale de su garita y despide al conductor que, aún con medio cuerpo asomado a la ventanilla, le despide camino de Almería. Se han bajado apenas una decena de personas. La sala de espera es ínfima y un chico de rasgos magrebíes aguarda. Le queda un rato. El Talgo a Madrid no pasa hasta dos horas y media después. Al lado, la sala de viajeros antigua, permanece cerrada. Un cartel indica que está disponible para darle uso. No ferroviario, claro.

La estación que tanto brilló como la İskenderun de Indiana Jones dejó de ser lo que era hace tiempo. Tiene seis vías pero realmente se usan una o dos, como mucho, que son las que tienen desvío electrónico. El resto mantienen las agujas manuales de toda la vida. Dos vagones abandonados y corroídos por el óxido se deshacen casi escondidos tras la verja de un edificio aledaño y a lo lejos, en la vía 4, la señal ferroviaria de 'parada absoluta' cierra el paso a cualquier tren que, de haber raíles, continuaría recto su camino hacia Baza. El Media Distancia se ha ido y su murmullo, tras pasar por el silo de grano y la curva del paso a nivel, desaparece. Vuelve el silencio.

Si España reabriera la línea Guadix-Baza-Lorca siguiendo los criterios del estudio de viabilidad de 2017, los trenes seguirían en mismo camino que el MD que pasó por Guadix el día de este reportaje. No seguiría la vieja traza del camino cerrado en 1985, que obligaría a maniobrar y invertir la marcha. En la misma curva de salida de la estación accitana dibujaría una horquilla de 180 grados para emprender su camino hasta Baza, por un recorrido que sería completamente nuevo salvo en algunos tramos.

De hecho, la traza original, según el estudio de 2017, tan solo se aprovecharía en apenas 29 de los 150,6 kilómetros que tendría la línea, que sería completamente nueva. Además, de esos casi treinta kilómetros, muchos de ellos requerirían de mejoras de trazado como, sobre todo, el suavizamiento de curvas, lo cual haría más nuevo aún el recorrido. Además, el estudio de viabilidad cuenta con tres alternativas de trazado, una sobre la antigua base, y que sería imposible de realizar ya que muchos tramos, sobre todo en núcleos de población, ya han sido desarrollados urbanísticamente, y otras dos que plantean variantes del trazado en Baza y todo el Valle del Almanzora. Es decir, no se trata de poner vías donde ya las había, sino de construir nuevas expropiaciones, construir una nueva plataforma, y luego ponerle las vías.

Curva de salida de la Estación de Guadix Curva de salida de la Estación de Guadix

Curva de salida de la Estación de Guadix / J. J. Medina

Entre llanos y barrancos

Tres túneles y cinco viaductos permitirían a los trenes 'salvar' los accidentes geográficos de la salida de la Hoya de Guadix para, tras ocho kilómetros y medio, tomar la vieja traza del tren hacia Baza. No es hasta la llegada al arroyo de Gor cuando la obra se volvería a complicar. Hace siglo y medio los trenes bordeaban en sentido ascendente casi todo el barranco para pasar de una vertiente a otra con un puente tan deficitario e inseguro que los viajeros se tenían que bajar para que el convoy atravesara la estructura, y luego hacerlo a pie. Una gracia, sobre todo con nieve. Años después se acortó aquel camino con otro puente, más largo, pero que no arreglaba el problema. En la era actual un viaducto de casi un kilómetro salvaría el balate.

A su paso se quedan atrás las viejas estaciones de Gor y Gorafe, esta última visible incluso desde la autovía, aunque muchos lo confundirían con una granja por las pisadas de cabras y ovejas. Durante mucho tiempo, estos edificios fueron usados por los pastores como refugio. Como en la tarde de este reportaje, donde la lluvia arrecia y los goterones golpean con fuerza la tierra de los Llanos del Colorín.

Puente ferroviario metálico sobre el arroyo de Baúl Puente ferroviario metálico sobre el arroyo de Baúl

Puente ferroviario metálico sobre el arroyo de Baúl / J. J. Medina

Baúl

El agua ha dejado de caer con fuerza y en Baúl, pedanía de Baza, no hay ni gatos por las calles. Perros sí, que ladran al primer humano que ven pasar aunque no se salen del roal de su patio. Hay silencio, roto por una puerta que se abre para que una mujer saque una bolsa de basura a la puerta. A escasos diez metros, los restos de un semáforo de paso a nivel electrónico. En casi cuarenta años nadie lo ha quitado. Está tan descuidado como el cartel de vía verde, completamente borrado por el sol, y que también ha caído en la decrepitud de una zona, la del Norte de la provincia, que mantiene una lucha a vida o muerte con retener a su población.

Baúl mantiene casi intacto uno de los pocos vestigios ferroviarios bien conservados de la antigua línea Guadix-Baza-Almendricos, el puente sobre el arroyo. Se mantienen los raíles de circulación y los encarriladores de entrada al viaducto, un elemento de seguridad ferroviaria. Pero ahí se corta la línea, que chocaría con un poste de luz coronado por un foco que alumbra el único monumento del pueblo. Los ciclistas han hecho camino a ambos lados del obstáculo para salvarlo, como hicieron Lois y Bertina, dos turistas neerlandeses que se están recorriendo Andalucía en bici a través de vías verdes: "Es la parte que más nos está gustando porque hay mucho silencio. Es conmovedor", comenta él en un inglés con fuerte acento holandés. El tiempo les apremia y no se paran mucho, se van hacia donde llueve y tienen que llegar a Guadix antes del anochecer. Van muy justos.

Metros más adelante, una topera recuerda que había una vía de apartado, y una grúa de agua para antiguas locomotoras sobrevive al paso del tiempo como una pieza de museo. La antigua estación parece como nueva. Lo está: acaba de ser restaurada. Los baulenses le podrán dar uso para diferentes actividades, pero no para recibir viajeros. Si se reabriera la línea el trazado tampoco lo haría porque la vía bordearía el pueblo y salvaría el arroyo con otro nuevo viaducto. Desde este lugar parten casi ocho kilómetros de nueva vía y plataforma, un túnel y un puente más camino a Baza.

Explanada de la antigua estación de Baza, con el edificio de viajeros al fondo Explanada de la antigua estación de Baza, con el edificio de viajeros al fondo

Explanada de la antigua estación de Baza, con el edificio de viajeros al fondo / J. J. M.

Variante de Baza

En Baza es día de mercadillo. Hay ajetreo en la parte alta de la ciudad y, como por desgracia es habitual en ellos, las bolsas y los plásticos ensucian las calles aledañas. La plaza en la que se celebra es amplia y tiene una forma muy particular, ovalada, con un edificio en mitad de la mitad y otro con cenefas y cubierta donde un cartel de azulejo registra la inscripción 'Baza'. Es el emplazamiento de la antigua estación. La calle que lleva al andén principal tiene un pavimento diferente, simulando un empedrado que recuerda el balasto que sostiene las traviesas y las vías de un tren. En la capital bastetana, el ferrocarril es un recuerdo muy presente y casi doloroso.

Si volviera a reabrirse la línea, tampoco es seguro que el tren pase por donde los hacía. De hecho, el estudio de viabilidad de 2017 del Ineco, tiene dos alternativas. De un lado, aprovechar la antigua traza y seguirla tal cual pero con una matización y muy importante: lo haría de forma soterrada por un túnel de kilómetro y medio con la estación, también bajo tierra. La otra opción es la variante de Baza, que rodearía la ciudad con varias obras de ingeniería tampoco fáciles ni baratas: cuatro túneles (de 200 metros el más corto, y luego de tres, uno y 1,2 kilómetros) y un viaducto de casi un kilómetro. Una curva a izquierdas de radio amplio entre el último túnel y el viaducto dejaría un espacio para la nueva estación y evitaría la entrada al casco urbano. Sería la única estación del recorrido en la provincia, además de la de Guadix. Se perderían definitivamente siete.

El trazado, completamente nuevo, se aleja de la ciudad con otro puente de más de medio kilómetro sobre el río Baza y otra gran curva de casi seis kilómetros empalma con la vieja vía, ahora recorrida por atletas, caminantes y ciclistas. En algunos puntos de los Llanos del Moro la inmensidad de la planicie hace al visitante pequeño. Poco más adelante, se llega a El Hijate, ya en Almería.

Cuarenta años después, se pide aún precaución ante el paso de los trenes Cuarenta años después, se pide aún precaución ante el paso de los trenes

Cuarenta años después, se pide aún precaución ante el paso de los trenes / J. J. M.

Variante del Almanzora

Otra de las partes más complicadas por salvar en la reapertura de la Guadix-Baza-Lorca es el valle del Almanzora. Los desarrollos urbanísticos de la zona han cortado casi por completo la posibilidad de seguir al completo la vieja traza. El estudio de viabilidad aquí deja más dudas que en el tramo que discurre por Granada. Plantea remendar el antiguo trazado o hacer uno completamente nuevo y diferenciado en más de 50 kilómetros. La alternativa base contempla quince viaductos, la mayoría pequeños, y también otros quince túneles de escasa longitud.

La vía, sinuosa, complicaría más los tiempos de viaje, por lo que el Ineco contempla la Variante del Almanzora, completamente ajena al antiguo trazado, más rectilínea, pero más alejada de los cascos urbanos, y que plantea muchos retos de ingeniería. El trazado constaría de 17 viaductos, tres de ellos largos de más de medio kilómetro, y hasta veinte túneles, de los cuales, ocho serían también de una longitud de más de 0,5 kilómetros. Habría dos estaciones en Olula del Río y Huércal-Overa, y no recuperarían su parada diez de las antiguas terminales de la línea. Los pueblos podrán conservar su patrimonio ferroviario reconvertido, pero con tren, quedará como un recuerdo bonito, y no como la señal de cuando su país les dejó atrás.

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