El vandalismo no es solo 'made in Granada'. Aunque los granadinos se empeñen en señalarse en el mapa como la ciudad que rompe las bicicletas, la realidad es que en todos los lugares en las que se ha implantado este modelo ha habido problemas. Ha ocurrido también Marbella, Murcia o Madrid con sistemas de alquiler como OFO y Obike pero también con programas municipales impulsados en busca de una movilidad sostenible.

Una negativa tendencia, que se produce, incluso, a nivel internacional. Son impactantes las imágenes de cientos de bicis de alquiler acumuladas sobre las aceras de Xiamen o, directamente, los llamados "cementerios de bicis" en la misma ciudad china. En París llegaron a desaparecer más de 1.000.

Existe una teoría de que estas empresas comercializan con los datos de usuarios

Sin embargo, y aunque haya otras ciudades donde se rompen o roban bicicletas, lo cierto es que en Granada OFO lo ha intentado de todas las maneras para hacer viable el servicio. Ha impartido cursos de sensibilización con escolares, estudiantes Erasmus y otros colectivos ciclistas, y ha reforzado la seguridad, pero todas las actuaciones han caído en saco roto. "Todos los sistemas de movilidad compartida se enfrentan al principio a un mayor porcentaje de vandalismo (…) contábamos con que en Granada fuese algo superior a otras ciudades pues hasta ahora no contaba con otros modelos de este tipo. Sin embargo, el número no ha disminuido con el paso del tiempo, generando un coste de operaciones muy elevado". Por ello, la empresa decidió abandonar Granada temporalmente y reubicar a sus trabajadores en otros puntos.

Ante la marcha de OFO y la aparente suspensión del servicio de Obike, lo recomendable es borrar estas aplicaciones de los dispositivos móviles. De esta forma se evitará que puedan disponer de los datos de ubicación de los usuarios que ya no pueden disfrutar de estos medios de transporte en la capital, sobretodo teniendo en cuenta lo valiosa que es esta información para las grandes empresas.