Todos los años, la basílica de la Virgen de las Angustias es un hervidero de gente para depositar flores a la patrona de Granada. Este año no ha podido ser, aunque algunos granadinos no se han resistido a llevar su ramo. Tampoco ha faltado la música durante la visita del alcalde, Luis Salvador, una tuna que ha puesto una nota de color a uno de los días grandes para los creyentes.
En septiembre de un año normal la Basílica de las Angustias se convierte en el centro de la ciudad con los actos de la Patrona, que se desarrollan durante todo el mes. Pero este año el coronavirus impedirá la celebración como estamos acostumbrados, igual que ha pasado con el resto de fiestas y procesiones desde marzo.
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