Granada CF La Resaca

La afición del Granada pone a la propiedad en el punto de mira

  • Las protestas de la hinchada, que no acudió en masa al partido ante la Real Sociedad, se centran en los dirigentes más que en los jugadores o técnicos, dejando claro que está detectado el gran problema de este club

Pancarta de un aficionado en el partido ante la Real Sociedad

Pancarta de un aficionado en el partido ante la Real Sociedad / Photographerssports (Granada)

La afición del Granada CF demostró en el partido del pasado sábado contra la Real Sociedad que tiene bien detectado el problema del club, y que éste no está ni en los jugadores ni en sus técnicos, sino en los dirigentes.

Desde justo después de cantar el himno gran parte del estadio, y en masa, lanzó gritos de “directiva dimisión” dirigidos claramente a la propiedad china del Granada y a los principales ocupantes del consejo de administración de la entidad.

Aunque también hubo cánticos contra entrenador y jugadores, fueron muy minoritarios, mientras que los de los directivos se oyeron con asiduidad y fuerza, pese a la absurda manía del club de querer taparlos poniendo al final del choque el himno más fuerte y atronador que nunca.

La afición rojiblanca se ha cansado de demasiados años de propiedad china, de sus continuos vaivenes y desvaríos, de su incapacidad para crear un proyecto deportivo sólido, de su desinterés hacia el propio aficionado, de su inutilidad para encontrar unos responsables deportivos válidos.

En definitiva, se ha cansado de DDMC y ahora, con el equipo otra vez a las puertas de Segunda, lo expresa de forma más alta y más clara que nunca.

El problema de cantar “directiva dimisión”, aunque se entienda claramente lo que se quiere decir, es que ni el Granada tiene una directiva ni sus propietarios pueden dimitir. Como sociedad anónima deportiva está comandado por un consejo de administración cuya única salida es o nombrar nuevos miembros, pero siempre con los mismos patrones en cuanto a propiedad se refiere, o vender la entidad. Y no parece fácil que ninguna de las dos cosas vaya a suceder.

En casa

La afición del Granada es soberana y sabia. Es madura y representativa. Por eso jamás se le podrá achacar a la mitad de sus abonados que el sábado se quedarán en casa, igual que en ningún momento se le puede criticar falta de apoyo o de ánimo. Porque si alguien ha dado la cara, y se la han partido muchas veces, es la historia reciente del club son sus aficionados, y por eso ahora están legitimados para hacer lo que quieran.

Ver jugar al Granada es desesperante y frustrante. Incluso en un partido en el que firma una buena primera parte y no pasa demasiados apuros en la segunda estando por delante en el marcador, todo el mundo se pregunta cuándo llegará el gol del contrario y si será uno para empatar o dos para voltear el marcador.

Ver un partido del Granada es empezar un cuento sabiendo el final, porque este equipo no le gana esta temporada a nadie.

Medina

Esta vez Cacique Medina echó la culpa en la sala de prensa a los que salieron desde el banquillo. Es curiosa la capacidad que tiene el uruguayo para ventilar la mierda por territorio ajeno sin que a él le salpique, para encontrar motivos de la derrota sin que ninguno tenga que ver con su libreto.

Esta vez la culpa, según el técnico, fue de Hongla y de Gonzalo Villar, que no salieron al partido como era necesario. ¿Y quién decidió que entraran ellos en el campo? Fue el entrenador, que parece que la decisión la tomó el tendero de la esquina. ¿Y quién decidió que salieran del campo Sergio Ruiz y Lucas Boyé?

Porque igual el problema no estuvo tanto en quién entró sino en quién no tendría que haber abandonado el terreno de juego. Que aparte de no dar una a derechas, Cacique tiene la capacidad de estropear aún más con sus sustituciones los planteamientos, como se demuestra un partido sí y otro también. 

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