El Granada CF, como sucede en prácticamente en todo el mundo, continúa su preparación de cara al futuro a sabiendas de que todo apunta de que será más a medio que a largo plazo cuando tenga que afrontar un anormal sprint final de una temporada que, marcada por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, ha de finalizar sí o sí –la televisión obliga–. La incertidumbre sobre la fecha de la vuelta a los entrenamientos se mantiene, pero se confía en que sea el próximo mes de mayo.
Quedan once jornadas de competición liguera. El equipo de Diego Martínez es noveno con 38 puntos. Aunque en el interior del equipo se evita que trascienda el mensaje de que la permanencia está prácticamente certificada, la realidad es la que es. A pesar de que toda precaución es poca, nada puede evitar echar la vista atrás para comprender la relativa tranquilidad con la que el equipo rojiblanco puede afrontar lo que se avecine. Uno de los pilares de la campaña 2019/20 está, sin duda, en la brillante puesta en escena de la escuadra granadinista.
El Granada ha hecho los deberes en una campaña a la que estaba llamado a ser protagonista. Y lo ha sido. El nombre del equipo rojiblanco salió a portadas nacionales e internacionales cuando al término de la décima jornada su nombre apareció en lo más alto de la clasificación de Primera División. Fue en esas diez jornadas en las que se hizo acopio de puntos y confianza para afrontar los 28 partidos restantes. Y entre esas jornadas, fue en tres –de la tercera a la quinta– en las que la escuadra granadina despegó para incredulidad de no pocos. Fueron tres días de septiembre –los domingos 1 y 5, y el sábado 21– en los que la lógica apuntaba a cero y que se saldaron con un pleno de puntos y juego.
Inicio dubitativo
Cuando a las nueve de la noche de un cálido 17 de agosto del pasado año el balón se puso en juego en el estadio de La Cerámica, ni por la cabeza más optimista pasaba que algo más de dos meses después, concretamente 71 días, el Granada iba a mirar hacia abajo para ver a todos sus rivales de Primera División, una categoría a la que había regresado, tras una brillante campaña 2018/19, con el único objetivo de lograr la permanencia.
Y eso que el primer partido de Liga no comenzó bien, pues a los 35 minutos el Villarreal ya mandaba tras un gol de penalti de Cazorla. Y menos aún cuando en el 73’ Samuel Chukweze puso el 4-2. Pero en menos de 20 minutos Soldado y Puertas, a la salida de sendos córners, firmaron un empate que supuso la tarjeta de presentación en el retorno a Primera. Una semana después el panorama se oscureció con la lógica derrota en Los Cármenes ante el Sevilla (0-1). A la conclusión de la segunda jornada el Granada era decimocuarto.
En Cornellá se abrió la lata
Pero fue entrar en mes de septiembre cuando el Granada metió el turbo. Y eso que el panorama invitaba al sufrimiento, pues el calendario asimétrico deparaba dos salidas consecutivas a Cornellá y Vigo justo antes de recibir al Barcelona. ¿Quién no se daba con un canto en los dientes por sumar siquiera tres puntos en estos tres partidos? Así, llegaron esos tres días de septiembre en los que el Granada decidió ponerse el traje de 'equipo revelación' de una temporada que, lo que son las cosas, el coronavirus ha cortado por lo sano.
Septiembre comenzó con fuerza. El primer día del mes los de Diego Martínez rindieron visita a un Espanyol que había brillado la temporada precedente al acabar en la séptima posición. Fue a partir de las siete de la tarde cuando el Granada empezó a pasar por encima de los periquitos. Puertas abrió la caja cuando apenas se habían jugado 13 minutos y Carlos Fernández y Azeez completaron la goleada tras el descanso (0-3).
Seis días después, visita a Balaídos para sumar otros tres puntos. El choque estuvo marcado por las expulsiones de los locales Jorge Sáenz y Fran Beltrán antes de la media hora de juego. El Granada no lo desaprovechó y con los tantos de Germán, justo antes del descanso, y Yangel Herrera rubricó el triunfo.
El plato fuerte de estos tres días de septiembre se saboreó el día 21. Lugar: Los Cármenes; hora: nueve de la noche; rival: el Barcelona. Fue un encuentro memorable que se mantendrá en la retina de los aficionados durante mucho tiempo. A los dos minutos Azeez, en boca de gol, marcó el primero, y en el 66’, Vadillo, desde el punto de penalti selló un 2-0 para la historia. Y de paso, firmar un 9 de 9 puntos que situó al Granada en la tercera plaza de la tabla detrás de los dos grandes del fútbol español.
A la conclusión de la quinta jornada los de Diego Martínez ya sumaban la cuarta parte de puntos (10) teóricamente necesarios para asegurar la permanencia.
Pero aún quedaban dos partidos más para cerrar septiembre y los rojiblancos lo hicieron de forma inmaculada tras empatar en Valladolid (1-1) y ganar al Leganés (1-0).
Partido por el liderato en el Bernabéu
Encaramado en la segunda plaza, el Granada empezó octubre con una visita al Real Madrid en un partido en el que estaba en juego el liderato. Ver para creer. Los merengues sudaron más de lo previsto para no defraudar a los apostadores (4-2).
Los triunfos en casa ante el Osasuna y el Betis, ambos por 1-0, y el aplazamiento del Barça-Madrid por temas políticos, propiciaron que a la conclusión de la décima jornada el nombre del Granada estuviera en lo más alto de la clasificación.
El liderato se puede considerar anecdótico aunque fue portada en los medios de comunicación. Lo realmente importante era que tras diez partidos el cuadro rojiblanco ya sumaba 20 puntos. En otras palabras, en menos de la quinta parte de la competición ya se había firmado la mitad de puntos por los que se suspiraban a inicios de la temporada.
De aquella siembra, una cosecha que apunta a ser abundante. Eso será cuando lo permita el coronavirus.
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