Granada CF

Robert, Diego y la afición del Granada CF

  • No ganar sigue siendo el menor de los problemas de un Granada que ya es el equipo más goleado de la categoría

Robert Moreno, antes del partido ante la Real Sociedad

Robert Moreno, antes del partido ante la Real Sociedad / Photographerssports (Granada)

Han pasado ya seis jornadas y no ganar sigue siendo el menor de los problemas del Granada CF.

Dijo Robert Moreno en rueda de prensa tras la derrota ante la Real Sociedad que lo único que le falta al equipo es conseguir un buen resultado. Sólo él sabe si realmente piensa eso o se expresa así para agarrarse al tópico, algo afortunadamente inhabitual en sus comparecencias, y no airear las múltiples carencias que muestra el conjunto rojiblanco sobre el césped.

Los marcadores favorables suelen ser consecuencia del proceso, y la línea de producción del Granada está atascada. Comenzó el curso funcionando a medio gas, con aceptables partidos para ser el inicio ante el Villarreal y el Valencia, este último al que casi gana, pero desde entonces va a peor.

Lejos de evolucionar, ni siquiera se encuentra estabilizada, sino que involuciona, salvo en momentos muy puntuales y muy cortos de determinados partidos.

El Granada aún no ha merecido ganar ningún encuentro. No ha sido mejor que ninguno de sus oponentes. Si un juez imparcial se olvida del marcador y decide a los puntos al vencedor, los rojiblancos seguramente hubieran salido perdedores de los seis que han disputado.

Los mejores

En cada uno de los seis choques, el portero siempre ha estado entre los tres mejores del equipo. Aarón en los tres iniciales y Maximiano en los tres últimos.

Cuando el valenciano se fue al banquillo era el cancerbero del campeonato que más paradas hacía de toda LaLiga Santander. El portero luso ya dobla en intervenciones decisivas por partido al resto de cancerberos que más paran del torneo. El dato es absolutamente demoledor, más aún si se tiene en cuenta que el Granada ya es el equipo más goleado.

El comportamiento defensivo del plantel es un esperpento en la mayoría de los partidos jugados. En estrategia o en juego corrido, se coloque en bloque bajo o presione, ante ataques directos o frente a transiciones del rival organizadas. Al Granada la hacen daño de todas las formas posibles.

Unos oponentes aciertan más y otros menos, pero nadie defiende en Primera peor que el equipo de Robert Moreno, nadie da tanta sensación de fragilidad, y eso sí que es un problema gordo, más incluso que no ganar partidos.

El pasado

A muchos les moleste que se hable, se recuerde o se hagan comparaciones con Diego Martínez. Al actual entrenador parece que también.

Es algo inevitable. Se sabía que iba a ocurrir y es un iluso quien creyera que no pasaría esto. Se cita y se añora a Diego, y se seguirá citando y añorando, esté quien esté en el banquillo y vaya el equipo mejor o peor.

Su legado, no sólo a nivel de resultados, es tan glorioso e irrepetible que su sombra es alargadísima y se proyectará durante lustros sobre el granadinismo, desde el entrenador que esté al frente del equipo hasta el último de sus aficionados.

Tampoco le ayuda a Robert Moreno su actitud ante esta situación, ya que cuando se refiere al equipo o al técnico del pasado lo suele hacer con medias verdades.

Además, los males del actual Granada, que son muchos y por ahora sin síntomas de curación, no tienen nada que ver con la añoranza.

Los goles que le marcan el Granada, o las múltiples ocasiones que recibe en cada encuentro, no son culpa de la nostalgia. La pesadumbre se agudiza por lo que muestre el actual equipo, pero no influye en su rendimiento.

La grada

A la afición apenas se le pueden poner peros. Pitó a los suyos y a Robert en los instantes finales del partido ante la Real, cuando la derrota ya era un hecho y ni los propios futbolistas creían.

Es bueno recordar que Ryan hizo cero paradas durante el encuentro. Tras el pitido final, con el himno a todo trapo por megafonía, no es fácil saber si la grada aplaude, abuchea o se mantiene en silencio.

Los hinchas se contentan con poco, sólo hay que estar pendientes a sus reacciones durante el duelo.

Han estado en casa viendo cómo en el estadio repartían jamón de pata negra y ellos no podían entrar. Ahora que el coronavirus ha permitido que puedan volver, se encuentra con aceitunas de las malas en las bandejas.

El jueves gastaron sus energías durante 93 minutos animando, pese a que pasan hambre, y se quejaron en los segundos finales porque están en su derecho de hacerlo. Faltaría más.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios