Comienza una semana clave para el objetivo de terminar la temporada más extraña y convulsa de toda la historia de la Liga. También para un Granada que a mediados de marzo se vio frenado en seco cuando iba a velocidad de crucero en una campaña que apuntaba más que bien.

Pocos días después del empate en el campo del Levante, lo que situó a los granadinos novenos en la tabla con 38 puntos, los mismos que el octavo Villarreal, el club suspendió los entrenamientos y todas las actividades de la entidad. Era el 13 de marzo y en principio la decisión era por una semana, pero finalmente se adecuó a los sucesivos estados de alarma decretados por el Gobierno.

Por lo tanto, los jugadores de Diego Martínez llevan más de 50 días confinados y, aunque han seguido un meticuloso plan de entrenamiento en sus casas para mantener la forma, han estado mucho tiempo sin ejercitarse sobre un terreno de juego y sin el resto de compañeros. Mucho tiempo ha pasado desde la última sesión –por entonces se preparaba el choque ante el Getafe– más que unas vacaciones estivales.

Con la vista puesta a la vuelta al trabajo en la Ciudad Deportiva, aunque en principio será de forma individualizada, los pupilos de Diego Martínez han intensificado el trabajo en sus domicilios durante la pasada semana. Además, los responsables de la preparación física han supervisado la adecuación de las instalaciones rojiblancas a los protocolos establecidos por LaLiga y el Consejo Superior de Deportes (CSD).

Deficiencias durante el confinamiento

Según el coordinador físico del Centro Andaluz de Estudio y Entrenamiento, Francisco Molina, lo normal es que durante el tiempo de confinamiento "se pierda algo de fuerza, potencia, velocidad y flexibilidad".

Recuperar el tono competitivo, otro de los apartados a incidir en la vuelta al trabajo

Sin entrar en el caso concreto de los jugadores del Granada, el preparador físico entre otros de Javi Ruiz, jugador de élite de pádel, hace referencia a estudios en los que se señala que durante este tiempo sin entrenar con normalidad el deportista puede "sufrir una bajada de glucógeno en el músculo que pude afectar a los esfuerzos explosivos y aspectos de resistencia anaeróbica y aeróbica". No obstante, aclara que "todo depende mucho de las posibilidades de material y espacio que haya dispuesto cada jugador durante los entrenamientos que ha llevado a cabo en sus casas".

Roberto Soldado, durante un entrenamiento.

A pesar de todo, para Molina, "lo más importante que se puede producir durante este tiempo es la pérdida de capacidad en el gesto deportivo y el posicionamiento en el terreno de juego". En otras palabras, lo que no ha habido durante estos más de 50 días es el normal contacto con el balón y con el juego en equipo, sensaciones que se tendrán que recuperar antes de retomar la competición liguera.

'Minipretemporada'

La plantilla del Granada tiene ahora por delante una especie de minipretemporada para realizar "un ajuste progresivo de todo lo que se ha llevado a cabo en los entrenamientos durante el confinamiento y trabajar todo lo que no se ha podido hacer durante este tiempo", señala Molina, que añade que el tiempo necesario "debería durar entre tres y cuatro semanas".

El preparador físico insiste en que durante este periodo de vuelta al trabajo, sin obviar el aspecto físico, lo principal es "volver a recuperar sensaciones con el balón, posicionamiento y competitividad sobre el terreno de juego".

Aspecto anímico

Para Molina, hay otro apartado que puede ser necesario trabajar en algunos deportistas es el aspecto anímico, pues todo este tiempo de confinamiento ha podido generar muchas incertidumbres, sobre todo porque se puede afrontar un final de liga con mucho en juego en partidos sin público, algo a lo que no están acostumbrados los futbolistas.

"Para la mayoría de los deportistas la mejor medicina es el entrenamiento diario, pero a veces no está de más poner a su disposición un psicólogo deportivo", concluye.