No hay mejor escenario para que se reivindique un equipo que un gran estadio como el del FC Barcelona. Pese a que generó poco peligro, sufrió en el juego aéreo y rozó la primera victoria de la temporada, el Granada CF se trajo un punto de la Ciudad Condal en un duelo en el que se adelantó muy pronto y se tuvo que dedicar a defender con todo para mantener el botín. El tanto de Araujo en el minuto 90 evitó que los rojiblancos lograran su primer triunfo de la presente campaña pero, al menos, se vio a un equipo solidario que supo competir y tirar de oficio cuando era necesario, para desesperación de la afición catalana.

Cuando un conjunto llega con muchas dudas, dos puntos de doce como balance y acude al Camp Nou, no hay nada mejor manera para ir adquiriendo confianza que marcar en la primera acción de ataque que se tiene. Eso fue lo que logró el conjunto de Robert Moreno, que sorprendió a los aficionados culés a los dos minutos gracias a un preciso centro del debutante Sergio Escudero que Domingos Duarte, de cabeza y en el segundo palo, no desaprovechó.

Pobre Barça

El Barça de Koeman es mucho menos Barça que en pasadas temporadas. Y eso se notó en su juego. Porque aunque monopolizó la posesión no estuvo fino en ataque. Quizá por el orden defensivo de los rojiblancos, con un 1-4-1-4-1, o porque no tienen más calidad, pero lo cierto es que Luís Maximiano tuvo en el primer acto poco trabajo. Tan sólo en la recta final del primera acto y como consecuencia de saques de esquina, tuvo que emplearse a fondo. Durante el resto de tiempo, tan sólo Depay generó algo de peligro.

Los nazaríes con ventaja en el marcador optaron, como no podía ser menos, por pertrecharse atrás y buscar la contra en especial con Darwin Machís. Pero, poco a poco, los locales fueron encerrando al Granada CF en su campo. La solución por la que optaron los, en esta ocasión vestidos de blanco, fue parar cada vez que pudieron el choque. Primero ralentizando los saques de puerta de ‘Maxi’ y, posteriormente, con la lesión de Eteki que fue suplido por Montoro a la media hora. Y eso ante un Camp Nou nervioso y desesperado por el tiempo que perdían los visitantes. Pero eso es fútbol también. Ese oficio que faltó ante el Real Betis salió a flote.

Antonio Puertas aguanta el cuero en una banda ante la presión de Eric García.

El Barça pudo empatar con un remate al larguero de Sergi Roberto previo córner, gozando Jorge Molina de una buena ocasión a centro de Machís que remató por encima de Ter Stegen. La poca movilidad de los hombres de ataque culé facilitó el trabajo de la zaga nazarí. Y sino, ahí estaba Maximiano, que apareció en el 45’ realizando una enorme parada a remate de cabeza de Araujo tras un nuevo saque de esquina, la principal arma ofensiva de los locales. El arquero luso realizó dos paradas más antes del descanso pero evitó el empate antes del receso.

Embotellados

Con la entrada de Carlos Neva por Escudero, con molestias físicas, el segundo acto siguió la tónica del primero. Los de Koeman, muy enfadado por las pérdidas de tiempo del Granada CF, cambiaron el sistema con la entrada de Luuk De Jong. Embotellaron a los de Robert Moreno, que siguieron sin pasar por excesivos apuros y optaron, descaradamente, por buscar el contragolpe pero sin apenas fortuna.

Los de Koeman, con muy pocos recursos ofensivos, basaron su peligro en las acciones a balón parado

Desde el banquillo se optó por reforzar la medular con Gonalons, para que ayudara a los zagueros, y la punta de ataque con Luis Suárez en busca de mayor velocidad arriba. Pero el hombre más peligroso de los barcelonista fue Araujo en las acciones de balón parado. Un recurso demasiado pobre para todo un FC Barcelona que fue a más con la entrada de Piqué como delantero centro en el último cuarto de hora. Luuk De Jong, a once minutos del final, tuvo la oportunidad más clara pero remató por encima del larguero con todo a su favor tras un nuevo córner.

El cántaro

Sin esquema y con el único argumento de colgar balones al área, la grada del Camp Nou se desesperó. Araujo era un constante peligro cada vez que el balón era colgado hasta que en el 90’, un preciso centro del canterano Gavi lo remató con todo el central uruguayo para establecer el empate. Se nadó, con excesivo riesgo, y al menos no se murió en la orilla porque se sumó. Un punto en uno de los templos del fútbol mundial debe ser tenido en cuenta, pese a que enfrente había un pobre Barça. Por segundo año consecutivo se puntuó en Barcelona y ese debe ser el punto de inflexión del Granada CF este curso. Ya habrá tiempo de dominar los partidos como le gusta a Robert Moreno. El jueves, sin tiempo de recuperación, nueva cita en Los Cármenes.