Burgos-Granada CF | Análisis táctico

El Granada CF ofrece en Burgos una lección de pegada cuando más lo necesitaba

Antonio Puertas se desesperó con el colegiado en el duelo ante el Burgos.

Antonio Puertas se desesperó con el colegiado en el duelo ante el Burgos. / Agencia LOF (Burgos)

Cuando pasen las jornadas nadie se acordará del mal juego que realizó en El Plantío el Granada CF. Pero en el mundo del fútbol lo que cuentan son los goles y el cuadro granadinista cuenta con un futbolista al que se le han caído de los bolsillos los tantos a lo largo de su carrera. Su nombre es Jorge y su apellido Molina. Su entrada al campo cambió por completo el choque ante el Burgos, anotando dos goles y dando una asistencia en un triunfo que tiene mucho mérito pese a no ser, ni mucho menos, el mejor encuentro que ha jugado.

Las numerosas ausencias en la zaga rojiblanca obligó a Paco López a optar por jugar con tres centrales (Cabaco, Víctor Díaz y Raúl Torrente) y dos carrileros (Puertas y Jonathan Silva). Hasta cinco novedades presentó el técnico valenciano, que le dio la oportunidad de inicio a Sergio Ruiz tras sus buenos minutos ante el Málaga y lograr el tanto que otorgó la victoria en la pasada jornada.

Infortunio

Pero la mala suerte se cebó con Raúl Torrente en la primera acción del choque. El canterano metió la pierna en una acción en el área y se lesionó la rodilla izquierda. Tras ser asistido, regresó al campo pero finalmente se tuvo que retirar llorando, dando entrada el míster al Miki Bosch, jugador del Recreativo, que debutó así en LaLiga SmartBank. Un palo del que le costó al Granada CF reponerse y más tras anotar Gaspar a los ocho minutos desde fuera del área.

Dominados

Una vez más, se comenzó perdiendo y tocaba remontar. Y le costó mucho hilvanar jugadas de ataque. Durante prácticamente el la primera hora de partido, apenas se acercaron a las inmediaciones de Caro. El Burgos dominó el balón y jugó casi siempre en campo visitante. El centro del campo rojiblanco brilló por su ausencia, lo que provocó que los tres de arriba (Callejón, Uzuni y Weissman) quedaran desasistidos. La presión de los de Calero obligó a jugar demasiado en largo y en los duelos, casi siempre fueron ganadores los locales.

Ligera mejora

Pareció mejorar con el paso de los minutos, teniendo más continuidad con el balón pero sin generar peligro. Fue un espejismo. Un pobre bagaje para un equipo que aspirar a ascender de manera directa. Se volvió a ver al Granada CF que durante esta campaña cambia por completo a domicilio. Pese a jugar con dos carrileros, por banda ni Puertas ni Jonathan Silva dieron profundidad, lo que desesperó a los puntas, en especial a Uzuni.

Pobre bagaje ofensivo

Y es que los únicos disparos a portería fueron del Burgos, a excepción de un tímido remate de Weissman en el descuento del primera tiempo, y ese dato ya dice mucho de la nula capacidad ofensiva de los de Paco López en El Plantío. Una de las razones fue la inexistencia de un hombre entre líneas que enlazara el centro del campo con los hombres de arriba.

Misma tónica

Pese a la horrorosa primera mitad, el entrenador de Silla no movficha al descanso, por lo que la tónica siguió siendo la misma. Sin peligro, sin posesión ni buena circulación fueron pasando los minutos y Caro siendo un espectador más. Por fin, en el minuto 58, Paco López decidió hacer cambios. Sacó a Weissman y Puertas del terreno de juego para dar entrada a Bryan Zaragoza y Jorge Molina, pasando a jugar con línea de cuatro, con Víctor Díaz de lateral.

El empate

La fortuna se alió con los rojiblancos, que en su primera llegada al área rival, terminó en gol a veinte minutos del final. Una buena ruptura de Sergio Ruiz ante la mala salida de Caro le permitió tocar para Jorge Molina, que terminó anotando a puerta vacía. Cuatro minutos más tarde, el alicantino tuvo el 1-2 pero su remate a la media vuelta no encontró portería. El gol del Granada CF cambió el partido gracias al veterano ariete.

Factor decisivo

Cada vez que el ‘19’ tocó el balón pasó algo. Y a siete del final, tras un gran pase de Jonathan Silva, Molina controló, esperó el desmarque de Uzuni que ganó el primer palo para anotar el 1-2. Un mazazo para los locales que, demasiado cansados, no tuvieron poder de reacción ante un equipo que se encontró con un factor diferencial, Jorge Molina que apareció cuando su equipo más lo necesitaba. Hizo el doblete en tiempo de descuento para alegría del granadinismo, pero no hay que ocultar que los rojiblancos no realizaron un buen partido. Es lo que tiene el fútbol y tener mayor pegada.

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