Fue la gran apuesta de Pedro Morilla en su debut en el banquillo rojiblanco y ayer volvió a confiar en él. Antonio Puertas parece tener la confianza del técnico sevillano ante la ausencia de Machís pero una vez más demostró que donde más cómodo se encuentra es en la media punta y no partiendo de banda como hizo ayer.

El almeriense tiene una gran tendencia a irse al centro, pero ayer la posición por detrás del punta estaba ocupada por Javi Espinosa por lo que jugó tirado a un flanco aunque, eso sí, buscando casi siempre la diagonal, asociándose con el toledano e incluso intercambiando por momentos su posición.

Le costó entrar en partido y de hecho sus dos primeras acciones fueron dos pérdidas de balón en un minuto, pero poco a poco se fue entonando siendo el jugador más peligroso de los rojiblancos. Suya fue la mejor ocasión del Granada CF en la primera mitad tras una contra que culminó con un disparo al lateral de la red. Además, demostró buena visión al habilitar con un pase interior a Joselu en el área.

Con el paso de los minutos se fue apagando porque uno de sus puntos débiles es su físico y de hecho terminó con muchos problemas para recuperar la posición ante los contraataques de los de Fabri. Tras participar mucho en el primer acto, que terminó con una posesión del 60%, tras el paso por vestuarios su actuación bajó muchos enteros y más con la entrada de Rey Manaj al campo pues había atasco por dentro. Su mejor acción en la reanudación fue un disparo desde la frontal en el 73' que Dorronsoro atajó sin problemas. Un falso jugador de banda que necesita jugar por dentro.