El Granada CF logró un punto ante el Cádiz (0-0) que puede valer oro. Así visto puede sonar raro pero, tal y como se le puso el partido a los rojiblancos, que jugaron más de una hora con un jugador menos, sumar ante un rival directo por evitar el descenso, con el que no se pierde el average particular y se mantiene la renta con los tres equipos de abajo no puede ser considerado más que como un punto positivo pues se corta la mala racha. Otra cosa es que las sensaciones que muestra el equipo, el ambiente enrarecido que hay en torno al técnico y que se perdió una gran oportunidad de dejar muy tocado al Cádiz no invitan al optimismo.

La primera mitad del choque no pasará a los anales de la historia del buen fútbol. Era tanto lo que se jugaban ambos contendientes que su misión fue cometer los menos errores posibles. Arriesgaron tan poco que en sus primeros cuarenta y cinco minutos el duelo fue soporífero. Con el mismo sistema de juego, tres centrales y dos carrileros largos, la cita fue un quiero y no puedo. Ninguno mostró la calidad suficiente para romper la rigidez táctica y, con ese panorama, el aburrimiento fue la tónica.

Errores

Pero aunque ninguno quiso cometer pifias, fue el Granada CF el que se esmeró en que ello no ocurriera. De hecho, a los cuatro minutos, una mala cesión de Domingos Duarte a Luís Maximiano estuvo a punto de aprovecharla Álvaro Negredo pero la velocidad del veterano delantero no es su fuerte y, gracias a la salida del arquero rojiblanco y que Torrente estuvo rápido para interponer su cuerpo, se evitó que el encuentro comenzara a decantarse de bando cadista.

Fue el primer susto, pero hubo más. Imprecisiones, malos pases, desorden táctico. Un ‘primor’ de partido, vaya. El primer intento de los locales llegó en las botas de Isma Ruiz, que disparó por encima del arco a los 10 minutos. Fue un espejismo. Porque ni Maximiano ni Ledesma tuvieron trabajo. Uzuni y Luis Suárez se desesperaban en la presión buscando envíos en largo que casi nunca fueron milimétricos. De hecho, hasta el minuto 26 no pasó prácticamente nada. Fue entonces cuando Suárez remató desde fuera del área, el cuero tocó en un rival y le llegó mansamente a las manos del guardameta del Cádiz.

Roja

La réplica llegó por parte de Rubén Alcaraz y posteriormente de Negredo que remató, con la testa, a las manos de ‘Maxi’. Sin embargo, el choque cambió cuando en el minuto 33 Domingos Duarte fue expulsado con roja directa. Una mala entrega de Germán, irreconocible, provocó que el luso tuviera que pugnar con Negredo por el esférico derribando al madrileño. Sánchez Martínez no se lo pensó y le enseñó la roja para culminar una nefasta actuación del portugués no es ni la sombra de lo que fue en las dos últimas campañas.

Antonio Puertas protege el cuero ante Arzamendia.

Los de Sergio González tenían superioridad numérica pero hasta el descanso no lo pareció. No modificaron su esquema, tampoco encerraron a su rival en campo propio y fue el cuadro de Robert Moreno el que, por medio de Álex Collado, tuvo la mejor ocasión en el 40’ tras jugada individual pero su chut lo despejó Ledesma. De ahí al receso no sucedió nada, como casi durante el resto del primer acto.

Sin ocasiones

La entrada de Machís por Uzuni, que tenía amarilla, fue la principal novedad tras el descanso. El venezolano volvió así a jugar tras su frustrado traspaso al Charlotte de la liga norteamericana. Con línea de cuatro, Isma y Milla por delante y Collado, Machís y Suárez arriba, los locales buscaron pertrecharse atrás y buscar con velocidad sorprender a los amarillos. Un equipo, el gaditano, que parecía que no se jugaba nada. No cambió su dibujo hasta la hora de partido tras quitar a un central, Fali, y jugar con línea de cuatro.

Los Cármenes terminó cantando el ya famoso “Robert vete ya” en el tiempo de descuento

La variación táctica se supone que era para encerrar al cuadro rojiblanco pero su escasa calidad y ambición provocó que los de Robert no sufrieran en exceso. Tan sólo disparos desde fuera del área que no encontraron portería fue el recurso de los visitantes. Hasta que Negredo, en el 69’, tuvo la más clara en un mano a mano ante Luís Maximiano que el luso solventó con una buena intervención.

Cansancio

El cansancio fue haciendo mella en los rojiblancos como era previsible y en los últimos veinte minutos y, por fin, gracias a los cambios ofensivos de los de Sergio González, poco a poco fue cercando al Granada CF cerca de su área. Pero Maximiano no tuvo que esforzarse en exceso. Era más el runrún que existía en la grada y el miedo a una posible derrota más que el peligro real lo que llevó la incertidumbre al estadio.

Los seguidores locales no desaprovecharon la ocasión para manifestar su descontento con Robert Moreno, al que se le pidió una vez más que se marchara, casi al unísono en el tiempo de descuento. El esfuerzo de los jugadores poco menos que quedó en nada. No se logró volver a ganar pero, al menos, sí romper una mala racha de cinco derrotas seguidas. Toca sufrir pero no existe el mejor ambiente en torno al club. Es una evidencia.