Y la presidenta del Granada CF reapareció al fin en Castellón
En una categoría tan igualada como la Segunda División, cuando un equipo enlaza varias victorias seguidas pasa de pelear por evitar caer en puestos de descenso a, como mínimo, jugar play off. Eso le ha ocurrido al Granada CF, que tras su victoria ante el Castellón, se ha metido de lleno en la pugna por las dos primeras plazas que dan derecho a ascender directamente a Primera. Lo que ha hecho el conjunto de Fran Escribá no es habitual. Acumula ocho partidos sin perder, cuatro empates en una primera parte y cuatro triunfos seguidos. Dieciséis puntos de 24 posibles que han vuelto a ilusionar a la afición rojiblanca que, ahora sí, ve un equipo sobre el terreno de juego que sabe lo que hace, tiene las ideas claras y que está mejorando gracias al rendimiento individual de jugadores llamados a ser los líderes.
Locura
Jugar ante el Castellón es toda una aventura. El equipo entrenado por el preparador neerlandés Dirk Schreuder está causando sensación por su particular estilo de juego. Es intenso, arriesgado, por momentos kamikaze, suelen dejar a los delanteros rivales uno contra uno con los defensas pero esa forma de jugar le está dando resultado. Ver, de repente, a un central de media punta, a un lateral de delantero centro y al portero a 30 metros de la portería convierten a los levantinos es un rival incómodo e indescifrable. Escribá lo sabía y, de haber estado sus futbolistas algo más acertados en ataque, el Granada CF pudo haber dejado encarrilado el choque mucho antes. Espectáculo ofrecen, es indudable. Otra cosa es que ese ritmo lo puedan aguantar en una competición tan larga como la Segunda División.
En la pomada
El Granada CF durmió en puesto de ascenso directo y bien contentos que se acostaron los aficionados rojiblancos el martes. Pocos podían sospechar cuando Guillermo Abascal fue destituido, que el cambio en la situación clasificatoria iba a ser tan radical con el cambio de técnico. Pero así es el fútbol. En un mes de octubre inmaculado hasta el momento, quiere completar el círculo el próximo domingo desde las 21:00 horas en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante el Levante, un serio candidato al ascenso en un choque que, seguramente, será una fiesta pues el estado de forma de los granadinos lo merece.
Mariño
La llegada del guardameta ha dado una gran seguridad a la zaga. En Castalia encajó dos tantos, el primero de ellos tras una mala salida pero, al igual que en su momento Rui Silva, Luís Maximiano o Raúl Fernández, mantuvo a su equipo vivo con sus paradas. En especial, evitó que el Castellón se fuera al descanso con 3-1 en una acción de Van del Belt que si llega a marcar habría sido el gol del año. Pero en la segunda mitad realizó un paradón tras un disparo desde la frontal que permitió volver a Granada con los tres puntos. Sin duda, su incorporación ha sido todo un acierto.
Las rotaciones
Insiste Fran Escribá en cada rueda de prensa que sus equipos suelen cambiar a lo largo de la temporada. En la previa presumió de plantilla y sus jugadores le respondieron con la victoria. Realizó hasta seis cambios, más de medio once y no se notó en exceso. Rubén Sánchez rindió a gran nivel en el lateral derecho, Hongla ofreció todo un recital, Reinier marcó...todo salió a pedir de boca salvo la lesión de Loïc Williams y la expulsión de Ignasi Miquel, que junto a los problemas físicos de Pablo Insua, harán que el domingo vuelva a modificar su alineación titular. Y es que jugadores como Gonzalo Villar o Manu Trigueros no llegaron ni siquiera a pisar el césped. Y eso dice mucho del potencial de la plantilla rojiblanca.
El regreso
Pero, sin duda, una de las noticias del choque fue ver a la presidenta del club, Sophia Yang, en el palco del estadio castellonense. Han tenido que pasar once jornadas para ver a la máxima responsable ‘dar la cara’ y encabezar la expedición granadinista. Cuando la pelotita entra, todo es más fácil, la alegría fluye, hay actos públicos y la gente sólo piensa en positivo. Puede ser una realidad. Pero el club tiene demasiados frentes abiertos y nadie da la cara públicamente ni se expone ante los medios de comunicación salvo en los afines que siempre los hay, claro está. Un clásico. La afición quiere conocer muchos aspectos de la entidad pero si sus principales dirigentes no están dispuestos a dar explicaciones, difícilmente pueden cambiar de opinión. Ahora todo es felicidad en el seno rojiblanco aunque no es oro todo lo que reluce.
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