No pudo ser. El Granada CF no logró vencer al Rayo Vallecano, con el que terminó empatando a dos goles en un duelo con dos partes muy diferenciadas y que permitió sumar un nuevo punto en su lucha por evitar el descenso. La primera media hora condicionó un duelo clave pues los de Torrecilla no estuvieron finos y su rival lo aprovechó. Pero la reacción llegó tras el descanso a base de casta y con goles de Jorge Molina y Luis Milla, de penalti, se sumó un punto que lo aleja algo más la zona peligrosa.

Sorprendió el técnico local apostando por una línea de cuatro atrás y dos referencias ofensivas. Su habitual sistema de tres centrales lo varió para tener más presencia en el área rival. Sin embargo, fue el Rayo el que salió más decidido a por la victoria. De hecho, Luís Maximiano evitó el 0-1 a los 5 minuto enviando a córner un remate de Sergi Guardiola. Pero a la salida del mismo, Catena remató de cabeza ganándole la posición a Domingos Duarte al fondo de las mallas.

El segundo

Un jarro de agua fría a los seis minutos de partido que dejó muy tocado al cuadro rojiblanco. Las dudas comenzaron a aflorar en la salida desde atrás y el balón pasaba poco por la medular. Quedaba mucho partido pero el arranque no fue el mejor, ni mucho menos. Un desconcierto que Álvaro García estuvo a punto de aprovechar al cuarto de hora pero su chut salió cruzado. Fue un aviso. Dos minutos después, en otro desconcierto atrás, Sergi Guardiola puso el 0-2 tras asistencia de Álvaro García. Dos exrojiblancos que se ‘vengaron’ así de su corta trayectoria en la entidad granadina.

Con tal desventaja en el marcador, el único objetivo antes de llegar al descanso era meterse en el partido. Isi, en el 22’ pudo hacer el 0-3 pero su remate con la zurda no encontró portería. Ante la pasividad de sus jugadores, Los Cármenes pitó a sus jugadores que salieron ‘dormidos’ al terreno de juego. Torrecilla quería desde la banda despertar a sus futbolistas. Pero el Rayo seguía llegando con facilidad. Y Álvaro García por la izquierda entraba por banda como Pedro por su casa. En el 27’ pudo marcar pero Maximiano lo evitó.

La grada mostró el descontento con su equipo en la primera mitad con pitos

El excesivo juego directo de los locales no ayudaba a generar peligro. Porque si el plan era superar por alto a Catena, el que lo pensó no miró la estatura del espigado central del cuadro madrileño. Todos los duelos particulares se los llevaban los de Iraola, los nervios fueron haciendo mella y en esas transcurrió una primera mitad nefasta cuyo primer acercamiento, por decir algo, llegó a los 34 minutos aunque ningún rojiblanco remató. Y es que Dimitrevski fue, en el primer acto, uno más de los 15.823 espectadores que acudieron a la instalación del Zaidín.

Poco peligro

Tan sólo tuvo que emplearse con una volea desde fuera del área de Quini que atajó sin problemas. Ese fue el bagaje ofensivo de un equipo que tenía una gran oportunidad de alejarse del descenso. La grada, como no podía ser menos, estaba resignada y apenas pitó a su equipo al término de unos primeros cuarenta y cinco minutos muy mejorables.

Luis Milla fue el autor del tanto del empate.

Se había desperdiciado la primera mitad pero los aficionados rojiblancos esperaban que tras el descanso su equipo reaccionara y, al menos, compitiera. Pedía poco pero, visto lo visto, ya era mucho. El técnico extremeño dejó en el vestuario a Petrovic y Álex Collado, ambos con amarilla, para dar entrada a Eteki y Machís.

Reacción

Y la segunda mitad no pudo empezar mejor pues en apenas dos minutos, Santi Comesaña dejó a los de Iraola con un jugador menos al ver dos cartulinas amarillas. Con uno menos, los visitantes se echaron atrás. Jorge Molina en el 56’ lanzó al palo. Al menos el Granada CF metió intensidad a su juego aunque Dimitrievski seguía viviendo plácidamente. La entrada de Uzuni envió a Puertas al lateral diestro pero con clara tendencia ofensiva. Los rojiblancos fueron con todo en busca de recortar diferencias.

Jorge Molina remató en dos ocasiones al palo

Y lograron su premio en el 67’ gracias a Jorge Molina. El de Alcoy fusiló al que fuera portero del Granada B tras una dejada con el pecho de Germán a centro de Uzuni. Restaban casi media hora de partido y las opciones intactas. El Rayo comenzaba a acusar el cansancio y la dinámica del choque cambió. Los de Iraola, que fue expulsado, comenzaron a perder tiempo ante la desesperación de la grada.

El VAR

Machís insistió con centros laterales con Arezo ya en el campo, pero los rayistas se ‘desvanecían’ cada dos por tres sin que el choque tuviera cierto ritmo. Y en uno de los numerosos centros, Mario Suárez en su pugna con Germán, tocó el balón con la mano. Hernández Hernández, en un primer momento no lo apreció pero el VAR le avisó y tras acudir a ver la acción decretó penalti. La pena máxima la materializó Luis Milla en el alargue.

Al larguero

Pero ante tanta pérdida de tiempo del Rayo Vallecano, el colegiado otorgó once minutos de descuento. Un tiempo que permitió gozar de dos claras ocasiones. Primero un mano de mano de Machís, que ganó en velocidad a la zaga rayista pero que no disparó con potencia, permitiendo a Dimitrievski atrapar con comodidad. Pero la más clara la tuvo Jorge Molina, que estrelló un remate con la testa al larguero. El palo se cruzó en la trayectoria de los rojiblancos, que fueron otros en la segunda mitad y que, al menos, aumentan en un punto su renta con los puestos de descenso. Se perdió una gran oportunidad de distanciarse. Habrá que seguir remando.