Espanyol-Granada CF | La pizarra

Las áreas emborronan el trabajo del Granada CF

  • Dos golazos del Espanyol y Diego López ensombrecen un gran partido de los rojiblancos

Jorge Molina pelea un balón con Yangel Herrera.

Jorge Molina pelea un balón con Yangel Herrera. / LOF (Barcelona)

Como es lógico después de una contundente victoria lejos del Nuevo Los Cármenes, Robert Moreno alteró lo mínimo el once titular que doblegó al Levante e introdujo una única permuta, de carácter obligatorio, al introducir a Monchu por el lesionado Luis Milla. Germán volvió a ganarle la partida a Luis Abram en el eje y compartió defensa con los asentados Quini, Víctor Díaz y Carlos Neva. Montoro acompañó a la novedad en la medular rojiblanca y Rochina y Soro, jugadores a priori interiores, partieron desde las bandas con Luis Javier Suárez y Jorge Molina como referencias ofensivas.

El rival

Delante del Granada CF se plantó un dolido RCD Espanyol, que venía de perder contra el Getafe y quiso que los nazaríes pagasen los platos rotos. A las ganas de demostrar se unieron dos novedades de renombre en la alineación de los pericos: Raúl de Tomás, máximo goleador nacional en LaLiga, regresó a los terrenos de juego tras cumplir sanción y el exnazarí Yangel Herrera celebró su primera titularidad esta temporada ante sus antiguos compañeros. Puado y Keidi Bare, las otras modificaciones de Vicente Moreno.

Mermados

Si bien es cierto que los de Robert Moreno sólo contaron con una baja respecto a la anterior jornada, su ausencia es de una trascendencia vital en el mecanismo de juego granadinista. La no presencia de Milla cambió el plan habitual en la salida de balón, siendo Montoro el principal responsable de la misma. El valenciano retrasaba su posición para situarse entre centrales e intentar construir mientras que Monchu, a diferente altura, viraba hacia la banda para estirar la presión rival y abrir paso a una circulación de balón más pulcra.

Buenos minutos

Una de las principales diferencias de este Granada CF respecto al que comenzó el campeonato es que ahora el equipo sí cree en lo que hace. Los rojiblancos mostraron una personalidad envidiable en los primeros veinte minutos de encuentro y dominaron a un Espanyol que no terminó de encontrarse cómodo en ningún momento y que apenas generó ocasiones de peligro para los intereses locales.

Los pupilos de Moreno, además, lograron recuperar con extrema facilidad, incluso en campo contrario, lo que dio paso a diversos contragolpes en los que faltó acierto a la hora de combinar.

Pizarra

El control del partido por parte de los nazaríes quedó estéril al cumplirse la primera media hora de partido. El conjunto perico, incapaz a balón corrido, tiró de pizarra para tratar de sumar y sorprendió a la defensa granadinista con una jugada ensayada que terminó significando el uno a cero, obra de Pedrosa. El equipo, muy concentrado en el área, dejó sin marca al lateral zurdo blanquiazul, que no dudó a la hora de enviar el esférico a las mallas de Luís Maximiano con una excelsa volea.

Áreas

No encajó de buena manera el tanto inicial el conjunto rojiblanco, que sufrió sobremanera a la hora de intentar convertir en acciones de peligro las posesiones. La incapacidad de generar quedó en evidencia con las pocas aproximaciones locales, mucho más dañinas, personificadas en un jugador de nivel como Raúl de Tomás. El ariete madrileño aprovechó uno de los escasos envíos que recibió dentro del área para hacer el 2-0 y dejar muy tocado a un buen Granada.

Rehacerse

El partido llegó al descanso con una desventaja de dos goles difícil de remontar. El guion del comienzo fue parecido al del primer tiempo, con unos visitantes bien asentados sobre el verde que aminoraron su dominio con el ecuador de los segundos cuarenta y cinco minutos.

Robert optó por incluir en la partida a Machís, Arias, Escudero y Carlos Bacca, revolucionando la alineación inicial y agitando un partido que volvió a tornarse rojiblanco. Los dos laterales refrescaron las llegadas por los carriles, Rochina ocupó uno de los dos puestos del centro del campo y Suárez se movió al costado derecho. Machís fue el extremo izquierdo y Bacca el acompañante de Jorge Molina arriba.

Diego López

Que el Granada CF se fuese sin marcar fue casi un milagro. Los cambios mejoraron al equipo e hicieron que, por fin, las ocasiones empezaran a sucederse. Aquí emergió la figura del guardameta perico, Diego López, que impidió que los suyos encajasen y consiguió que los nazaríes se fueran de vacío al detener remates postreros de Jorge Molina, primero, y Germán y Montoro, de cabeza, minutos más tarde. Otra vez será.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios