Lugo-Granada CF | Análisis táctico

El plan de tener la posesión no le sirve al Granada CF ante el CD Lugo

Uzuni pugna con un jugador del Lugo durante el choque.

Uzuni pugna con un jugador del Lugo durante el choque. / Agencia LOF (Lugo)

El Granada CF terminó el año en la competición liguera con una nueva derrota a domicilio. Da igual cuando lean esto. Los rojiblancos siguen con su particular pesadilla cuando juegan fuera de casa y siguen sin rendir como debería por presupuesto y calidad. En un duelo en el que lo más justo hubiera sido un empate, el golazo de Loureiro y la expulsión de Miguel Rubio terminó por decantar la balanza para los gallegos.

Paco López parece tener claro qué once es el más competitivo del Granada CF desde su llegada. El valenciano casi repite por tercera jornada seguida el mismo equipo inicial pero la ausencia de Ignasi Miquel, baja ante uno de su exequipos, lo impidió. Entró el capitán Víctor Díaz por él en el centro de la zaga. El resto fue la misma alineación que empató en Málaga y venció al Burgos CF.

Puesta en escena

El inicio del choque dejó ver a un cuadro rojiblanco ambicioso, que jugó casi siempre en campo contrario pero en el primer disparo de los lucenses, Miguel Loureiro anotó el gol de su vida con un disparo espectacular desde fuera del área que sorprendió a Raúl Fernández. Un jarro de agua fría que obligó, de nuevo, a los granadinistas a tener que remontar fuera de casa. Reaccionó bien el cuadro de Paco López, que percutió por la derecha constantemente por medio de Ricard. De hecho, gozó de una clara ocasión por medio de Uzuni pero Óscar Whalley realizó una gran parada.

Misma dinámica

Con ventaja en el marcador, lo gallegos no cambiaron su estilo es más, lo reforzaron. Buscaron descaradamente la contra y se centraron en defender su renta. Una nueva ocasión con autoremate de Xavi Torres a centro de Ricard que se estrelló en el palo comenzó a recordar la cita en el Anxo Carro al duelo de La Rosaleda.

Otro palo

Pero el dominio no se concretó en el marcador y lo que sí sucedió fue que Miguel Rubio vio la segunda cartulina amarilla en el minuto 38, dejando a su equipo con uno menos para toda la segunda mitad. Un nuevo inconveniente para intentar sumar fuera de casa como sucedió en Leganés. El técnico rojiblanco optó por aguantar con los mismos diez jugadores hasta el descanso, retrasando a Petrovic a la posición de central con línea de cuatro atrás, tres en el centro del campo y dos jugadores en punta como Uzuni y Jorge Molina.

Segunda acto

Tras el paso por vestuarios, el de Silla movió ficha y dio entrada a Cabaco por Petrovic, que tenía amarilla, y a Perea por Jorge Molina, formando con un 1-4-3-2, con tres jugadores de mucha calidad acostumbrados a tener el balón en la medular y asociarse como Víctor Meseguer, Perea y Melendo con Callejón y Uzuni en punta de lanza realizando un gran esfuerzo en la presión.

Posesión y sufrimiento

El Lugo tenía claro su plan de partido. Se replegó atrás y dejó el balón a su rival que, a base de circulación y posesión, buscó el empate. Llegó a alcanzar picos que superaron el 60% de posesión. Con segundas jugadas y centros laterales al área, los de Fran Justo asustaron en varias ocasiones a los rojiblancos. Cuando optaron por mover el balón y no jugar tan directo, el Granada CF sufrió defensivamente acusando la inferioridad numérica.

Idea clara

Los locales sabían lo que tenían que hacer cuando sus contrincantes recibían de espalda y era parar el choque constantemente. Eso desesperó a jugadores como Melendo o Perea y también al banquillo, que buscó refrescar las bandas con Quini y Bryan Zaragoza. Pero tener el cuero sin profundidad no sirve de nada en el fútbol, que se lo digan a Luis Enrique y la Selección española. El único peligro llegó con dos acciones de Perea en el 88’ que Whalley envió a córner. Así es imposible ganar fuera de casa.

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