Recreativo Granada-Marino | Crónica

El Recreativo Granada dilapida su ventaja

  • El filial del Granada CF tropieza en casa  y empata frente a un ya descendido CD Marino

  • Los de Rubén Torrecilla pueden perder el liderato del grupo esta misma jornada

Aranda intenta regatear a un jugador rival.

Aranda intenta regatear a un jugador rival. / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

No por repetirlo hasta la saciedad va a dejar de tener valor: las apariencias engañan. El Recreativo Granada parecía tener todo de cara para asegurar, una jornada más, el liderato del Grupo de Descenso en Segunda División B. Pero en el fútbol no hay nada escrito. Los de Rubén Torrecilla –que tendrán un calendario de vértigo a partir de la próxima semana– no supieron aprovechar la inmejorable oportunidad de preparar con tranquilidad el vital duelo de la sexta jornada frente al Marbella.

Recibían al tinerfeño CD Marino, que consumó su descenso matemático a Tercera RFEF el pasado domingo, y no pudieron sumar tres puntos pese a jugar contra un contrincante que ya no tenía nada por lo que luchar excepto el honor. Y lo mantuvieron. El cuadro canario se adelantó en los primeros diez minutos y los recreativistas sólo fueron capaces de empatar cuando aprovecharon un imperdonable error de los azulones. “El empate sabe a derrota”, sentenció Torrecilla tras la finalización del duelo.

Modificaciones

Introdujo varios cambios el técnico granadino en lo que a su ‘once tipo’ se refiere. Algunos fueron de manera obligada, como las entradas de Arnau y Bruno Morais (Joao Costa y Torrente no entraron en la convocatoria, se presupone por necesidades del primer equipo), mientras que otras de mera decisión técnica, como la de Diego Díaz, que le ganó la partida a Kingsley Fobi en el carril diestro.

Los primeros minutos del choque dejaron poco a destacar. El Recreativo estaba bien plantado y centró sus intenciones ofensivas por la banda derecha, siempre en busca de profundidad. El Marino, por su parte, dispuso con un sistema que mutaba dependiendo de quién fuese el poseedor del esférico: cuando el balón era de dominio granadinista la línea defensiva era de cinco y, cuando era al contrario, se convertía en una zaga de cuatro futbolistas.

Cuesta arriba

La apertura del marcador de la Ciudad Deportiva llegó en prácticamente la primera ocasión que brindó el partido. Bruno Morais se confió a la hora de sacar el balón jugado desde atrás y entregó el balón a un contrario. Rodrigo Rivas, atento al robo, salió disparado entre centrales y, tras recibir un preciso pase filtrado en profundidad, batió a placer a Arnau para celebrar el 0-1.

El tanto en contra sumió a los locales en un estado de nerviosismo poco habitual. El conjunto nazarí centró sus ataques en envíos al área que el Marino, en bloque bajo tras estar en ventaja, repelía con suma comodidad. Alberto López probó suerte desde la banda izquierda y Diego Díaz hizo lo propio desde el otro costado, mas todos los intentos resultaron en balde. Sólo Aranda, desde la frontal y yendo a la guerra por su cuenta, consiguió crear algo de peligro. El talentoso centrocampista rojiblanco quebró a dos rivales en la frontal y puso a trabajar a un Galván que hasta entonces no había intervenido.

Diego Díaz intenta recuperar la posesión. Diego Díaz intenta recuperar la posesión.

Diego Díaz intenta recuperar la posesión. / Jesús Jiménez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El paso de los minutos incrementó la incertidumbre en las filas de los recreativistas, desesperados frente a la buena defensa tinerfeña. Pareció ser víctima de la ansiedad por anotar Caio, que erró, a la media hora de encuentro, un claro uno contra uno que falló al cruzar demasiado la pelota ante Galván.

Error y castigo

El deseado empate se dio poco después del paso por vestuarios. El filial del Granada CF salió al segundo tiempo más intenso de lo expuesto en el primero y aprovechó un clamoroso e imperdonable error de los visitantes para igualar la contienda. El Marino cedió atrás hacia el portero sin percatarse de la presencia de Caio, que esta vez sí aprovechó la oportunidad que la confusión de los canarios le había brindado.

A partir de aquí, poco más. El Recreativo prosiguió con el mismo plan que hasta entonces no le había dado resultado: estirar el campo horizontalmente y dejar liberado el carril central. Esto dio protagonismo a los futbolistas de banda y dejó en el dique seco a los llamados a manejar la batuta: Isma Ruiz y Bravo, muy perjudicados por el plan de partido.

Toca resetear

La única oportunidad real para desequilibrar el marcador apareció sobre la bocina y estuvo protagonizada por dos de las sustituciones que realizó Torrecilla: Migue García y Dani Plomer. El veterano extremo rojiblanco colgó un buen centro cruzado al área en el alargue y Plomer, en el segundo palo, sólo llegó a rozar un balón que de haber tocado con mayor superficie habría acabado dentro de las mallas.

El Recreativo Granada viajará la próxima semana a Marbella para disputar una final por evitar el descenso a Tercera RFEF.

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