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Israel prepara el fin de su ofensiva en Gaza

  • El Gobierno de Tel Aviv ha decidido no negociar un alto el fuego con Hamas. Netanyahu puntualiza que continuarán "hasta conseguir los objetivos".

La ofensiva israelí Margen protector en Gaza parece llegar a su fin tras la decisión del Gobierno de Israel de no negociar un alto el fuego con el movimiento islamista palestino Hamas. Mientras, el número de muertos en la franja creció hasta los 1.674 desde el comienzo de la intervención militar. "No hay ninguna razón para hablar de un alto el fuego con esta organización (Hamas), lo hemos intentado en seis ocasiones y no ha salido nada", afirmó el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinintz.

En una entrevista con el Canal 10 de la televisión israelí, Steinitz reconoció que el gabinete para asuntos de seguridad analizó el viernes el dilema de si Israel debía seguir adelante con la ofensiva hasta derrotar a Hamas, negociar un alto el fuego a través de Egipto o adoptar una política unilateral. "No vamos también a premiarles con un acuerdo", dijo una fuente de la oficina del primer ministro al descartar un posible pacto mediado por Egipto que pueda contemplar el levantamiento del bloqueo israelí de siete años a la franja, un logro que Hamas quiere presentar a su pueblo como contrapartida por el severo sufrimiento y daños que ha causado esta guerra de veintiséis días.

Este sábado, al menos otros 60 palestinos han muerto en los bombardeos israelíes por tierra, mar y aire, dijo Ashraf Al Qidra, portavoz del Ministerio de Sanidad en la franja. Entre las últimas víctimas hay cuatro palestinos, tres de ellos menores, que murieron en un ataque aéreo contra una casa en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la franja, y otros tres en la ciudad de Rafah (en la frontera con Egipto), asediada por el Ejército israelí para buscar al soldado desaparecido el viernes en un ataque en el que murieron otros dos militares.

Los muertos se elevan ya a 1.674, dos tercios de ellos civiles, los palestinos muertos desde que el pasado 8 de julio Israel puso en marcha la operación Margen protector, y los heridos son casi 9.000, según el portavoz. En Israel, los muertos superan los 60, la inmensa mayoría militares que participaban en la operación terrestre.

El primer signo de la decisión israelí ha sido la autorización del Ejército para que miles de residentes de la ciudad de Beit Lahia, en el norte de la franja, regresen a su casas. Testigos palestinos aseguraron también que filas enteras de tanques y blindados israelíes se replegaban de esa zona hacia la frontera, información que ha sido confirmada por periodistas israelíes en la zona. "La cuenta atrás ha comenzado, no sabemos si llevará horas o días, pero esto parece que ha terminado", coincidían en señalar varios corresponsales militares locales.

Según fuentes en la Oficina del Primer Ministro, Israel completará próximamente la destrucción de una treintena de túneles que cruzan de Gaza a Israel, y después aplicará una política de "calma por calma". Las fuentes explicaron que creen haber conseguido la suficiente disuasión como para que Hamas cese las hostilidades, pero que si no es así "seguiremos la operación, o nos iremos (de allí) y seguiremos presionando mediante ataques aéreos".

Por ahora, según el Canal 10, la fuerte presencia militar israelí sólo continúa en la ciudad de Rafah, donde el viernes desapareció un soldado que Israel da por capturado, si bien Hamas sugiere que puede estar muerto. "Hemos perdido contacto con un grupo de nuestros combatientes... cuando las fuerzas de ocupación israelíes penetraron en el este de Rafah. Sospechamos que murieron por los ataques israelíes, incluido el soldado, que, supuestamente, fue capturado por el grupo", se indica en un comunicado del brazo armado de Hamas, los "Brigadas es de Azedín Al Kasem".

En cuanto a la decisión israelí de no acudir a las negociaciones de El Cairo para un alto el fuego, que debían comenzar el domingo, el portavoz del movimiento islamista Sami Avbu Zuhri aseguró que sus hombres no se verán comprometidos a mantener la calma. "Los militantes de Hamás en el terreno decidirán cómo responder a esa decisión. No nos veremos comprometidos en nada", dijo en declaraciones que recoge la agencia palestina Maan. Y apuntó que "la ocupación (como Hamas se refiere a "Israel") debe elegir qué precio quiere pagar: el precio de quedarse en Gaza, el precio de retirarse, o el precio de la negociación", agregó. Por su parte, Mushir Al Masri, otro de sus portavoces, afirmó que su delegación "viaja a El Cairo desde una posición de fuerza" y que es Israel la que "ahora trata de cambiar la ecuación y negociar mientras sigue disparando".

Netanyahu dice que la operación continúa de acuerdo a las necesidades de seguridad

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo, en una confusa comparecencia, que el Ejército continuará la operación en Gaza "hasta conseguir los objetivos" y que reorganizará sus fuerzas en la franja "de acuerdo a las necesidades de seguridad" de Israel. En una intervención televisada en la sede del Ministerio de Defensa, en Tel Aviv, Netanyahu agregó que su gobierno no abandona la operación militar que lanzó el 8 de julio pero que ésta se guiará "exclusivamente" de acuerdo a principios de seguridad, lo que ha sido interpretado como un próximo repliegue de fuerzas.

"Después de completar la destrucción de túneles, el ejército se reorganizará para responder a las necesidades de seguridad de Israel", afirmó el primer ministro en una comparecencia junto al titular de Defensa, Moshé Yaalón, y en la que insistió que hasta que la población israelí no tenga "calma" no cesará la ofensiva. "Prometimos que devolveríamos la calma a la población israelí, no importa cuánto tiempo se necesite ni qué medios debamos emplear", subrayó sin hacer un anuncio claro sobre si sus fuerzas se retirarán de la Franja en los próximos días o sobre si enviará una delegación a El Cairo para negociar un alto el fuego con el movimiento islamista palestino Hamas.

Las fuerzas blindadas y de infantería israelíes, que estas últimas dos semanas han estado dentro de la franja comenzaron a replegarse hasta tomar posiciones junto a la frontera, pero aún del lado palestino. Sólo en la zona de Rafah, en el sur de la franja junto a la frontera con Egipto y donde buscan a un soldado desaparecido el viernes al que Israel da por capturado, era notoria aún una fuerte presencia militar israelí. "No tenemos nada contra la población de Gaza que no está relacionada con el terrorismo", dijo Netanyahu, que se quejó de que "Hamas ha invertido largos años en la construcción de sus infraestructuras terroristas".

En su comparecencia, Netanyahu también agradeció el apoyo de Estados Unidos, con el que ha tenido varios enfrentamientos diplomáticos estos últimos días, y el de los gobiernos europeos, a los que pidió su ayuda para la reconstrucción de la franja y su desmilitarización. También destacó la "relación especial que se ha gestado con los países de la región", en alusión a Egipto, Jordania y Arabia Saudí, y que, a su entender "abrirá oportunidades nuevas al terminar la campaña".

A diferencia de Qatar o Turquía, que apoyan a Hamas, varios de los países pro-occidentales de Oriente Próximo se han abstenido de condenar abiertamente a Israel por su operación contra el movimiento islamista, que a su vez se ha quejado duramente de la falta de solidaridad con un pueblo árabe como el palestino. "Hay pueblos en el mundo que entienden perfectamente quién es Hamas", afirmó el primer ministro israelí, que subrayó que lo único que quiere Hamas es que "la población de Gaza sufra".

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