Antonio Travé, granadino del año
En este no lo sé, pero en un mundo en condiciones Antonio El Oso Travé debería ser candidato desde ya a 'Granadino del Año'. Junto a su compinche Isaac Sonri Fernández es El Osombroso y Sonriente Folk de las Badlands, durante el tiempo que le dejan libre sus otros muchos proyectos, desde AraApaloosa a Chicken Congress, casi todos con el blues como nexo común. Desde las áridas tierras de Benalúa, que ellos llaman las Badlands, este dúo rescata los blues primigenios de los primeros trovadores del Delta del Misisipi y los campos de algodón del Sur, desde Leadbelly a Casey Bill Weldon, de Blind Lemon Jefferson a Big Bill Broonzy.
Es ahí donde reside su principal característica. Tradicionalmente venía existiendo una barrera invisible que dejaba a un lado el blues evolucionado, eléctrico, el que gracias al rock se expandió por el mundo, inundando el género de tics y de clichés, que es el blues en el que se han mirado casi todas las propuestas surgidas a este lado del charco desde tiempo inmemorial, y al otro esos viejos blues rurales que a nadie aparte de los folkloristas parecían interesar.
Con Antonio Travé esa dicotomía desaparece y la división queda disuelta gracias a su asimilación de todas las tradiciones del blues. Es un músico capaz de emular a Alvin Lee o a Albert King en incendiarios arrebatos eléctricos pero también de sumergirse en la belleza primitiva del antiguo blues, el que carecía de brillo y de artificio. En esa clave se desarrolla la música, inyectando inteligentes letras en castellano, por las que desfilan toda clase de personajes al margen. Esta noche presenta El Genuino Mambo de Secano en Polaroid Club.
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