Ismael Cámara | Guitarrista de Apartamentos Acapulco

"No nos vemos utilizando el 'autotune', pero no renunciaríamos a él por ser una moda"

  • La banda granadina actuará este viernes junto a los anglo-alemanes Art Brut y los cales a Elemento Deserto en el Sierra Nevada por todo lo Alto

Angelina Herrera e Ismael Cámara, fundadores de Apartamentos Acapulco, en una imagen de archivo.

Angelina Herrera e Ismael Cámara, fundadores de Apartamentos Acapulco, en una imagen de archivo. / G. H.

Cuando era un adolescentes, Ismael Cámara (Carchuna, 1990) escuchaba a Extremoduro y flipaba con Oasis. Al llegar a Granada, descubrió a Los Planetas. En 2015, Cámara y Angelina Herrera fundaron Apartamentos Acapulco con el objetivo de pasarlo bien. El conjunto de shoegaze y pop ruidoso lleva dos discos publicados y numerosas giras por territorio nacional -una de ellas les ha llevado este año hasta México-. Este viernes actuarán junto a los anglo-alemanes Art Brut y los granadinos Elemento Deserto en el Sierra Nevada Por Todo lo Alto.

-Forman el grupo hace cuatro años para divertiros y hacer pasar un buen rato a la gente. ¿El pasatiempo ha pasado ya a ser un oficio?

-Bueno, oficio como algo remunerado todavía no llega a ser. Si ganamos algo de dinero, pero no llega a ser un trabajo en sí. Creemos que siempre hay que mantener la ilusión de divertirse con esto, de no convertirlo simplemente en un negocio.

-¿Sienten mayor libertad al no depender de la música para llegar a final de mes?

-Claro. Es una cosa que en cualquier momento podemos dejar. No sentimos la presión de tener que comer de esto. Nuestras vidas laborales van por otro camino.

-Las guitarras ruidosas y melódicas, los pedales de efecto y los ambientes espaciales nunca faltan en sus conciertos. ¿Qué tiene de atractivo este sonido?

-Ese sonido nos eligió a nosotros más que nosotros al sonido. Cuando empezamos no teníamos mucha idea de qué estilo de música hacer. Yo no era muy bueno tocando la guitarra y con todos esos pedales de efectos se escondía. Tampoco poseemos grandes voces. Eso hizo que nos escondiésemos detrás de todas esas capas de guitarra, de distorsión, de teclados. Nuestra cualidades musicales nos han hecho tirar por estos derroteros.

-My Bloody Valentine, The Jesus and Mary Chain, Spacemen 3, Los Planetas y Él Mató están entre sus influencias. ¿Qué admiran de esos grupos?

-Todos esos grupos han dirigido su carrera y no han pensado en hacer algo más mainstream, que llegara más al público. Ellos mismos han trazado un camino y lo han seguido. Seguro que todos han vivido de la música, pero nunca han renunciar a lo que ellos querían hacer musicalmente. My Bloody Valentine es uno de los casos más radicales. Su música es súper densa de escuchar, pero ahí están. Siguieron tocando eso y al final se hicieron famosos. Al principio la gente les diría que no hay quien escuchara sus discos (ríe).

-Yung Beef, un referente del trap, es de Granada. ¿Se atreverían a utilizar autotune en una de sus canciones?

-Ahora mismo no nos vemos en ese camino, pero no renunciaríamos a él por ser una moda. El artista se tiene que sentir libre de hacer lo que le da la gana. Sería muy fácil tirar por ese camino porque está muy de moda, pero yo no veo capaz de hacerlo. Quizá dentro de cinco años lo tengo mucho más interiorizado y sí. No renunciaría a nada por cuestiones estéticas.

-Sus letras nos sumergen en una espiral nostálgica adolescente, llena de rupturas. ¿El dolor al acabar una relación inspira más que ninguna otra cosa?

-Sí. Cuando uno está bien disfruta del momento y cuando uno se siente mal necesita expresar, sacar afuera las cosas. Nosotros utilizamos la música como una terapia. Hemos compuesto más letras sobre rupturas, de dolor y de desahogo que de jolgorio y alegría.

-¿Creen que la escena musical granadina pasa por su mejor momento? Apenas escucho hablar de nuevos grupos.

-En Granada siempre salen grupos nuevos y hay mucha movida musical. Quizá no pasamos por nuestro mejor momento en cuanto a garitos y sitios a donde tomar una cerveza. El Planta Baja sigue con su programación. La Copera y la sala El Tren también. Toni Anguiano trae a artistas internacionales con el ciclo Serpiente Negra cada año.

-¿Granada merece el título de capital cultural europea?

-Los títulos no son necesarios. Hay mucho apoyo a la música. Sin embargo, en este momento que parecía tan buena, cerró el Ruido Rosa. Luego reabrió. Cerró La Percha y El Peatón. Hay que cuidar el patrimonio cultural no sólo desde las grandes esferas, desde ayuntamientos, sino hacer cultura porque la gente vaya a los bares y escuche música allí.

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