Apenas ha durado dos meses en el cargo. El poeta y escritor granadino Arcadio Ortega ha decidido presentar su dimisión como asesor técnico en la Implementación de Programas Culturales de la Diputación de Granada. Desde la institución provincial se alega que lo ha hecho por "motivos personales", pero él es mucho más claro. "Lo diré con una frase oficial", explicaba ayer. "Por estar convencido de no ser adecuado el sistema de gestión que se utiliza en este centro. He comprobado que no es necesaria mi aportación".

Arcadio Ortega, de 73 años, fue nombrado asesor técnico a comienzos del mes de febrero como "cargo de confianza" del equipo de gobierno de la Diputación, en manos del PP. Su nombramiento ya levantó cierta polémica entre las filas socialistas, que denunciaron que el nombramiento de Ortega, con una retribución anual de 59.900 euros al año, incumplía uno de los requisitos de la base de las convocatorias, como el de no exceder la edad de jubilación forzosa.

Pero ése no ha sido el motivo de la dimisión del escritor y poeta, ex presidente de la Academia de las Buenas Letras y ex gerente de la Fundación Aguas de Granada. Ha sido, sencillamente, que se sentía en un puesto sin utilidad alguna. "Yo soy una persona a la que le gusta realizar cosas", comentó. "Y mi puesto era de asesor. Cuando asesoras, lo haces pensando que gran parte, o al menos, algo de lo que dices se va a llevar a cabo. Pero si hay una política de simplemente salir del paso sin ninguna planificación seria, pues no tengo ganas de dedicarle un tiempo que podría dedicar a otra cosa".

La elección de Ortega, que se presentaba en un concurso público, produjo cierto revuelo. Los requisitos de las bases exigían experiencia en alta dirección, experiencia "en el ámbito cultural mediante la publicación de obras literarias de poesía, novela, ensayo, narrativa" y "experiencia en actividades con publicaciones y revistas". Se presentaron perfiles muy jóvenes, pero él fue el elegido. "Con esa designación que se publicó en un Boletín Oficial de la Provincia, pasó algo", explicó. "Yo tengo 73 años y se presentaron personas de 40 años. Evidentemente, yo tengo el doble de méritos de los que podían tener ellos simplemente por cuestión de edad, más currículum".

Lo curioso es que, tras la dimisión de Arcadio Ortega, la Diputación ha decidido no sustituirlo en el cargo, no cubrir la vacante que deja. "Creo recordar que, después de entrar yo, aprobaron algo de que nadie entraría más en ese puesto. Y me parece correcto, porque creo que es un cargo que no hace ninguna falta", dijo ayer.

"Haría falta si al que lo ocupa le diesen un trabajo que hacer. Cuando yo he visto que no era necesario, pues les he dicho que me voy", explicó. "Yo iba con la ilusión de aportar algo. Pero cuando vi que no necesitaba ese empleo por mi edad, he decidido marcharme. Pensé: 'Si no soy útil, ¿qué pinto yo aquí? Me voy. Yo puedo aportar si hay hueco, pero como no hay hueco, me voy, les ahorro un dinero y ellos me ahorran a mí mi tiempo", señaló.