Carotone, el amante canalla, en el Planta

Tonino Carotone, el alias con el que es conocido Antonio de la Cuesta, ha escogido siempre los caminos escarpados antes que los urbanizados; avanzar contra corriente antes que dejarse llevar. Empezó demostrándolo en los ochenta, cuando el resto del mundo se decantaba por lo moderno, el pelo cardado, los sintetizadores y las hombreras. Por entonces, él decidió convertir la Pamplona donde se crió en una suerte de sede peninsular del México eterno, liderando a Kojón Prieto y los Huajolotes, que crearon en los noventa el Naparmex (navarro-mexicano).

Con ellos ya fue capaz de crear himnos entre las rancheras y el punk como Insumisión o Carcelero. Pero en un rincón de su corazón latía una pulsión mediterránea, italianizante, a la que se ha venido entregando sin remisión desde que en los estertores del S.XX comenzara a colaborar con Nacho Mastretta. Fue en 2000 cuando surgió su éxito Me Cago en el Amor, y con él todo un estilo de vida que glosa las miserias y las glorias de los románticos, los crápulas y los pendencieros que protagonizan sus canciones y que son reflejo de su propia trayectoria vital. Y ese reflejo, desnudo, desprovisto de artificio y sin más envoltorio que la voz y la guitarra, será el que proponga en formato trío esta noche en PlantaBaja. "Este nuevo proyecto en concreto es una expresión minimalista, casi a pelo. Muestro sin duda mi lado mas íntimo, incluso más cabaretero, más cercano aún al público, lo que me obliga a interpretar incluso con mi propia voz el resto de los arreglos y acompañamientos".

Desde Mondo Difficile (Chewaka-Virgin, 2000), aquel primer disco que sirvió para mostrar el camino, Carotone se ha consolidado en el papel de dandy perdido por el desenfreno y eterno Sísifo condenado a tropezar en las trampas de la noche y del amor una y otra vez. En lo que va de siglo ha protagonizado colaboraciones en cine, en televisión y en discos de otros artistas como Gogol Bordelo, Manu Chao o Banda Bardo. Pero no se ha prodigado en demasía con material propio. Solo dos discos más, Senza Ritorno (Virgin, 2003) y Chao Mortali (Bloom, 2009), ha entregado desde entonces. Al respecto dice: "Es verdad que mi música no se corresponde con una producción en serie. Soy autor de y para el directo y en este sentido, de una manera o de otra, no ha habido pausas entre mis proyectos. Últimamente he realizado no pocas colaboraciones en trabajos con innumerables artistas; también edité un libro en italiano, Il Maestro dell'ora Brava, junto al escritor Federico Traversa, así como varios epílogos. Ciertamente, tal y como están las cosas, hoy en día sería impensable editar siquiera un disco al año, y mucho menos hacerlo de forma rentable. La edición obedece actualmente, sobre todo, a motivos publicitarios como principal finalidad. La crisis de la industria se basa entre otras cosas en el vacío legal y la falta de control sobre los nuevos soportes. Por contra, internet es algo positivo como alternativa al monopolio de los grandes grupos de comunicación en radio y televisión". Así pues Tonino Carotone es animal de directo y así se presenta esta noche en PlantaBaja, donde se deja el alama y el corazón al ritmo de lo que él llama "música mediterránea canalla".