Eguiazarova: disciplina rusa frente al piano
La prestigiosa profesora de piano Galina Eguiazarova ofrece estos días clases magistrales en el Conservatorio Superior Victoria Eugenia de Granada, dentro del Curso de Interpretación Pianística de los Cursos Internacionales Manuel de Falla. La docente de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid transmite su experiencia y conocimientos a once alumnos españoles entre el 4 y el 7 de julio. "En cada periodo de tiempo la situación básica no cambia, hay alumnos y hay profesores. Sea en Granada o en otros lugares, me encuentro el mismo nivel. Son alumnos de centros superiores y medios, y como trabajo mucho en este mundo no tengo que adaptarme especialmente para Granada. En algunos países la base pianística, tradicionalmente, suele ser más fuerte, en Rusia no es lo mismo que en Ecuador, por ejemplo. Aunque no sé cómo será el nivel en Rusia ahora, no vivo allí desde hace mucho tiempo, puede que el nivel general haya bajado...", explica Eguiazarova haciendo una pausa entre uno y otro alumno.
El rumano Radu Lupu o el ruso Arcadi Volodos, que hoy son dos de los pianistas más importantes del mundo, han sido alumnos suyos, lo cual la reconforta en su trabajo de profesora. "¿Qué voy a sentir? ¡Alegría! ¡Dicha suma! Ahora mismo tengo un alumno español, Martín García García, que es fenomenal. Sólo tiene 16 años cumplidos, yo le di clase desde los 12. También está Juan Pérez Floristán, que es algo extraordinario, un pianista de Sevilla que ya salió de nuestra escuela y seguramente tendrá su lugar en España, esto me alegra sobremanera. Yo trabajé primero como profesora en Rusia, llevo ya 20 años en España, y ya he preparado a españoles con gran clase. Sus éxitos me gustan muchísimo, porque demuestra que para algo sirvo, aquí es donde vivo y esta alegría es lo que recibo de mi segunda patria".
Eguiazarova nunca pudo desarrollarse como concertista, y se dedicó a la docencia desde el principio en su país natal, pero no es algo que le pese. "Opté por la carrera pedagógica y puedo decir que el mundo no perdió nada por ello. Me he convertido en una pedagoga con mucha experiencia y mis alumnos son la prueba de que no soy de lo más flojo precisamente [risas]. En el mundo hacen falta maestros así, pedagogos de gran dimensión. Subrayo: pedagogos, no concertistas que se dan a la vida artística y, de paso, enseñan. Si yo y otros hemos optado por este camino hay que alegrarse, no debe haber sólo pianistas que enseñan como algo secundario". La decisión de dedicarse a enseñar y no a trabajar como solista corresponde a "una historia larga y personal". "La vida en Rusia en aquel momento no era fácil. Yo tenía una salud muy débil, realmente débil, y a pesar de que profesores como Alexander Goldenweiser me apreciaban muchísimo, y que en la entonces Unión Soviética se extrañaban de que no me dedicara a la carrera solista para competir en concursos, no podía. Con la salud que tenía entonces, y el estilo de vida del concertista, no habría llegado a mi edad: con las maletas que había que cargar, recorriendo distancias de 6.000 kilómetros, viviendo en trenes y en aviones... No habría sido posible. Pero, de verdad, sigo siendo pianista, llevo años sin tocar en concierto, pero las manos me responden, lo hago todos los días en clase [risas]".
La profesora rusa es una de las profesoras de los Cursos Manuel de Falla, que en esta 44 edición cuentan con otros docentes como David Russell (guitarra), Isabel Muñoz (fotografía) o Teresa Berganza (canción lírica española).
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