Entrevista

Alberto San Juan: "El concepto 'normal' me parece una ficción inventada para discriminar seres humanos"

  • El actor se pone tras las bambalinas para dirigir la adaptación teatral de 'Lectura fácil', la novela de Cristina Morales

Alberto San Juan en una imagen reciente.

Alberto San Juan en una imagen reciente. / Efe

Lectura fácil (Anagrama), el libro de Cristina Morales, parece estar envuelto en polémica constante. Si ya antes de su publicación, que finalmente fue posible tras ganar el Premio Herralde de Novela, hubo ciertas controversias por las exigencias de retirar ciertas partes del libro, incluido un fanzine, ahora, casi un lustro después de la publicación del texto, la obra vuelve a estar en boca de todos a raíz de la adaptación a la televisión por parte de Anna R. Costa y sus enfrentamientos con la autora original. 

Mejor suerte parece tener Alberto San Juan (Madrid, 1968), quien se ha aventurado con una adaptación teatral de la novela, esquivando las balas de la polémica, aunque con la ardua misión de versionar una obra compleja como la de Morales a las limitaciones que ofrecen las tablas. La versión de San Juan puede verse estos días en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, aunque a principios de 2023 iniciará una gira que le llevará por distintas ciudades, incluyendo por supuesto Granada. 

¿Qué lleva a un actor a cruzar la línea y ponerse a escribir y dirigir una obra de teatro?

El deseo de hacerlo. No soy director ni dramaturgo, soy un actor que a veces escribe y dirige. Aunque ya son varias las obras que he puesto en pie. Sobre todo con el Teatro del Barrio, de Madrid.

Lectura fácil no es precisamente fácil de afrontar, y más con la polémica que ha rodeado la serie ¿cómo ha sido el proceso de preparar la adaptación?

Muy trabajoso. Me gusta cada una de las cuatrocientas y pico páginas de la novela y ha habido que dejar fuera muchas cosas muy interesantes.

Morales ubica su novela en Barcelona, usted en Madrid. Pero la Ciudad Condal tiene ese ambiente okupa y antisistema que no tiene la capital nacional ¿a qué se debe el cambio?

En Madrid hay una importante historia de okupación como parte de un proyecto político. Hablo de los Centros Sociales Autogestionados, una de las formas más creativas y potentes de cuestionar el sistema criminal que nos gobierna. También, desgraciadamente, hay muchas familias cuya única alternativa para tener techo es okupar una vivienda. Siempre, de la gran cantidad de casas vacías acumuladas por empresas privadas o públicas; nunca de otra familia o un particular que haya bajado a por el pan o haya ido a pasar el fin de semana al campo.

Un tema central en la novela y la obra es el del sexo, las protagonistas hablan abiertamente de sus relaciones sexuales e incluso en su adaptación hay una felación en directo ¿era para usted importante visibilizar esto?

Mucho. La represión sexual atraviesa dolorosamente la historia humana. Muy especialmente la represión e invisibilizacion del deseo de cuerpos sobre los que pesa la categoría de "no normativos ".

Estos días hay otra polémica con la serie Autodefensa por, entre otras cosas, que las protagonistas hablen abiertamente de su vida sexual, ¿sigue siendo este un tema tabú en casi 2023?

Desgraciadamente, sí, me parece. La prueba es que no exista la educación sexual como parte obligatoria del sistema educativo público.

Uno de los personajes que mejor encarna eso es Marga, a la cual un juez intenta esterilizar, parece algo casi de otra época

No es tan extraño. Entre 2008 y 2020 se estabilizó forzosamente a 1.144 mujeres en España, según datos del Consejo general del poder judicial. En 2020, el Gobierno prohibió esta práctica.

Natalia de Molina, que da vida a Marga en la serie, asegura que “para ellos está normalizada la asistencia sexual, no se piensa de primeras en la esterilización”.

La asistencia sexual profesional existe. Otra cosa es que toda aquella persona que la necesite pueda acceder a ella.

Pese a todo, el tema de la asistencia sexual también es debatido por ciertos sectores que consideran que el sexo no es un derecho y que este tipo de prácticas no dejan de ser prostitución

No estoy de acuerdo. Asistir sexualmente a personas cuyas condiciones físicas no les permitan autosatisfacerse me parece un trabajo muy digno.

Define la obra como “un relato sobre cuatro personas no normales, es decir, con grandes dificultades para adaptarse a las normas”, pero esas normas, como en el caso de Marga, muchas veces son impuestas y no consensuadas.

Ahí está la cuestión. Entre seres emancipados solo son aceptables las normas que surjan de un acuerdo previo entre esos seres.

Bajo ese prisma, ¿no somos todos un poco anormales?

El concepto "normal", me parece, es una ficción inventada por el poder para poder discriminar seres humanos. Normal, dice Cristina Morales, es aquel que acepta unas normas en cuya elaboración no ha participado. Si te rebelas contra el abuso, dejas de ser normal.

Cambiando de tercio, también se encuentra trabajando con textos de Lorca en el teatro de Bellas Artes. Lorca es un autor muy vinculado a esos “anormales”.

Así es. Lo mataron por anormal: por marica, por subversivo, por situarse invariablemente junto a la parte más débil.

Sus últimos trabajos, al menos en teatro (Lectura fácil, Lorca en Nueva York, Mundo obrero, Masacre, una historia del capitalismo español) tienen ese componente de denuncia ¿no te teme que le acusen de adoctrinador?

No me agrada especialmente que me acusen de nada, pero tampoco me genera ningún temor. Me gusta intentar hablar de lo que pasa y, en la medida de lo posible, hacerlo con humor. Lo que luego diga la crítica profesional es secundario, desde mi punto de vista.

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