El Auditorio Manuel de Falla se adentra en los distintos planos de 'El retablo de maese Pedro' en su nueva exposición
Artes plásticas
El Auditorio Manuel de Falla, en el entorno de la Alhambra de Granada, acoge desde este martes hasta el próximo el 14 de enero un proyecto expositivo en el que Carmen González Castro (Granada, 1982) alterna los lenguajes del dibujo y la instalación para adentrarse en los diferentes planos de El retablo de Maese Pedro. Con motivo del primer centenario del estreno esta obra musical para marionetas de Manuel de Falla, la muestra evoca universos plásticos arcaizantes, de inspiración en la Edad Media y el Renacimiento.
La propuesta, que estará abierta de 10:00 a 14:00 horas de martes a domingo y también una hora antes de los conciertos de la Orquesta Ciudad de Granada, reivindica su anacronismo. Según han informado en una nota el Archivo Manuel de Falla, esta manera de hacer recuerda a la adoptada por el compositor gaditano en su etapa historicista, en la que, mediante el uso de un lenguaje musical contemporáneo, "asimiló la tradición y continuó dotándola de significado".
El proyecto, desarrollado en colaboración con la Fundación Caja Rural y el Auditorio Manuel de Falla y con el patrocinio del Ministerio de Cultura y Deporte, está basado en última instancia en la escena de la segunda parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, en la que se narra la llegada de un titiritero, Maese Pedro, a la venta donde están Alonso Quijano y Sancho Panza. Allí, ofrece un espectáculo de títeres en el que describe la historia del rescate de Melisendra, una dama cautiva de los moros, de mano de don Gayferos, caballero de la Corte de Carlomagno. Cuando los enamorados huyen de Zaragoza, a donde llega don Gayferos tras cruzar los Pirineos, los moros los persiguen y, en el momento en que parecen ir a capturarlos, don Quijote blande su espada contra el retablillo de títeres, no dejando ninguno con cabeza.
El retablo
En la obra de Falla conviven varios tiempos. Por un lado, el tiempo de la leyenda que representan los títeres, la Edad Media; por otro, el tiempo de Cervantes y, por otro, el tiempo del propio Manuel de Falla, que es el del surgimiento del neoclasicismo en la música europea. Tras una etapa de inmersión en las raíces de la música popular española, la llegada de Falla a Granada inaugura la mirada hacia un pasado aún anterior, el pasado renacentista, que la ciudad emana.
Esta convergencia de tiempos coincide con otra, de espacios y realidades. Realidades que son la de Falla o la de Cervantes y ficciones que lo son para el espectador, pero no para el personaje central de la escena, don Quijote, incapaz de distinguir entre realidad y fantasía. Por tanto, como es sabido, en El retablo de maese Pedro una ficción alberga otra ficción.
La artista
Carmen González Castro se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada, consiguiendo mención de honor en los Premios Nacionales de Terminación de Estudios Universitarios del Ministerio de Educación y Ciencia al mejor expediente universitario de España. Obtuvo el doctorado europeo en Bellas Artes en 2011 y realizó el máster en Investigación, Arte y Creación de la Universidad Complutense de Madrid en 2012. También es profesora superior de piano por el Real Conservatorio Superior de Música de Granada. Actualmente, imparte clases de dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Con un largo historial de premios, la artista granadina tiene obra en las colecciones de la Diputación de Málaga y el Ayuntamiento de Granada. También ha expuesto en las galerías granadinas Punto Rojo y Ruiz-Linares; las madrileñas Ramsés Life and Art y LA Projects, y en instituciones como el Instituto de América-Centro Damián Bayón de Santa Fe, el Palacio de La Madraza, el Palacio de los Condes de Gabia, el Museo Carmen Thyssen y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), de Málaga o el Centro Cultural Conde Duque de Madrid.
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