El Arte Contemporáneo ofrece muchas posiciones –yo diría que, muchas veces, demasiadas–. Los más comprometidos con las situaciones novedosas nunca verán suficientes las infinitas vías creativas que patrocinan; los más reservados abogarán por una correlación de intenciones donde se yuxtapongan los argumentos más apegados a la expresión clásica y los registros de una índole más indefinida; los que se mantiene sujetos a la realización reglada de experiencias tradicionales no verán nunca con buenos ojos nada sustentado con asuntos ajenos a la manipulación exacta de los materiales, las formas y los reflejos unidireccionales de lo que es la representación ficticia de lo real y sus circunstancias. Dicho en roman paladino, el arte es un cajón de sastre donde tienen cabida las más insospechadas manifestaciones de una idea o de un concepto, sus realizaciones físicas y sus muestrarios de formas representativas o, incluso, la ausencia de ellas. Todo a la búsqueda de una realidad mayor que permita la visión de lo que realiza el autor.

Las Facultades de Bellas Artes actuales están llenas de esas manifestaciones. A mí me parece perfecto y, además creo en ellas, siempre que estén sustentadas por una rigurosidad creativa sin resquicios. Dar forma plástica a una idea es, en definitiva, el objetivo principal de lo artístico. No estoy, en cambio, a favor de elevar a la categoría de suma entidad artística a cualquier episodio experiencial, orlado de experimental y con unos claros visos de inestabilidad argumental.

Fran Pérez Rus, artista nacido en la población jiennense de Lupión en 1986, es uno de los de mayor enjundia creativa en esta banda artística de producción experimental con formas que plantean un arte de connotaciones distintas a las tradicionales y con los efectos de las nuevas tecnologías como punto de partida de una producción que se abre a los mayores encuadres plásticos. Realizó la Licenciatura en la Facultad de Bellas Artes de Granada, asumiendo por tanto los muchos y buenos planteamientos que allí se patrocinan y que se abren, producen y motivan las buenas acciones de los mejores. Más tarde completó su formación con el master de Investigación y Producción de la UGR. Desde un primer momento el joven dio muestras de que su intención creativa pasaba por modos y medios distintos, que no se conformaba con las acciones habituales de un arte demasiado anclado en los efectos devenidos de la tradición.

Por eso su trabajo pronto es considerado y valorado y obtiene numerosísimos reconocimientos, allí donde lo más avanzado encuentra felices ecos. Participa en el Programa Iniciarte de la Junta de Andalucía; está presente en numerosas becas de residencia – Línea de Costa en Cádiz, Centro de Arte Sierra en Huelva, Scarpia en El Carpio, entre otras –, obteniendo, asimismo, el Premio Holografía en Madatac 09 del Centro Conde Duque de Madrid y el tercer premio de Artes Visuales en Málagacrea. Es tanta su importancia en el terreno de esta avanzadilla artística que su nombre es reconocido en los foros más importantes donde el viedomapping es el centro generador de creaciones. Por eso, hoy, Fran Pérez Ruz es artista muy a tener en cuenta y con una experiencia que se ha convertido en absoluta referencia para ese arte nuevo donde la realidad se manifiesta desde intervenciones visuales de poderosísimos efectos.Porque la producción de este artista se basa en la intervención espacial a través de una envolvente red de imágenes que se proyectan creando una realidad colorista y lumínica de inusitada fuerza visual. Desde ese especialísimo soporte artístico el autor se introduce en la conformación de temas de muy amplio espectro significativo.

Fran Pérez Rus se vale de la tecnología como medio necesario y de gran inmediatez para implicar al espectador en unas experiencias que forman parte de ese sistema social de intenciones que formulan los muchos aspectos en los que se manifiesta la decadencia de la sociedad. Las nuevas tecnologías sirven de apoyatura para insistir en una realidad que debe tener argumentaciones sociales adecuadas para que todos formulen sus intenciones. El artista conexiona la tecnología con lo social, lo natural con lo artificial, lo real con lo ficticio, lo humano con la naturaleza; todo en juego claro de intenciones a la búsqueda de un encuentro final cooperativo donde el espacio, mediato o inmediato, llegue a producir nuevas circunstancias intervencionistas por todos.

El artista de Lupión ofrece encuentros con realidades cercanas, provoca yuxtaposiciones entre lo que se ve y lo que se intuye, crea propuestas e induce a una participación desde una tecnología que el espectador siente cercana. Sus vieomappings conectan con un futuro que es, ya, auténtica realidad. El arte ha cambiado su fisonomía creativa y Pérez Ruz la hace consciente, lúcida y convincente. Sus formas artísticas surgen con los nuevos modos que hoy son necesarios. Su realidad artística está confeccionada con el pincel nuevo que abre caminos creativos pero, además, lo hace para que todos nos sintamos afines a esa nueva modalidad formal de un arte que ya va dirigiéndose, con pasos firmes, a través de un camino que no tiene marcha atrás.Fran Pérez Rus es la definición cierta de que lo verdadero, lo eterno, tiene muchas formas y él nos plantea, con absoluta solvencia, la verdad de un arte en abierta expansión.