Exposiciones

"Granada por fin puede ver a su pintora"

  • La Casa de los Tiros inaugura una nueva exposición con los cuadros de Aurelia Navarro, que contará con medio centenar de trabajos

Varios visitantes ante ‘Desnudo de mujer’ en una imagen de archivo

Varios visitantes ante ‘Desnudo de mujer’ en una imagen de archivo / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Tres exposiciones, dos ciudades y un año después, Aurelia Navarro ha dejado de ser una invitada en el Museo del Prado de Madrid a contar con su propia casa en la Casa de los Tiros. Ahora, la pintora ha empezado a hacer su propia mudanza con medio centenar de obras que la familia ha cedido para una exposición temporal en la pinacoteca del Realejo.

Como explica Antonio Navarro, sobrino nieto de la pintora, esta nueva muestra, que se inaugura hoy, es un paso más para cumplir el deseo de la familia de que la obra de su tía sea conocida en Granada, ciudad donde pasó la mayor parte de su vida y donde creó la mayoría de sus cuadros, de hecho Antonio se muestra orgulloso de que esta muestra sirva para que la ciudad de la Alhambra “pueda ver por fin a su pintora”.

Será la primera vez que la familia, desperdigada por Madrid, Málaga y Córdoba, pueda ver esta obra conjunta, que había sido guardada por su abuelo, el único hermano de Aurelia en su casa, erigiéndose como guardián del legado de la pintora. “Mi abuelo no quiso que saliera nada de casa, de hecho le propusieron en los años 70 una exposición en Madrid y no dejó que saliera ningún cuadro”, rememora Antonio, quien asegura que el objetivo de la familia nunca ha sido “especular” con las obras de su tía abuela, por eso no considera que esta nueva muestra –que llega después de una exposción en el Prado, seguida por una polémica por la falta de un espacio en la capital que terminó cuando la Casa de los Tiros expuso de forma permanente Desnudo de mujer– sirva para hacer justicia a la obra de Aurelia Navarro, sino que prefiere hablar de “reconocimiento”.

Esta muestra, que como el resto de la agenda cultural de la capital se beneficiará de la liberalización de los aforos, tendrá también un carácter familiar para Navarro, pues como él mismo rememora, las obras que durante dos meses albergará el Museo de la Casa de los Tiros antes estaban en casa de su abuelo, de hecho a modo de anécdota este periodista cuenta que “de pequeños siempre estábamos viendo esos cuadros y les poníamos nombres, por ejemplo el cuadro del pincel, el cuadro de la tía Lina”, nombres que lógicamente no se correspondían con los reales, sino que respondían a la familiaridad de un hogar que inventaba su propio idioma.

Ahora será la ciudad de Granada quien disfrute, y quizá bautice, la obra pictórica de su paisana, una mujer muy arraigada a la ciudad de la Alhambra, tanto que, como apunta su sobrino nieto, que llegó a conocerla en vida, nunca llegó a perder el acento granadino pese a pasar sus últimos años en un convento de Córdoba.

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