La Casa de los Tiros exhibe un cuadro suyo

Aurelia Navarro, la tía abuela monja con tres líneas en la enciclopedia Espasa

  • La familia de la pintora granadina visita la Casa de los Tiros para ver 'Desnudo de mujer', cuya exposición en el Museo del Prado derivó en una ola de reconocimientos a la artista olvidada

Antonio Navarro, sobrino nieto de la artista, posa frente a 'Desnudo de mujer' en la Casa de los Tiros

Antonio Navarro, sobrino nieto de la artista, posa frente a 'Desnudo de mujer' en la Casa de los Tiros / Antonio L. Juárez / PhotographersSports

Aurelia Navarro era, en palabras de su sobrino nieto Antonio, "la gran desconocida de la familia". "Era monja y pintaba. Ahí se acababa la historia", reconoce. El periodista jubilado recuerda otra anécdota para ilustrar el escaso conocimiento que se tenía de la artista granadina: "Siempre decía: 'Tengo una tía pintora tan importante que viene en la enciclopedia Espasa'. Aparecían tres líneas, pero para mí era un orgullo". Hace siete meses, Antonio vio en el telediario Desnudo de mujer de su tía abuela. El cuadro, propiedad de la Diputación, recibía al visitante al inicio de la exposición Invitadas del Museo del Prado hasta el pasado marzo. "Nosotros teníamos una foto de la obra. Vemos la aceptación que tiene a raíz de la muestra. Ahí empezamos a preguntarnos quién era la tía Aurelia", se sincera.

Su exhibición en el Prado ha derivado en una ola de reconocimientos a la artista olvidada. Incluso ha propiciado de forma indirecta la exposición de Desnudo de mujer en la Casa de los Tiros. La pieza, que hizo parada en uno de los museos más visitados del país, llevaba años adornando un triste despacho del Consejo Consultivo de Andalucía, en el Palacio de Bibataubín (su casa hasta entonces). Algunas de las informaciones aparecidas en este diario animaron a la Junta y la Diputación a firmar un convenio para que la obra formara parte de la exposición permanente del museo de calle Pavaneras. La familia de Aurelia se desplazó ayer desde Córdoba para ver este desnudo tan particular.

"No hemos podido venir antes por el confinamiento. Julia (Marchena Navarro) estuvo aquí el otro día en una visita relámpago. Queríamos venir juntos para ver el cuadro y saber dónde estaba la casa de tía Aurelia hace un siglo", cuenta el sobrino nieto frente al dichoso cuadro que tantas alegrías le ha dado a su familia. "Estamos encantadísimos. Son bastantes meses los que hemos tardado en lograr que las administraciones se pongan de acuerdo y que el cuadro esté en el mejor sitio de la ciudad. En otros sitios no está tan accesible a los granadinos. El cuadro de Aurelia está acompañado además de uno de Manuel Ángeles Ortiz", destaca. Julia alaba en seguida el montaje "maravilloso" y el texto tan completo de la cartela.

María Dolores Santos Moreno, investigadora de la UGR, acompañó a los dos durante la visita al museo. "Es una gran satisfacción, ya que su destino, una vez que terminó la exposición del Prado, era volver a un despacho del Palacio de Bibataubín. Encima viene aquí no para estar temporalmente, sino para formar parte de la colección. El museo la ha tratado con mucho cariño y le han hecho un montaje bueno”, recalca. Santos Moreno, que ahora trabaja en un estudio muy completo de su vida y obra, cree "muy acertado" el emparejamiento del desnudo con La maja de Manuel Ángeles Ortiz. "Ahí tienes la mujer pintora, que realiza un desnudo femenino, y en el otro aparece el otro papel de la mujer en el arte, el de musa y modelo. Son dos casos diferentes", explica.

Julia y Antonio conocieron a la pintora en persona cuando era monja y muy mayor. Antonio la define como una persona "muy agradable, simpática y sonriente". Julia la recuerda en el Convento de las Adoratrices de Cordóba y antes en el de Madrid, en la calle princesa, que acabaron cerrando. "Iba con mi madre a verla. Mi madre cuando salía del convento siempre lamentaba muchísimo que su carrera como pintora hubiera acabado cuando entró en el convento. "Qué pena. Hubiera continuado pintando. Lo que hubiera podido hacer", me decía", hace memoria. "La historia me sorprendía muchísimo, es decir, el hecho de que pintara cuadros y que acabara en un convento", admite.

La autora del cuadro de la fundadora de las Adoratrices

Ambos sabían que Aurelia había pintado el cuadro de la fundadora de las Adoratrices, la madre Micaela, para el Vaticano. Hasta se pusieron en contacto con la superiora en Roma de las Adoratrices para confirmarlo. "Es una pintura muy impresionante. La realiza en 1934. Ella había entrado en 1924. Habían pasado 10 años y podías imaginar que ya había perdido pulso, que no era tan creativa, que su técnica se había perdido. Los expertos me dijeron que era perfectamente reconocible su técnica y que tenía una gran fuerza. Se trata de un cuadro de cuerpo entero de la madre fundadora, la madre Micaela. El cuadro está en el convento de las Adoratrices de Guadalajara, ahora un colegio concertado. Se inspira en un cuadro de Madrazo que había hecho de la fundadora cuando todavía no era santa. Es muy imponente ver los dos", destaca su sobrina nieta.

"Nosotros de pequeños siempre estábamos viendo esos cuadros y les poníamos nombres"

Su abuelo, el único hermano de Aurelia, se quedó con el legado de la pintora y se dedicó en vida a ser el custodio. "Nunca quiso que saliera nada de casa. Le propusieron en los años 70 una exposición en Madrid, en la famosa Galería Biosca, y no dejó que saliera ningún cuadro. Leandro Navarro quería organizar una exposición sobre Aurelia. Era algo muy íntimo de su familia. Nosotros de pequeños siempre estábamos viendo esos cuadros y les poníamos nombres: el cuadro del pincel, el cuadro de la tía Lina", relata.

La familia ha descubierto muchas cosas a raíz de contactar con el experto Juan Manuel Segura e investigadoras como Magdalena Illán y María Dolores Santos Moreno. La última publicará una extensa investigación sobre la pintora con una mención honorífica y dos medallas en la Exposición Nacional de Bellas Artes. "A partir del tercer reconocimiento se va diluyendo en el mundo artística. Ella entra en un convento en 1924. Que no entra cinco minutos después de ganar la medalla. Pasan 15 años. Toma la decisión siendo adulta. Hay mucho que contar", insiste Santos.

Las cinco estirpes de la familia de Aurelia están dispuestas a ceder los cuadros en el momento que los pidan para una exposición. "Igual que la donación que ha hecho otro primo nuestro al Prado, el Autorretrato. El destino de Aurelia es que esté en un museo", zanja la sobrina. Aquella tía abuela monja con tres líneas en la Espasa ahora tiene hasta página de Wikipedia.

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