Hace ahora poco más de un año se presentó a Granada con el único acompañamiento de su guitarra y la fuerza de sus canciones. Lo hizo en el santuario de los cantautores, La Tertulia, tal vez convencido por el formato escogido. Iratxo, que es el nombre que recibe un duende de la mitología vascuence, es el alias que usa Juan Manuel Cifuentes, tanto para actuar en solitario, como entonces, como cuando lo hace acompañado por toda una banda eléctrica, como sucederá esta noche en BoogaClub.

Pero en Iratxo no hay nada obvio. Se trata de un sevillano afincado en el castizo barrio madrileño de Lavapiés, que vivió en Navarra, donde adquirió su apelativo, y que desde 2008 ha publicado de manera autogestionada cinco discos, incluyendo el último de ellos, un doble cd/dvd llamado La Última Bala que grabó en la sala Caracol de Madrid durante la presentación de su anterior trabajo, Amor y Otras Guerras. Para los que no conozcan a Iratxo, o solo hayan visto su cara más intimista, la que mostró en su anterior visita, digamos que su música se emparenta con la otros grupos nacionales, como Reincidentes o Extremoduro, que es mestiza por convencimiento y por necesidad, pues igual compone rumbas que acaban siendo reggae que escribe tangos con arreglos de jazz o de heavy metal, aunque siempre sin desmarcarse del rock contestatario.

En sus textos plantea dilemas cotidianos por los que transluce el inconformismo, la rebeldía, la ilusión, la libertad, la conciencia y el deseo. Y mezclando rock y ska se afianza como el verso libre que es dentro de un poema sin rima.