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José Guerrero, una brecha en Tokio

  • El pintor granadino es uno de los elegidos por el Museo Reina Sofía para mostrar en Japón lo mejor de la vanguardia artística en el pasado siglo

El pintor granadino José Guerrero es uno de los pintores elegidos para mostrar en Tokio lo mejor del arte español del siglo pasado en la exposición Las dos caras del Informalismo español en la Colección del Museo Reina Sofí. El presidente del Gobierno Mariano Rajoy inauguró ayer en la capital de Japón la muestra organizada por el Museo Reina Sofía y Acción Cultural Española (AC/E) con motivo del Año Dual España-Japón, para conmemorar el 400 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países.

La exposición del National Museum of Western Art recoge 14 pinturas de cuatro de los artistas más significativos del Informalismo español: Antonio Saura (Huesca, 1930), Antoni Tàpies (Barcelona 1923), José Guerrero (Granada, 1914) y Esteban Vicente (Turégano, 1903). Esta corriente destaca tanto por su significación histórica como por la importancia que supone en su época para la recuperación del espíritu de vanguardia dentro de España.

Esta generación de artistas, marcada por la experiencia de la guerra civil española, cuestiona de forma radical los principios estéticos de la cultura occidental y su sistema tradicional de representación, integrándose en esta nueva corriente informalista que se extiende con celeridad por toda Europa. La obra de estos creadores reivindica un nuevo campo de experimentación para la pintura, en el que se rechaza el lenguaje icónico, para dar prioridad al gesto, la materia, lo táctil, la huella del cuerpo humano.

La exposición contrapone la obra que se realizó dentro y fuera del país. En la península trabajan Antonio Saura en Madrid y Antoni Tàpies en Barcelona, mientras que José Guerrero y Esteban Vicente se trasladan a Estados Unidos, donde trabajan en el contexto de la Escuela de Nueva York.

La obra de todos ellos participa de un mismo lenguaje, la necesidad de encontrar una nueva forma de expresión, en la que se elimina cualquier referencia al mundo real y a la tradicional concepción del cuadro concebido como ventana. Su pintura, que subraya la disolución de la forma y la composición, simboliza asimismo en ambos casos, la nueva posición ética y estética de la vanguardia después de la quiebra que suponen las sucesivas guerras española y mundial.

Sin embargo, las obras que componen esta exposición ejemplifican claramente los dos distintos modos de hacer de estos cuatro creadores. Saura y Tàpies encarnan la elaboración de esta pintura informal, que constituye la corriente dominante en el panorama plástico español en la década de los sesenta.

Fuera del ámbito peninsular trabajan Guerrero y Vicente en el contexto del expresionismo abstracto norteamericano, que reivindica el énfasis en los principios visuales de la pintura y en el trabajo sobre su propio medio: el color y la bidimensionalidad del lienzo.

La afirmación de una experiencia visual libre de cualquier condicionamiento material o social, marca la obra de Guerrero y Vicente, en la que el sentido plástico del gesto pictórico y la expresividad en Guerrero y el trabajo de la luz y el color hasta su máxima depuración en Vicente, suponen una pintura personal e independiente en el ámbito norteamericano, cuya característica común es la alusión a la tradición cultural y pictórica española. José Guerrero retorna a España en 1965, mientras que Esteban Vicente permanece en Estados Unidos toda su vida.

La pintura de Guerrero y Vicente se asocia a un lenguaje abstracto que da cabida a sus aspiraciones de absoluta autonomía y libertad creativa, cuya renuncia de la representación subraya el trabajo del color, de su expresividad y de la luz que proporciona.

"Las obras que hoy nos rodean se presentarán posteriormente en el Museo Prefectural de Nagasaki, una ciudad especialmente ligada a la presencia histórica de España en Japón. Esa relación llevó hace más de 400 años a que Hasekura Tsunenaga emprendiera una travesía épica hacia la corte del Rey de España, don Felipe III. Este fue el primer contacto oficial de Japón con el mundo occidental, en 1614, y ese es el acontecimiento central que se conmemora ahora en el Año Dual España-Japón", dijo el presidente español en la inauguración. "Con esta exposición con obras seleccionadas del Museo Reina Sofía respondemos a nuestro deseo e interés en mostrar una visión moderna y dinámica de la España actual", continuó Rajoy sobre una muestra que vuelve a demostrar la importancia para Granada de tener un museo dedicado a José Guerrero en la calle Oficios.

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