Se lanza el libro 'Más allá de la pantalla. Vórtice Val del Omar'

José Val del Omar más allá del malditismo

  • La Diputación publica un riguroso análisis de la obra del artista con material inédito, escrito por el catedrático Rafael Rodríguez, donde intenta sacurdirse el sambenito de genio incomprendido

Val  del  Omar  combinó la ciencia y la tecnología en la sala de montaje

Val del Omar combinó la ciencia y la tecnología en la sala de montaje / G. H.

Javier Codesal conoció la obra de José Val del Omar cuando el artista era un "enorme desconocido" y él un joven estudiante. "La gente de la Escuela de Cine sabía que existía, pero no le hacía mucho caso porque tal vez en aquel momento lo que él ideaba no encajaba con las necesidades del final de la dictadura, necesidades mucho más políticas y explícitas", reconoce. Más tarde, Codesal trabajó en un departamento de la Filmoteca Española junto al ahora catedrático Rafael Rodríguez Tranche donde se depositó el legado del granadino. "Llegó un sacó con películas suyas. En realidad eran demostraciones del Bi-Standard (un sistema economizador de película, compatible con las máquinas de proyección contemporáneas). Un técnico cargó aquello en una moviola y nos contó quién era, pero casi como una anécdota", recuerda.

El pionero del videoarte en España también coincidió en el bar de la Facultad con un técnico que había participado en los rodajes de Val del Omar en la Alhambra. "Lo ponían a caldo porque les obligaba a grabar el sonido de las ranas en directo de la Alhambra. Y claro, la costumbre era utilizar archivo. En todos los estudios de sonido de Madrid había un gran archivo de sonido de ranas y no hacía falta grabar ranas nuevas", relata el artista para dar cuenta de la particular naturaleza del cineasta. En 1991, la Filmoteca de Andalucía (primero con Begoña Soto como directora y luego con José Luis Chacón) propuso recuperar la producción del creador. El proyecto estuvo capitaneado por Rodríguez Tranche y Codesal se encargó de reconstruir la película Acariño galaico (de barro).

El resultado de esta investigación entre 1991 y 1996 ve la luz ahora en formato libro. La Diputación acaba de publicar Más allá de la pantalla. Vórtice Val del Omar, un riguroso análisis de la obra de Val del Omar escrita por el propio Rodríguez Tranche. El profesor universitario trata de "desplazar la figura de Val del Omar, su aureola de autor maldito e incomprendido, para concentrarse en su producción y establecer varias secuencias de lectura que permitan entender la peculiar conjunción entre práctica cinematográfica, ensayo humanístico, desarrollos técnicos en el campo audiovisual y experimentación formal", se lee en las primeras páginas del volumen. En cierto modo, apunta el catedrático, "la personalidad de Val del Omar, desbordante, y el deseo colectivo de reivindicar su figura como genio incomprendido ha dejado en un segundo término la elicitación de su obra".

El crítico de cine rememora entusiasmado aquellos años de investigación: "Fue realmente una labor ímproba. Entre todos supimos desvelar el misterio de Val del Omar, realizar una tarea de documentación, catalogación. Todo el material escrito se ordenó, se catalogó. Se le dio coherencia como archivo. También hubo una labor de restauración y preservación de materiales. Había materiales que estaban en un estado intermedio. Había que copiarlos a soportes actuales. En algunos casos no existían máquinas para poderlos reproducirlos. Tuvimos que buscar las últimas máquinas donde se podía telecinear un Bi-Standard utilizando una técnica similar, el Techniscope".

Entre los logros del proyecto destaca la primera presentación de trabajos del granadino, en 1993 dentro la II Bienal de la Imagen en movimiento en el Reina Sofía, donde se hizo una especie de cámara Val del Omar con algunos procedimientos y técnicas que el creador había desarrollado en su laboratorio PLAT. En segundo lugar, el estudio técnico de la diafonía a partir de la recuperación de la banda sonora de Aguaespejo granadino y Fuego en Castilla. "Esto se hizo en un primer momento con la Filmoteca española. Después, la Filmoteca de Andalucía consiguió obtener nuevas copias donde nos aproximábamos un poco más a la diafonía tal y como la planteaba Val del Omar. Ese resultado se estrenó en la Mostra de Venecia de 1994", subraya Rodríguez Tranche. En último lugar, la finalización de Acariño galaico (de barro) en 1995. "Se pudo ofrecer y presentar una versión cuasidefinitiva", hace memoria.

Para Codesal, "el libro va a resultar fundamental". "Se trata de una obra que no es fácil de ver en toda su amplitud. Con ese aporte tecnológico tan particular de Val del Omar. La tecnología de Val del Omar es también poesía. Son instrumentos hechos para producir efectos poéticos. Él no era un tecnólogo puro y duro. Movía los elementos técnicos y los inventaba en función de aquello que estaba intentando representar, intentando ver. Eso añade todavía más complejidad. Hablamos de patentes, inventos. Además, utiliza una terminología que poéticamente es de un valor enorme que deriva hacia el misticismo, hacia ciertos lugares pantanosos", señala el prologuista del volumen que "pone orden y explica con claridad cuáles son las técnicas, cómo de una técnica deriva a otra, cómo los conceptos poéticos encajan en los proyectos técnicos", etc.

El presupuesto de sus películas y bocetos de sus inventos, entre el material inédito

Un fotograma de 'Aguaespejo granadino' Un fotograma de 'Aguaespejo granadino'

Un fotograma de 'Aguaespejo granadino' / G. H.

Entre el material inédito, que se puede ver al final del libro, están los expedientes administrativos de algunas películas de Val del Omar. "Una obra hecha de una manera tan artesanal como Aguaespejo granadino tenía un presupuesto considerable para la época. La cara que debía poner el burócrata de turno cuando se le indicaba en el expediente que el motivo principal de la película es "el surtidor granadino, el duende que baila un seguiriya sin fin". Se quedaría estupefacto", cuenta entre risas. También se puede comprobar el elevado coste de Fuego en Castilla. "Tiene su sentido. Val del Omar estuvo trabajando dos años de manera diaria y constante en el rodaje en los bajos del Museo de Escultura Religiosa de Valladolid", precisa el profesor. El lector también podrá ver diseños de la óptica biónica, entre otros prototipos; patentes varias y conferencias, comunicaciones y presentaciones dictadas por el creador.

Con este libro, Rodríguez Tranche propone "una cartografía de su obra". "No es tanto un mapa plano como una especie de esfera estrechamente interconectada", aclara. El propósito final del volumen, en palabras de su autor, "sería iluminar con una luz o faro al lector para que pueda entender esa parte final de la producción de Val del Omar, esa parte en la que él en sus últimos años se encierra en el PLAT, su laboratorio, y empieza a ensayar, experimentar". "Parece que no produce nada terminado. Ese trabajo, esa especie de meditación constante sobre el proceso creativo es lo que resulta tremendamente original, sugestivo y de un potencial extraordinario para entender en perspectiva la obra de Val del Omar. Esa etapa final es la que nos está diciendo más ahora de la vanguardia, de la capacidad del creador para seguir siendo moderno, contemporáneo", defiende. Un Val del Omar, en definitiva, que trasciende más allá de malditismos, idealizaciones, etiquetas y mercadeos varios con su obra.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios