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Makala Jazz Funk Band presenta su nuevo disco

La fiebre del sábado noche tiene un nombre en BoogaClub, un local abierto a diversas tendencias, pero que no oculta su preferencia por los sonidos negroides y en concreto por el funk y el jazz más ardoroso y bailable. De modo que con el concierto de la Malaka Jazz Funk Band pone un hito más en su impresionante lista de grandes nombres de la fusión entre jazz, soul y funk.

Originarios de la localidad guipuzcoana de Zarautz, el quinteto gira en torno a la figura de su bajista Mikel Unzurrunzaga, conocido por su faceta de pinchadiscos como Dj Makala que sirve también para denominar al grupo, que completan el teclista Antxon Sarasua, el batería Ander Zulaika, el guitarrista Martin Asarián y el cantante Oihan Lopetegi. Tras poner en circulación dos ep's, Orrua y Passion Fruit con el sello Orrua Diskak, ahora repiten para entregarnos su primer álbum, Xake!, en el que muestran una evolución hacia nuevos sonidos, coqueteando con el soul, la música disco y hasta el hip hop, y dejando atrás los momentos más latin-jazz y boogaloo que dominaban anteriores entregas. El título del disco, que acaba de ver la luz, juega con el concepto del jaque ajedrecístico y con la palabra inglesa shake (meneo, sacudida), de uso más que frecuente en la música de baile afroamericana. Por supuesto, encontramos nuevos temas originales en su línea de jazz-funk, con temas en inglés, en francés, instrumentales, algunos de ellos con títulos en euskera, así como unas interesantísimas versiones que, considerando el basto conocimiento de la música negra de Dj Makala, nunca son obvias sino más bien perlas ocultas del género rescatadas para enriquecer su propuesta. En este caso encontramos el tema Karam Bani, un hit de 1975 firmado por Sidiku Bauri, un ghanés curtido en los Estados Unidos a base de afro-funk, Wack Wack, un instrumental protofunk de 1966 a cargo de The Young-Holt Trio con todo el sabor del latin soul, y el contagioso Hector, una pieza publicada por The Village Callers, una macro banda con muchos de sus miembros de origen chicano que operaba a finales de los sesenta en el área de Los Angeles. Una magnífica propuesta para pasar la noche del sábado moviendo el esqueleto.

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